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Los González Iñarritu: del cine y del futbol

Alejandro es director y productor de la premiada película "Birdman" y Héctor es el director de la Comisión de Selecciones Nacionales de México. Uno prometió ser el mejor cineasta del mundo y el otro dijo que México tiene las condiciones para ser campeón del mundo en Rusia 2018. Mas allá de la inútil e improductiva comparación entre un "Oscar" y la Copa de la FIFA, se trata de entender las estructuras en las cuales transitan y trabajan los dos hermanos. Alejandro lo hace desde Hollywood y Héctor desde Televisa San Angel.

LOS ANGELES, CA. -- Me encontré con dos promesas firmadas bajo el mismo apellido: la primera hablaba de ser el mejor director de cine del mundo. La otra, de ser campeones mundiales del futbol. Las dos ambiciones o las dos fantasías firmadas a puño y letra por los hermanos González Iñarritu.

La primera ocurrió el domingo en el Teatro Dolby de Hollywood. ¿La segunda ocurrirá en Rusia en el 2018?

La noche que tanto soñó México en cualquier rubro -política, economía, arte, literatura, ciencias- incluyendo el deporte y el futbol, llegó de la profunda inspiración de un cineasta.

"Buenas noches", dijo en perfecto español el comediante y conductor Neil Patrick Harris al momento de dar por finalizada la octogésima séptima entrega de los Premios Oscar. Alejandro González Iñarritu fue capaz de cambiar las estructuras y los fundamentos del celoso, conservador y muchas veces discriminatorio Hollywood. Lo hizo con entrega, con clase, con arte y con mucho valor.

El director de "Birdman" es a partir del domingo por la noche el gran ejemplo de cómo se tienen que hacer las cosas para poder triunfar en cualquier escenario internacional, por más complicado y cerrado que sea el medio y por más que los obstáculos luzcan infranqueables. Pero dejemos que los expertos de cine hablen de cine. Yo soy, como muchos millones en el mundo, un simple espectador y admirador del trabajo del 'Negro'.

El futbol de México tiene, también -por cierto- a un González Iñarritu. Héctor, el hermano menor de Alejandro, es Presidente de la Comisión de Selecciones Nacionales. Fue vicepresidente deportivo del América y de Tigres y ha ocupado diferentes cargos como jefe de delegaciones futbolísticas mexicanas. Buen tipo, trabajador, serio, educado, dependiente absoluto del poder que Televisa ejerce sobre las selecciones nacionales y un hombre que ha logrado embonar una dupla satisfactoria para el trabajo con el entrenador Miguel Herrera.

Hace apenas un par de semanas, aquí en Los Angeles, tuve oportunidad de charlar con él y me aseguraba que dado el proceso que ha tenido el futbol mexicano, los resultados en selecciones menores, la reunión en tiempos de dos generaciones triunfadoras en Mundiales Sub-17 le dará fuerza al futbol mexicano para encarar de manera distinta el Mundial del 2018.

Cuando le pregunte a Héctor qué podíamos entender por "encarar de manera distinta el Mundial del 2018", su respuesta me dejo casi anonadado: "Ser campeones del mundo".

Caer en la comparación de qué es más difícil, si ganar un Oscar como el mejor director de cine del mundo o lograr un título mundial de futbol me parecería una práctica inútil e improductiva. Lo que me queda claro es que el cineasta ha aportado su talento, su trabajo y su arte en las estructuras del propio Hollywood y que Héctor -el otro González Iñarritu- depende directamente de las muchas veces tergiversadas y maltratadas estructuras del futbol mexicano. He ahí una poderosa distancia entre un sueño y otro.

Felicidades para Alejandro. Suerte para Héctor.

@Faitelson_ESPN