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Néstor, ¿otra vez de redentor a crucificado?

LOS ÁNGELES -- Néstor de la Torre pretende meterse de nuevo a redentor. Y puede salir nuevamente crucificado.

El presidente de Chivas se involucra con la rehabilitación y enmienda del arbitraje. Tras la reunión del Comité de Desarrollo urge a la regeneración de lo que vive un innegable proceso de degeneración: el nivel de los silbantes mexicanos.

¿Cómo, a mediano plazo, regenerar lo que ha logrado degenerar en un largo proceso de detrimento galopante e imparable?

Valiente la actitud de Néstor. Va más allá, por ejemplo, de los desplantes exhibicionistas de Andrés Fassi, quien tras cada reunión de este Comité, enjuicia, condena y huye, en esa comodina labor de tirar la piedra y esconder la mano. Muy de Pachuca, pues, esa postura de protagonismo inútil.

Y valiente Néstor porque irrumpe de nuevo en la amenazante, voraz e insaciable boca del lobo.

Debe encarar, conciliar y abofetear con guante blanco al par de directivos que lo emboscaron y lo echaron de la selección mexicana: Justino Compeán y Decio de María, tras aquella parranda de algunos seleccionados en Monterrey, que provocó sanciones y una cartita de Rafael Márquez, redactada por un escribano prófugo de la educación pública primaria.

Aquella vez, y Néstor lo ha reconocido, se metió a redentor y salió crucificado. ¿Sabrá que puede ocurrir lo mismo?

Como hombre de futbol de muchos años, el presidente de Chivas tiene la misma certeza que todos los involucrados con el balompié: Rafael Mancilla (presidente) y Edgardo Codesal (director de área técnica), han sido, son y serán, incondicionales de sus dos asaltantes mencionados.

Ambos dirigentes del arbitraje mexicano ofician bajo los caprichos de Decio y Justino. Han sido, son y serán, empleados de ellos, aunque les paguen con el dinero de la empresa televisiva que está detrás de Compeán y De María.

Afortunadamente, no para Néstor, sino para quienes muestran intenciones saludables de que esta reforma para regenerar lo degenerado, pueda funcionar, porque no están solos, y sí se ven afectados, pues son víctimas de que el arbitraje se ha convertido más en una amenaza que en una esperanza de justicia.

En un reflejo de la sociedad mexicana, guardando las distancias, porque esto es solo futbol, lo otro es barbarie, pero los árbitros son tan temidos, temibles, y peligrosos, como la policía misma: de ambos, no se espera justicia, sino injusticia. Son, en sus áreas, guardando distancias, recalco, lacras que se nutren de corrupción, antes que paladines capaces de combatirla.

Néstor se meterá a combatir intereses. Y las dimensiones de los intereses tienen raíces tan profundas, tan sólidas que han llegado a convertir incluso al arbitraje en una arma promiscua hasta para el terrorismo competitivo, como puede dar fe de ello el equipo de los Leones Negros. Porque más allá de sus errores y sus culpas, la UdeG es una víctima inequívoca de los supuestos errores de los jueces.

Para Chivas, la gestión de Néstor de la Torre puede ser provechosa. El próximo torneo lo arrancará aún en zona de descenso. Sin la angustia extrema de este torneo, pero la amenaza permanecerá ahí, y no podemos olvidar que mientras se mantenga la batalla entre Angélica Fuentes y Jorge Vergara, puede ser complicado para el Rebaño cerrar operaciones de compra y venta para el Apertura 2015.

Y sería provechosa, porque en este torneo, puede recordarse fácilmente cómo el Guadalajara vivió arbitrajes favorables primero, y después otros que lo castigaron, hasta que finalmente se estabilizó dentro del estándar de torpezas naturales de los silbantes en México.

Si el proyecto de Néstor y agremiados funciona, debería quedarse ahí incluso, como una oficina satélite de vigilancia y visoría. Claro, insisto, si al final, nuevamente, por desafiar a los mismos que ya una vez lo entramparon, no termina Néstor, nuevamente, metido a redentor y crucificado.

¿Alguien -incluyendo a Néstor-. puede meter las manos al fuego por la honorabilidad, bonhomía y sinceridad de Justino y Decio? Él, ya una vez en Raza Deportiva de ESPNDeortes dijo que no metía las manos al fuego por nadie en el futbol mexicano. No creo que el paisaje haya cambiado.