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Y la carreta funciona mejor que el Ferrari

LOS ÁNGELES -- Pues la carreta asaltó al Ferrari. 0-0 en el OmniLife. Puebla sobrevive y Chivas pervive. En el duelo entre Ases y Reinas terminaron siendo comodines y comodinos.

Y el drama del descenso renta piso. La incertidumbre tejerá suspenso 11 semanas más, con los Leones Negros con harapos de mártir preconcebido, mientras los árbitros juegan a carroñeros con ellos.

Para colmo, a Chivas le pasan factura. Tanto defendió que no le ayudaban los árbitros y que no los necesitaban que le anulan un gol legítimo y, por segundo partido consecutivo, le imponen penitencia por blasfemar.

Veracruz fue siempre mejor mientras Édgar Andrade estuvo en la cancha. Hasta que en relevos australianos, lo noqueó un jugador de Chivas y lo remató caído su propio médico. Sin Andrade y con Chiapas en la cancha, los Tiburones se enredaron en la burocracia.

Y a partir de ahí, en el segundo tiempo, Chivas controló el balón sin dominar al rival. Porque el Guadalajara sacó su anémico repertorio de jugadas, y resulta que todos ellas mueren de obviedad: centro destemplados, torcidos, por ambas bandas, porque sus presuntos creativos, si los hay, tenían nubladas las neuronas.

Quedó marcada una diferencia sustancial entre dos de los cuatro equipos que ven alargada su agonía y radica en aspectos hormonales.

1. En Veracruz no quieren descender. Lo hacen evidente jugando bien al futbol y peleando balones con hambruna de vida y supervivencia. La prueba es Furch. Un jugador con nobleza defensiva en cada balón al área y con despliegue abnegado, pero resulto para responder al ataque. Los Tiburones saben a qué juegan. Ojo: los tanques de oxígeno se vacían pronto, por eso terminan partidos cada juego.

2. En Chivas el credo es distinto. Les queda claro que es una institución que no debe descender, pero cuando su mejor exponente es Castro, y los supuestos talentos como Giovanni y Fabián quieren ganar sus propias batallas, el equipo muere sin idea y a veces, de manera inmoral, traicionando a su equipo.

Y en el reflejo de su personalidad, Chepo de la Torre rasura a dos jugadores con crédito suficiente tras el segundo semestre de 2014.

1. Fernando Arce había sido titular sostenido por su esfuerzo, no por capricho. Pero, tal vez, la confrontación que tuvo Chepo con él tras el encuentro ante Honduras en 2013, implica que le retire su confianza a un jugador que entre Morelia, Santos y Tijuana superaba el 80 por ciento de actuaciones con 244 juegos.

2. El Cubo Torres llegó con los galardones de la MLS. En un equipo de pobreza ofensiva como Chivas USA, se colocó entre los mejores goleadores con más disparos al arco y con más jugadas de peligro generadas, según las cifras infalibles de la liga estadounidense.

3. A dos jugadores útiles los ha venido relegando, aunque lo del Cubo, según versiones en Guadalajara, se debe a sugerencia de Néstor de la Torre por el clavado que se tiró ante Santos cuando tenía la oportunidad inmejorable de anotar y empatar el juego.

Como sea, ya es grave que a sus problemas de descenso, en lugar de sumar, su propio entrenador decida restar.

Parecería entonces que en momentos de agonía, en lugar de mandar a llamar al médico pidieron un carnicero, y Chivas puede perder la solidaridad y el liderazgo del grupo, tal y como le ocurrió al Chepo con la Selección Mexicana en el Hexagonal Final de la Concacaf.

Y mientras, en la Tabla de Porcentajes, Veracruz mantiene distancia, Chivas es acorralado por el triunfo del Puebla, aunque ambos gozan con el seguro de vida que les garantizan los Leones Negros y las desgracias arbitrales.

Ahora, Veracruz recibe a un Toluca con sus flaquezas defensivas, mientras que Chivas visita al Cruz Azul que vive inmaculadamente en el balcón del liderato del torneo y que además podrá contar de regreso con Roque Santa Cruz.

Pero, por lo pronto, la supuesta carreta funciona mejor que el fantasioso y poderoso Ferrari.