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Jóvenes tras el sueño de Grandes Ligas

Cuando los equipos inician los entrenamientos de primavera, los managers y gerentes generales llevan una idea preconcebida de quiénes ocuparán los puestos titulares, ya como jugadores de posición, ya en la rotación de pitchers abridores.

Pero de igual manera, cada año llegan a los campos de entrenamiento decenas de jóvenes hambrientos por desplazar a algún pelotero establecido y ganarse un puesto donde comenzar a cumplir su sueño de Grandes Ligas.

Esta pretemporada ha estado llena de esos muchachos que vienen a desafiar todas las probabilidades que tienen en contra, entre ellas, una muy importante, prácticamente decisiva: el dinero.

Uno de ellos es Kris Bryant, principal prospecto de la organización de los Cachorros de Chicago, a quien la lógica deportiva coloca como antesalista titular el día inaugural.

En la primavera, Bryant ha justificado su fama de rompecercas y lleva ya seis cuadrangulares, cifra máxima entre todos los peloteros que participan tanto en la Liga del Cactus en Arizona, como en la de la Toronja, en la Florida.

A dos semanas para que arranque la campaña del 2015, los números totales del muchacho de 23 años son impresionantes: diez hits en 23 turnos (.435), ocho carreras anotadas, nueve impulsadas, dos sencillos, dos dobletes y seis bambinazos, promedio de embasamiento de .500 y slugging de 1.304.

Pero en el caso de Bryant hay intereses económicos que están frenando su ascenso a las Mayores, basándose en una regla del convenio colectivo de trabajo.

La norma establece que un jugador puede declararse agente libre con seis años de servicio en las Mayores. Si el pelotero ha pasado cinco años y 364 días, deberá esperar todo un año más para llegar a la agencia libre.

Es por eso que los Cachorros están retrasando la llegada de Bryant a las Grandes Ligas y que tiene a su agente Scott Boras echando chispas contra el equipo.

Y es que Bryant debió incluso haber sido subido en septiembre pasado, como ocurrió con el cubano Jorge Soler, otro super prospecto de la organización.

Eventualmente lo ascenderán, pues no podrán alargar más algo inevitable, pero al parecer, el chico comenzará el 2015 en Triple A.

Otro que merece un puesto porque se lo ha ganado a palo limpio es el jardinero Joc Pederson, de Los Angeles Dodgers, aun cuando Carl Crawford, Andre Ethier y el cubano Yasiel Puig luzcan como dueños de las plazas.

Pederson ha sido, por mucho, el mejor bateador de los Dodgers en los juegos de pretemporada y hasta el jueves llevaba 13 cohetes en 30 oportunidades (.433), con siete anotadas y seis remolcadas, cuatro dobletes y par de vuelacercas.

El problema para el jugador de 22 años es que el equipo tiene comprometidos 45 millones 571 mil dólares entre Crawford, Ethier y Puig tan sólo en esta temporada.

No se paga tanto dinero para tener a alguien en la banca y a menos que la gerencia consiga canjear a uno de ellos, con Ethier como principal candidato a irse, será difícil que los Dodgers le abran un espacio a Pederson como titular.

A veces las lesiones de establecidos son las que le despejan el camino a los bisoños.

Ese es el caso del cubano Raisel Iglesias, quien ya fue nombrado como cuarto abridor en la rotación de los Rojos de Cincinnati, al menos hasta que regrese Homer Bailey.

Iglesias, de 24 años, fue un relevista durante toda su corta carrera en la isla y como tal comenzó esta primavera.

Pero le dieron una oportunidad para abrir un juego y no permitió hits a los Gigantes de San Francisco en 2.2 innings, para llegar a 7.2 episodios sin permitir limpias en la primavera, con seis abanicados.

Ahí está ya y si sabe aprovechar las oportunidades en la campaña regular como lo ha hecho en la pretemporada, será difícil mandarlo de vuelta al bullpen.

En eso de ideas preconcebidas, los Diamondbacks de Arizona creían que el cubano Yasmany Tomás sería su antesalista el día inaugural y Chris Owings su campocorto.

Pero Tomás parece verde aún para las Grandes Ligas y quizás arranque en las categorías inferiores, puliéndose para poder justificar cuando suba el contrato de 68.5 millones de dólares.

El cubano pasó casi toda su carrera en la isla como jardinero y aunque la tercera base no le es ajena, necesita aclimatarse nuevamente a la posición, si es que al final, la decisión de la gerencia no es devolverlo a patrullar los bosques.

Y Owings, además de no ser precisamente una maravilla con el guante, tampoco es un bateador lo suficientemente sólido como para jugárselas todas por él.

Es entonces que entran en la ecuación dos jovencitos que quieren llenar esos huecos de todas, todas.

Uno de ellos es Brandon Drury, invitado por tercera vez al campo de entrenamiento de los Diamondbacks, aunque es esta la única ocasión en que en realidad ha recibido oportunidades reales.

Drury, antesalista de 22 años que también puede defender la inicial, ha matado la liga, con diez incogibles en 23 turnos (.435), ocho anotadas, nueve impulsadas, tres dobles, igual cantidad de jonrones, OBP de .517 y slugging de .957.

El otro es Nicholas Ahmed, que vio acción brevemente en las Mayores en el 2014 y que ahora parece maduro para iniciar la contienda como regular.

Ahmed sumaba hasta el jueves diez cohetes en 26 veces (.385), había pisado siete veces el plato, con una remolcada, tres biangulares y par de bases robadas.

En estos casos de Arizona, se trata de posiciones donde la lucha está más abierta y las decisiones de la directiva no están con las manos atadas por el tema de billete.