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River: por la Copa debe sumar de a tres

River ganó los dos partidos que jugó de visitante FotoBaires

BUENOS AIRES -- En cualquier corriente de pensamiento dentro del fútbol es indudable que una victoria siempre es importante. Después, según esos ideales, podrá disfrutarse más o menos según las formas. Pero sumar de a tres relaja, sirve para aventar dudas y para fortalecer el ánimo.
Esto, que parece casi una obviedad, es la introducción para contextualizar lo que le ocurrió a River en Córdoba, lo cual fue una plataforma de lanzamiento anímico pensando en el objetivo máximo que tienen los Millonarios, que es la Libertadores. Después de una derrota (ante San José en Oruro) y un empate (contra Quilmes en casa), el propio Marcelo Gallardo reconoció que andaban necesitando de un mino para el ánimo. Y el triunfo sobre Belgrano se los ofreció. Con el agregado de que sucedió en la previa al choque que marcará el debut del Millo en su casa en al Copa, ante Tigres de Monterrey.

Ya se sabe que Gallardo disfruta cuando gana jugando bien, pero, como todo humano, conoce de matices, y en este caso el entrenador entendía a la perfección que era momento para mirar las cosas con un ojo algo menos agudo. Al menos para el análisis coyuntural y no tanto para las correcciones a futuro. Por eso festejó mucho y por ese mismo motivo también comprende que el despegue futbolístico debe producirse ya. Sensaciones casi antagónicas que su unen en una sola idea, que no es otra que dimensionar la trascendencia que tiene encarar el compromiso copero con la autoestima bien alta, sin dudas ni vacilaciones.

Pero claro, en esa evaluación interna que siempre realiza el director técnico, y con los tres puntos ya en el bolsillo, el enigma a resolver en forma casi inmediata está vinculado con el juego. El desafío que tiene por delante es el de devolverle a River esa "frescura" que tanto demando y a la cual ya añora. Además de encontrar los caminos para que renazcan los circuitos de juego.

Algunas cosas van cambiando, como por ejemplo que los delanteros conviertan goles, un detalle no menor. Teo Gutiérrez lo hizo ante Sarmiento (en dos ocasiones) y contra Quilmes, y ahora se le abrió el arco, por partida doble, a Rodrigo Mora. Quizás no alcanza para elevar el funcionamiento hasta alcanzar lo que observamos en el semestre pasado, pero sí brinda bastante tranquilidad que los encargados de meterla adentro del arco rival lo hagan.

Las deudas continúan estando en la generación de juego y en la defensa, que ha perdido esa seguridad que ostentó hace poco tiempo. Objetivos que deberá corregir el entrenador en el corto plazo, jugando a prueba y error, desandando una competición tan trascendente como la Libertadores. Con un oponente como Tigres frente y a sí y con la necesidad (casi obligatoria) de sumar de a tres como local.

La sonrisa continúa siendo apenas una mueca, que se la observa con destellos relucientes por el lustre que le sacó los tres puntos cosechados en Córdoba. Pero a nadie le escapa que en la Copa tendrá que superarse, porque se enfrentará a rivales que no perdonan. Tigres será la prueba para saber si continúa por el camino de la mejoría o si se empantana en arenas tan débiles que no le permitan hacer pie. En unas horas River dará la repuesta adentro del campo, donde se debe hablar siempre....