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Santos se enseñorea ante el pánico Chepo

LOS ÁNGELES -- Por definición, los espejismo son mentiras. Por tanto, de vida efímera. Y ni Marco Fabián fue el Messi que se candidateaba para el Real Madrid, ni Luis Michel fue el héroe consistente, ni Chepo de la Torre es un portento de estratega. ¿Y la afición incondicional, leal, fiel, genuina del #JuntosVsTodo? Cuatro mitos.

Santos los desnudó. A los cuatro. Y con tres goles prodigio y producto de un equipo, sin figuras pero con leales jugadores con los pies en la tierra y con un entrenador que debería abrir una academia nocturna e invitar a su adversario de este domingo. Caixinha empezó por el ABC y desnudó al Chepo.

Santos tiene todo el mérito de la victoria. Un partido perfecto. Intentando, proponiendo, yendo al frente, jugando con velocidad mental y física y siendo contundente, pero sobre todo con ese desparpajo del que no juega con miedo, sino con atrevimiento y confianza.

¿Con Chivas? el que tiene miedo a sufrir, empieza a sufrir desde que tiene miedo. Y el pánico del Guadalajara se contagió de lo mismo que el Tri en el Hexagonal Final de la Concacaf. Chepo contamina con su propia inseguridad.

Shakeaspeare, en El Rey Lear, escribe: "De lo que más tengo miedo es de tu miedo". Y con el Guadalajara echado atrás, especulando con la frágil ventaja reglamentaria del 0-0, Chepo de la Torre ofrendó a su Rebaño al sacrificio.

Y pronto se vio que el jugador de Chivas, de lo que más miedo tenía era del miedo de su entrenador.

Santos jugó con un sentido estricto de disciplina. Concentrado, comprometido, estoico, atento, suicida, cuando pugnaba por recuperar el balón.

Y lo notable: cuando lo tenía, había arrojo, descaro, atrevimiento, fe y una pasmosa confianza para trabajar el balón de primera intención.

Eso es reflejo del entrenador. Los jugadores de Santos en tres atrevimientos pisaban la sombra del pánico de Chivas en la zona limítrofe del área de Michel. En el Guadalajara, había una burocracia para manosear inútilmente el balón. Obvio, cuando se atrevían, entregaban mal o elegían la jugada incorrecta.

Otro mérito de un Caixinha atormentado y tormentoso en este torneo. Enderezó a un grupo de jugadores propenso al exterminio. La maquinaria trabaja embaladita, sincronizada, como reflejo de que entre semana, los entrenamientos son dirigidos a explotar sus virtudes.

Otra referencia: los balones largos de Chivas parecían rompimientos desesperados. Las salidas de Santos encontraban siempre en condiciones de recuperar el balón, no eran balonazos, eran despejes bien dirigidos.

Por Chivas, Marco Fabián, ese que ya está "listo para jugar en el Real Madrid" tras hacerle tres goles al Atlas, en los 180 minutos ante Santos corroboró que será eternamente ese Marquitos que sentenció públicamente José Luis Real, cuando exhibió su pusilanimidad y falta de temperamento.

Y quién merece una reprimenda, es de nuevo su afición, la tapatía, la que está avecindada y debería estar más comprometida.

Dos pésimos servicios de Giovanni Hernández, que terminaron casi en la tribuna, y el jugador fue sentenciado con abucheos, insultos y silbidos. Y el Chepo, con terror al juicio de la tribuna, en lugar de respaldarlo, motivarlo, ubicarlo, lo saca, lo exhibe, lo condena. En pocas palabras, el Chepo este domingo castró, así, castró, de por vida a Giovanni.

¿Y la solidaridad y la fe y el sentimiento incondicional de esa leal afición tapatía? ¿Con el 3-0 a cuestas, con al menos los 23 minutos reglamentarios por jugarse, empezó a convertirse el Omnilife de nuevo en el ZombiLife? ¿Y la lealtad de agradecer por haber salvado al equipo del descenso, por hacerles ilusionarse con una Final?

Esos que huyeron del estadio, que renunciaron a ser solidarios, que como roedores abandonaron el naufragio rojiblanco, visten con piel farsante de Chivas su mezquindad de advenedizos.

Es aquí cuando la afición Chiva de la Ciudad de México parece tener razón cuando afirman que muchos de sus seguidores que radican en Guadalajara son villamelones genuinos.

¿O el #JuntosVsTodo era sólo para los buenos momentos? Al final, los dejaron solos contra todos.

Santos, por lo pronto, está en la mejor oportunidad de Caixinha para coronarse campeón, con el mérito de haber rescatado a jugadores casi desechos de otros clubes, o titubeantes en el torneo, incluyendo al 'Avión' Calderón, quien deleitó con ese golazo de media cacha a Luis Michel, a quien ya le había hecho otro similar.

Chivas, por lo pronto, a tener conciencia que el próximo torneo lo arranca de nuevo en el purgatorio de la zona de descenso. Otro año de jugar para sumar y sobrevivir, bajo la doctrina de un técnico que hace del miedo el motor cascabeleante de sus estrategias.