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Los "caprichos" de Peláez

"Hoy me gusta, mañana no me gusta...". El América perdió su estilo incluso cuando tuvo que despedir a Gustavo Matosas sin explicar cómo es que en menos de seis meses el pensamiento del técnico distaba del pensamiento del equipo. El América "cortó" a Matosas, el entrenador que en apariencia los llevaría a conseguir una condición futbolística espectacular y avasallante. El América dio otra muestra de que en su club manda un solo personaje, que decide, que impone y que establece casi a capricho lo que se efectuará.

LOS ANGELES, CA.- El América vuelve a perder el estilo y esta vez lo pierde hasta cuando despide a su entrenador. Esta "despedida" de Matosas suena hipócrita, falsa, vacía...

Resulta que hace seis meses, el América "se moría" por el estilo y las condiciones futbolísticas que podría aportarle un personaje como Matosas. Y resulta que hoy, según el presidente deportivo, Ricardo Peláez, lo que él pretende, los jugadores o las herramientas, son contrarias a los que pretende el América. Yo, la verdad no lo entiendo.

Gustavo Matosas necesitaba tiempo. El tiempo no es algo que sobra en el América, pero todo hacía indicar que el título de Concacaf había mitigado, en cierta forma, el fracaso en los cuartos de final por la Liga. Matosas había sido una apuesta ambiciosa por encontrar un futbol distinto, que terminara por satisfacer al americanismo. Creo que más que una situación de ideas o de resultados fue un tema de personalidad lo que marcó la distancia entre Matosas y el América.

El temperamento de Ricardo Peláez es una ventaja y una desventaja en el América. Los técnicos deben estar siempre por debajo de él. La pregunta es: ¿Cada seis meses el América va a "pelearse" con un entrenador? Aparentemente, el mayor distanciamiento entre el América y Matosas se dio por un tema de los refuerzos elegidos para la siguiente temporada. Peláez tenía una idea y el uruguayo otra. ¿Qué tan disímbolos eran sus planes?

Quizá estuvimos siempre equivocados con el América. Compramos la idea de que desechaban a Mohamed por un estilo más apropiado, más agresivo y más espectacular. Hoy vemos que pudo haberse tratado de una relación incomoda entre el entrenador y el principal dirigente del equipo. Mohamed tenía un sistema de trabajo que incluía a cinco colaboradores argentinos que se encargaban de todo y que casi dejaban a Peláez como una figura decorativa en Coapa.

Dos años con Miguel Herrera, un año con Mohamed y seis meses con Matosas. La historia del América en la gestión de Peláez con los entrenadores ha sido casi siempre algo tirante, incluyendo al personaje con el que tuvo más éxito, "El Piojo", que encontró una buena salida en la selección mexicana y que una vez ahí, cuando pudo, insinuoó que prefería trabajar junto a Héctor González Iñarritu que con Peláez. En lo dicho: Peláez tiene formas de trabajo que un entrenador debe admitir. Es, además, el "hijo consentido" del mismísimo dueño del equipo.

El América ha cerrado otro capítulo de su historia, pero "la despedida" de Matosas fue extraña, anormal, ajena al estilo del americanismo de cerrar de golpe y porrazo las "puertas de su bunker" y restregarles en su cara a todos la decisión que tomó.

@Faitelson_ESPN