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La peor pesadilla: Los Yankees son buenos

El columnista Mike Royko escribió una vez, "Odiar a los Yankees es tan estadounidense como el 'pizza pie', las madres solteras y hacer trampa en tu declaración de impuestos".

El dueño de los Medias Blancas Bill Veeck dijo una vez, "Odiar a los Yankees no es parte de mí. Es una de esas exquisitas veces cuando la vida y el arte se unen en una conjunción perfecta".

Graig Nettles, el veterano antesalista de los Yankees en la década delos 70 y principios de los 80, resumió su carrera de esta forma: "Cuando yo era chico, yo quería ser jugador de béisbol y unirme a un circo. Con los Yankees, logré ambas cosas".

Los Yankees de Nueva York han terminado una quinta parte de su calendario, y hay un hecho más que obvio: Los Yankees del 2015 no son un acto de circo.

Antes de la temporada, yo pensaba que había buenas oportunidades de que esto sucediera. El regreso de Alex Rodríguez de seguro convertiría esto en un circo de tres pistas, completo con comedia, tragedia y muchas oportunidades para la sátira; la alineación era demasiado vieja, y la rotación de abridores demasiado propensa a lesiones; estaríamos sujetos a incontables columnas del tema "los Yankees extrañan a Jeter" que nos impulsarían a beber tanto como Don Draper, si no fuera por el hecho de que probablemente los Yankees se estarían cocinando en su propia miseria.

En cambio, existe mucha alegría en el Bronx. Luego de apalear el lunes 11-5 a los Rays en una explosion ofensiva de cinco jonrones, que incluyó el octavo de la temporada para Rodríguez, los Yankees juegan para 21-12 y son dueños del mejor record en la Liga americana. Quizás algunos de ustedes hayan soñado con una temporada por debajo de los .500; quizás hayan soñado que Rodríguez fuese dejado libre en julio, y que los Yankees hayan decidido liquidarle el resto de su contrato; quizás hayan soñado con que Joe Girardi perdiese su compostura en alguna tarde y comenzara una diatriba contra los periodistas en su entrevista postjuego.

En cambio, se está dando la peor pesadilla. Los Yankees son buenos. No van a irse lejos, especialmente en lo que parece ser una mediocre División Este de la Liga Americana. Este no va a ser el año en el que enterremos a los Yankees. Esta es una novela de Stephen King hecha realidad, y los Yankees van a ser nuevamente los chicos malos... solo que están disfrazados como los chicos buenos.

Eso es correcto, lo voy a decir, y voy a reescribir esta oración 49 veces porque es duro admitirlo: Este equipo es simpático, divertido de ver, y nos da muchas más historias que contar que un equipo avejentado y quebrado en camino a perder entre 85 y 90 partidos.

Todo comienza con Rodríguez, alguna vez considerado el chico dorado - por supuesto, hace mucho de eso - y convertido ahora en paria que busca su momento de redención. Yo no sé si va a poder lograrlo; después de todo, sigue siendo el jugador más detestado en el deporte. Pero batea .250/.360/.558, ha remolcado 20 carreras, ha dicho hasta ahora las cosas correctas y se ha convertido en una especie de ancla en esa alineación.

Pero de nuevo, todo comienza por la parte superior de la alineación, Jacoby Ellsbury y Brett Gardner. Ellsbury no jugó el lunes, pero está bateando .341/.415/.397; Gardner bateó un jonrón de tres carreras en la sexta entrada y batea .308/.385/.462. En un momento cuando muchos equipos están teniendo problemas para recibir producción ofensiva de sus primeros bates, los Yankees están segundos en las mayores en porcentaje de embasamiento de su primer bate, y quintos de su segundo bate. Combinen ambos puestos, y están primeros en OBP de .394, y solamente otros seis equipos están por encima de .350.

O quizás todo comienza con Michael Pineda, el nuevo as, quien tiene marca de 5-0 con efectividad de 2.72 y una increíble tasa de ponches a boletos de 54-3 en siete aperturas. Los Yankees entraron al partido en segundo puesto detrás de los Nacionales en WAR de sus lanzadores abridores, según FanGraphs. CC Sabathia incluso ganó su primer partido el lunes al lanzar seis sólidas entradas antes de cansarse y permitir dos jonrones en la séptima entrada. Ya no es el mismo Sabathia de antes, pero quizás pueda seguir siendo un lanzador por encima del promedio, que lance muchas entradas en la parte trasera de la rotación.

Quizás todo tiene que comenzar con el sorprendente dúo en el bullpen de Dellin Betances, que mide 6 pies 8 pulgadas, y Andrew Miller, que mide 6-7, y quienes no han permitido una carrera limpia en 35 entradas mientras han ponchado a 56 contrarios y permitido apenas 11 imparables. Ellos son buenos, son intimidantes, y ahora que los equipos dependen más del bullpen que nunca antes, el juego prácticamente está decidido cuando Girardi recurre a estos dos.

Sí, los Yankees son viejos y potencialmente frágiles. Mark Teixeira no va a sostener su ritmo de slugging de .615 que tiene al momento, y asumo que Pineda va a dar un par de boletos gratis antes de acabar la temporada. La rotación podría ser un problema si la efectividad de Sabathia se mantiene por encima de 5.00 y el codo de Masahiro Tanaka vuelve a lastimarse cuando vuelva de la lista de lesionados. Girardi tiene que tener cuidado de no usar demasiado a Betances y Miller, y los Yankees no han recibido mucha ofensiva de parte del campocorto y la segunda base.

Pero en una división defectuosa, los Yankees aparentan ser ahora mismo el equipo menos defectuoso. De acuerdo con FanGraphs, las probabilidades de los Yankees de ganar la división están en 54 por ciento.

En abril, Derek Jeter dijo sobre el béisbol, "No lo extraño para nada".

Luego de su gira de retiro a nivel mundial, nadie extraña a Jeter tampoco - y menos en su ex equipo.