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Loria pierde la paciencia con Mike Redmond

Se le agotó la paciencia a Jeffrey Loria y echó a Mike Redmond, quien desde ahora pasa a engrosar la lista de managers despedidos por el dueño de los Miami Marlins.

Jeff Torborg, Joe Girardi, Fredi González y Ozzie Guillén habían pasado antes por eso, mientras que Edwin Rodríguez renunció antes de que lo botaran.

No quiero hacer ahora leña del árbol caído, pero Redmond era, a juicio de muchos, el manager menos capacitado en todas las Grandes Ligas y en gran medida el responsable del mal camino del equipo.

Los Marlins se armaron durante el invierno lo suficientemente bien como para dar pelea en la división Este de la Liga Nacional, pero casi dos meses después figuran en el penúltimo lugar.

A un manager pueden salirle bien o mal las estrategias, porque eso es parte del béisbol, pero dirigir contra toda lógica en situaciones absolutamente lógicas o en otros casos aferrarse a los clásico por temor a equivocarse eran el pan de cada día de Redmond.

Ya a principios de temporada estuvo en la silla caliente, luego de un mal arranque, pero en ese momento, Loria le tiró un salvavidas.
De pronto aparecieron los triunfos, porque los equipos nunca son tan malos como lucen en las derrotas, ni tan buenos como lucen en las victorias.

Coincidentemente, la racha de victorias ocurrió en el tiempo en que Christian Yelich estuvo en la lista de lesionados y el veterano Ichiro Suzuki ocupó su puesto en el jardín izquierdo.

Pasó el tiempo y Yelich regresó y con él, las derrotas. Ojo, no estoy culpando al ganador del Guante de Oro del 2014 de los fracasos del equipo.

Pero quiero ponerlo de ejemplo de una regla no escrita del béisbol: alineación ganadora NO se cambia.

Ichiro, a pesar de su edad, lo estaba haciendo como nos ha acostumbrado a lo largo de su carrera y su presencia en la alineación era un estímulo para los más jóvenes, privilegiados de poder jugar con una leyenda.

El japonés le saca .100 puntos de average a Yelich, pero cuando el joven regresó, le devolvió su puesto titular, como si se tratara de un jugador consagrado.

Otro caso de mal manejo de los hombres, pero a la inversa, ocurrió con Justin Bourn y Michael Morse.

Cada vez que el zurdo inicialista recibió una oportunidad la supo aprovechar, mientras que Morse, con toda su experiencia, ha quedado a deber.

Y no estamos hablando de una super estrella como Ichiro, que esté pasando por un mal momento. Morse ha sido un jugador del montón, con destellos por ratos.

Pero a Redmond le tembló la mano, como no le tembló en el caso de los catchers J.T. Realmuto y Jarrod Saltalamacchia.

Ejemplos para descalificar el trabajo del ahora ex manager son muchos y lo raro es que hubiera llegado hasta ahora y no le hubiera agotado la paciencia a Loria en el mismo arranque de campaña.

En esa oportunidad se manejó el nombre de Wally Backman, manager del equipo de Triple A de los Mets, como posible sustituto.

Consumado el despido, sólo nos queda esperar hasta el lunes para saber quién asumirá la dirección de los peces.

Y en este caso, no cabe para nada el refrán de que vale más malo conocido, que bueno por conocer.