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Cuba, sede ideal para Serie del Caribe

SAN JUAN, Puerto Rico -- Ojalá no esté lejos el día en que podamos disfrutar esta imagen: 50,000 ruidosos aficionados animando un juego de la Serie del Caribe en una caliente noche de febrero en el estadio Latinoamericano del Cerro de La Habana y decenas de millones de personas siguiendo el acontecimiento por televisión.

¿Un sueño imposible? ¡Claro que no! En un tramo de más o menos 14 meses, las probabilidades de que eso ocurriera pasaron de un 0% a un 50% y el ritmo de los acontecimientos relativos a Cuba, en béisbol y política, nos llevan a pensar que no tendremos que esperar otro medio siglo antes de que la Confederación de Béisbol del Caribe regrese el clásico caribeño a donde comenzó hace 66 años.

"La Serie del Caribe en La Habana sería una gran fiesta para el pueblo", dijo Roberto Morejón, fotoreportero de la Agencia de Información Nacional (AIN) de Cuba. "Si eso se puede llevar a cabo, algo que uno no sabe con certeza, no habría ningún problema para tener más de 50 mil fanáticos en el parque todas las noches", agregó.

Tras una angustiosa espera de 53 años, Cuba volvió a la Serie del Caribe durante la edición del 2014 en Isla de Margarita, Venezuela. Aún con la etiqueta de "invitada especial", la mayor de las Antillas también mandó un representante a San Juan, Puerto Rico, al torneo que se celebra actualmente en el estadio Hiram Bithorn.

Aunque las partes envueltas no quieren tratar de correr más que la bola, la idea es que en cualquier momento, Cuba sea integrada como miembro permanente de la Confederación y adquiera los deberes y derechos que tienen los otros socios-- República Dominicana, México, Puerto Rico y Venezuela--, que entre otros, los más importantes son: Participar y organizar la Serie del Caribe.

Incluso con los traumas políticos que inciden alrededor de la participación cubana en eventos afiliados al béisbol organizado de Estados Unidos, jugar es la parte fácil en la ecuación de ser miembro de la entidad que asocia a las ligas invernales.

El montaje de la Serie del Caribe puede costar cerca de cuatro millones de dólares actualmente, dijo a ESPNdeportes.com el promotor encargado de las versiones en República Dominicana, Juanchy Sánchez. La mayor parte de esa inversión se recupera con la venta de derechos locales, publicidad y boletería, tres aspectos prácticamente inexistentes en el modelo social, político y económico de la Cuba socialista.

"Montar la Serie del Caribe no es negocio rentable en sí", dijo Sánchez. "Pero como uno adquiere los derechos por al menos un ciclo de cuatro años, entonces puede recuperar la inversión total, vendiendo publicidad en los años en que no tiene que gastar en el montaje", apuntó.

Mientras el mercadeo no es su fuerte, Cuba sí tiene mucha experiencia organizando eventos deportivos importantes, incluyendo los Juegos Panamericanos de 1991, los Juegos Centroamericanos de 1982 y varias ediciones de Campeonatos Mundiales de atletismo y béisbol y otras competiciones principales de otras disciplinas.

El estadio Latinoamericano, construido en 1946 y remodelado en 1971, acomodó 55 mil fanáticos para el partido entre Orioles de Baltimore y la selección cubana el 28 de marzo de 1999. Para un partido de Industriales de la Habana de la Serie Nacional, el fanático local paga un peso (0.4 centavos de dólar) y el extranjero entre $1 y $2 dólares por entrada.

"Desde el punto de vista organizativo, no hay dudas. Cuba tiene tremenda experiencia", dijo Oscar Sánchez, subdirector de Gramma, el periódico más importante de la isla.

"Pero para que una Serie del Caribe se realice en Cuba, tendrían que pasar muchas cosas, incluyendo entrar como miembro permanente a la Confederación del Caribe y otras relacionadas a política y diplomacia", dijo, "Pero en Cuba no habría problemas. Tenemos el estadio, los fanáticos, hoteles, playas, transporte y todo lo que se necesita para organizar la Serie del Caribe", agregó Sánchez.

"Las puertas de la Confederación del Caribe están abiertas para Cuba", dijo Juan Francisco Puello Herrera, comisionado de la pelota caribeña. "La bola siempre ha estado en sus manos", agregó el dirigente deportivo.

En lo que se refiere a política, las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, rotas desde 1961, fueron restablecidas en diciembre, anunciaron en históricos discursos los presidentes Barack Obama y Raúl Castro. Al mismo tiempo, Obama solicitó al congreso norteamericano levantar el embargo económico contra la isla.

"Estos 50 años (de embargo) han demostrado que el aislamiento no funciona", dijo Obama el 17 de diciembre en discurso a la nación.

Como resultado del reinicio de relaciones diplomáticas entre ambas naciones, la oficina del comisionado de Grandes Ligas anunció el martes que eliminó su exigencia de que los jugadores cubanos obtengan una licencia del gobierno de Estados Unidos antes de ser elegibles para firmar un contrato para las ligas mayores.

En lugar de buscar una autorización del gobierno, los peloteros cubanos solamente tendrán que firmar una carta estandard enviada por Grandes Ligas a sus clubes el martes y que dice: "Por este medio declaro que he asumido residencia permanente fuera de Cuba. Además, por este medio declaro que no pretendo volver a Cuba, ni me permitirán volver. Por este medio declaro que no soy funcionario prohibido del Gobierno de Cuba... y no soy miembro prohibido del Partido Comunista de Cuba".

En resumen, las probabilidades de que Cuba pueda montar la Serie del Caribe en un futuro cercano son mucho más altas que hace 14 meses, cuando su regreso a la competición era solamente un anhelo. Ahora es una realidad.

Para los cubanos el béisbol es mucho más que un deporte, es una religión y una forma de vida. Es por ello que el pobre desempeño que han tenido Villa Clara y Pinar del Río, que se combinan para cinco derrotas en seis juegos, tiene muy preocupados a sus seguidores.

"Para los cubanos sería como tener en casa una Serie Mundial de Grandes Ligas, un gran acontecimiento", dijo Pablo Socorro, quien fue jefe de prensa del Instituto Nacional de Deportes (INDER) hasta 1996 y actualmente reportero de la Agencia Francesa de Prensa (AFP) en Estados Unidos.