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Alex Rodríguez debe dar la cara

SANTO DOMINGO -- Alex Rodríguez está programado a regresar a los Yankees de Nueva York el próximo 25 de febrero para integrarse a los entrenamientos de primavera luego de una suspensión de un año.

Pero si Rodríguez cree que con una nota de cinco párrafos enviada a los medios de comunicación el martes pidiendo disculpas va a dejar en el pasado su suspensión de 162 partidos, está muy equivocado.

En uno de sus comentarios Rodríguez dijo: "Acepto el hecho de que muchos de ustedes no van a creer mi disculpa ni nada que pueda decir ahora. Entiendo por qué y es mi culpa".

Rodríguez tiene que dar la cara, y entiendo que en algún momento cuando llegue a Tampa y al George Steinbrenner Field tendrá que hacerlo.

Sí, Rodríguez ya cumplió su sentencia, ya le pidió disculpas personalmente al nuevo comisionado Rob Manfred y también a la directiva de los Yankees, pero ahora tiene que hacer algo más.

Si los Yankees, y Rodríguez también, esperan dejar en el pasado su suspensión y poder seguir adelante y evitar distracciones mayúsculas una vez comiencen los entrenamientos, él deberá hablar con la prensa.

Hablar con la prensa que cubre los Yankees y dar la cara a los miles y miles de fanáticos que vieron como el jugador demandó al médico del equipo, al equipo, al sindicato de peloteros, a las Grandes Ligas y hasta a Bud Selig.

En esta oportunidad, decir lo siento no será suficiente. Mucho menos después de ver cómo las autoridades condenaron a cuatro años de prisión y tres de libertad supervisada al hombre que le suministraba sustancias prohibidas a Rodríguez.

Podríamos entender que no se refiera en público al caso de Bosch, mucho menos cuando aún queda un proceso pendiente contra varios implicados en Biogenesis, incluyendo su primo Yuri Sucart.

Pero de ninguna manera Rodríguez podrá justificar guardar silencio o evadir las preguntas que todo el mundo sabe que vendrán.

Si Alex quiere volver a ser parte de los Yankees y dejar las cosas en el pasado, como puede suceder, primero tiene que dar la cara y asumir su responsabilidad pública por sus transgresiones.