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Un triunfo sin aplausos en Baltimore

El derecho dominicano Ubaldo Jiménez dominó a su antojo a los Medias Blancas de Chicago y los Orioles molieron a palos a Jeff Samardzija, pero no hubo nadie que aplaudiera el triunfo de la novena de Baltimore.

Por primera vez en la historia de las Grandes Ligas, un juego se celebró a puertas cerradas y sin público en las gradas, decisión que se tomó debido a los disturbios raciales que se registraron en Baltimore durante los últimos días.

De hecho, las revueltas obligaron a suspender los dos primeros partidos de la serie con Chicago y ya se decidió que los próximos compromisos de los Orioles ante los Rays de Tampa Bay, se trasladarán al Tropicana Field de St. Petersburg, con Baltimore jugando como local.

La decisión de las Grandes Ligas fue acertada, en aras de la seguridad de los peloteros y de los propios pobladores de la ciudad.

Haber permitido la presencia de público, con lo caldeados que estaban los ánimos, podría haber tenido consecuencias catastróficas.

Los juegos a puertas cerradas y graderías vacías son bastante comunes, lamentablemente, en el fútbol, donde la violencia de los fanáticos ha provocado más de una tragedia.

En la pelota, al menos en las Mayores, es un hecho inédito, aunque sí ha habido que trasladar los partidos de escenarios en otras oportunidades.

Las razones son múltiples, desde disturbios sociales y desasters naturales, hasta cuestiones netamente comerciales, como cuando en el 2011, los Marlins jugaron como locales en el Safeco Field de Seattle al ceder su estadio para un concierto de la banda de rock U-2.

De vuelta al partido de este miércoles, al jugarse sin público, se rompió cualquier récord anterior de la asistencia más baja a un juego de Grandes Ligas.

Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre la peor concurrencia.

Algunos aseguran que fue de 347, cuando unos pocos miamenses se aventuraron al Sun Life Stadium, antigua sede de los Marlins, para un partido con los Rojos de Cincinnati, en medio de la amenaza de la llegada del huracán Irene.

Otros apuntan al juego de los Indios de Cleveland y Boston Red Sox en Fenway Park el 1 de octubre de 1964 ante apenas 306 fanáticos.

Y extraoficialmente, 12 personas presenciaron un choque en los albores del béisbol profesional, en 1871, mientras que un partido de 1928 habría tenido tres asistentes, aunque el dato no está confirmado y podría tratarse de un error tipográfico.