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El viacrucis de los abridores japoneses

Es un oficio doloroso y arriesgado ser un abridor derecho japonés en las Grandes Ligas.

La lesión de Yu Darvish es el nuevo capítulo del viacrucis de los abridores japoneses en las Grandes Ligas. Desde Hideo Nomo hasta Masahiro Tanaka, la historia ha sido un déjà vu tras otro: Un equipo firma a un abridor derecho japonés de alto perfil, que muestra su calidad por varios años hasta que se apaga, mayormente por el fantasma de las lesiones.

Sea porque estos lanzadores llegan a las Mayores ya maduros, después de una gran carga de trabajo en Japón, por la diferencia en los estilos de entrenamiento o sencillamente por pura mala suerte, la tendencia es preocupante y por mucho, lamentable.

Entre los japoneses, solo Nomo (7) e Hiroki Kuroda (6) han tenido seis temporadas o más con más de 180 entradas en las Mayores.

Corresponderá a los escuchas, los especialistas, los coaches de pitcheo y a los ejecutivos determinar qué sucede. Por ahora, este historial de altas y bajas pondrá a pensar a los ejecutivos a la hora de volver a contratar a un prodigio japonés.

O quizás no.

Aquí una mirada a lo que ha sucedido con los más importantes abridores derechos japoneses.

Hideo Nomo: 'El Tornado' fue el pionero de la oleada de peloteros japoneses que invadió las Grandes Ligas a partir de la segunda mitad de la década del 90, y es por mucho el más exitoso y duradero abridor japonés, pero no escapó las lesiones grandes. Firmado con un bono de $2 millones y con un 'wind up' único, Nomo creó en Los Angeles un revuelo casi tan grande como el de la 'Fernandomanía' de Fernando Valenzuela en los años 80. Llenó las expectativas en los primeros tres años, al acumular marca de 43-29, 3.34 de efectividad y unirse a Dwight Gooden como los únicos dos lanzadores con más de 200 ponches en sus primeros tres años en las Mayores. Pero tras un comienzo pobre (2-7 con 4.92 y 167 ponches en 157 entradas) y antes de que asomaran sus primeras molestias, los Dodgers lo cambiaron a los MEts de Nueva York a mediados de temporada. Tras paradas en Detroit, Milwaukee y Boston, regresó a los Dodgers en 2002 y registró marca de 16-6, 3.39 de efectividad, y tras repetir buen rendimiento en 2003 (16-13, 3.09), aparecieran los problemas de fatiga y lesiones en su brazo que lo llevaron a una reconstrucción del hombro. Dos años más tarde, su carrera estaba terminada, pero se negó a rendirse e hizo un intento fallido con Kansas City en 2008.

Hideki Irabu: Más que las lesiones, lo que más lastimó a Irabu fue su estilo desordenado de vida. Originalmente reclamado por los San Diego Padres, se negó a firmar con ellos porque dejó saber que solo firmaría con los New York Yankees. Tuvo marca de 29-20 en sus primeros tres años y ganó dos anillos con los Mulos, pero 'El Jefe' George Steinbrenner se cansó de su exceso de peso y sus problemas con el alcohol. Su pésima condición le pasó factura, pues tuvo marca de 5-15 con efectividad de 6.31 en sus últimos tres años con Montreal y Texas. Fue encontrado muerto, tras un aparente suicidio, en su hogar de California en julio de 2011.

Masato Yoshii: Tras acumular marca de 12-8 y 4.40 de efectividad con los Mets en 1998, no pudo con la altura de Colorado (6-15, 5.86) y terminó en Montreal donde su carrera como ligamayorista terminó en 2002... tras una operación en el hombro.

Daisuke Matsuzaka: Los Medias Rojas pagaron $51.1 millones solo para negociar con el héroe de la Final del Clásico Mundial de Béisbol en 2006 y luego le otorgaron un contrato de seis años y de $52 millones. Antes de llegar ya tenía apodo: Dice-K y un lanzamiento insignia, el 'giroball'. Impresionó desde el tiro, con marca de 15-12, 201 ponches en 204 entradas y 4.40 de efectividad en su primer año tuvo. Al año siguiente, estuvo sencillamente fenomenal con 18-3, 2.90 de efectividad y 154 ponches en 167 entradas, rompiendo el récord de victorias de un japonés en una temporada. Pero las lesiones lo han limitado a 418 entradas y marca de 23-28 con 5.10 de efectividad desde entonces. Después de ganar sus primeras ocho salidas, molestias en su hombro lo llevaron por primera vez a la lista de lesionados. La pausa le vino bien, pero perdió una buena parte de la temporada de 2009 por fatiga en el brazo y el primer mes de 2010 por problemas en el cuello. Finalmente, en junio de 2011, fue sometido a una operación Tommy John que le hizo perder el resto de la temporada y parte de la de 2012. En diciembre, firmó con un equipo de su natal Japón.

Tomo Ohka: Llegó con menos fanfarria que Nomo e Irabu y tuvo que pasar tiempo en las menores, aunque con un juego perfecto en Pawtucket no tuvo que hacer demasiado para demostrar que estaba listo. Con 10 años, es el que le sigue a Nomo en durabilidad, pero tampoco escapó a las lesiones. Su carrera tuvo buenos momentos con Montreal en 2002 y 2003, pero un batazo de Carlos Beltrán le rompió el antebrazo y lo llevó a una cirugía en 2003. Regresó sin problemas en 2005 y tuvo 11-9 con 189 entradas, pero tuvo 7-15, 5.40 ERA en 224 entre 2006 y 2009 y no lanzó en 2008, aunque lo intentó con Medias Blancas e Indios.

Masahiro Tanaka: En el primer año de un contrato de siete años y $155 millones con los Yankees, Tanaka impresionó desde el tiro: Ganó sus primeras seis decisiones, incluyendo una blanqueada de cuatro hits ante los Mets el 14 de mayo. Tenía marca de 12-4 cuando las alarmas se encendieron después de una derrota el 8 de julio. Tanaka se quejó de molestias en el brazo derecho y fue puesto en la lista de inactivos por inflamación en el codo. Un MRI reveló que tenía una rotura parcial en el ligamento ulnar colateral, el mismo que reconstruyen en la operación Tommy John. No obstante, Tanaka evitó la cirugía a toda costa y luego de un descanso, regresó para dos salidas en septiembre. Los Yankees cruzan los dedos por que vuelva a su forma habitual en 2015.

Yu Darvish: El héroe del Clásico Mundial de 2009, al igual que sus antecesores, llegó con un gran contrato y un gran despliegue mediático, con mucha razón. Los Vigilantes pagaron $51 millones por sus derechos y lo firmaron con un contrato de $60 millones por seis años en 2012. Acumuló 16-9, con 3.90 de efectividad y 221 ponches en 190 entradas en su primer año; 13-9 con 2.83 y fue líder de ponches de la liga Americana con 277 en 2013 y bajó 10-7 3.06 y 182 ponches en 144 entradas de un 2014 plagado de lesiones. Pronto estará en la sala de operaciones para una 'Tommy John' y habrá que esperar para escribir qué sucederá a su regreso en algún momento de 2016.