Mientras Miguel Herrera arma todo "un escándalo" por sus inoportunas manifestaciones políticas en redes sociales, la selección mexicana ofrece una cara poco convincente de sus capacidades para competir por la Copa América. El equipo tiene dudas en todos los sectores de la cancha, corroborando la teoría de que México no tiene dos selecciones para competir en dos torneos durante el mismo verano. De eso, se supone, tendría que estar preocupado y ocupado Miguel Herrera.
LOS ANGELES -- Si Miguel Herrera pretendía que su equipo fuera "muy verde" ante Brasil, lo logró. México se ve muy, pero "muy verde" para la Copa América que está apenas a días de comenzar.
Pero ante de pasar a temas futbolísticos, que supongo tendrían que ser los más importantes y preciados en un entrenador nacional justo el domingo donde tiene la maravillosa oportunidad de enfrentarse a Brasil en Brasil -cosa que pocas selecciones en el mundo pueden lograr- habría que detenerse en la conducta o mejor dicho en "el negocio" que Miguel Herrera acordó con un partido político para darle su apoyo. Y en ese sentido tampoco se trata de hacer todo un drama por el tema. Herrera tiene todo el derecho de sentir, tener y expresar una voluntad política. Lo hace, además, desde una red social que le pertenece (la cuenta de Twitter) y punto, pero me parece que un entrenador nacional debe estar consciente de lo que le rodea, de su poder, de su responsabilidad y también del momento que vive su país. Y él no lo fue el domingo o el sábado, quizá el martes cuando recibió el cheque o la promesa de algo a través de un partido político. Creo que fue irresponsable para con su profesión, para con su imagen pública, para con su fuero de entrenador. A mi la verdad, la opinión política de Miguel Herrera me "vale madres". Me interesa cuando habla de futbol y el domingo, en un juego ante Brasil, yo esperaba que hablara de futbol. Por lo demás, está claro que no hay que pedirle "peras al olmo". Herrera fue un jugador de mediana a baja personalidad en la cancha, un "corriente" que corría por el campo y que no tenía el respeto de la mayor parte de su compañeros y rivales. Nadie le está pidiendo que de "la noche a la mañana" se convierta en un tipo inteligente. Miguel Herrera es un hombre inteligente para ver el futbol. Para lo demás, sigue siendo inteligente para ver el futbol.
Vamos a la cancha, de donde nunca tendría que salir Miguel Herrera. Ahí es donde México se vio "muy verde", con un equipo de graves carencias defensivas -el veterano Márquez ya no puedo correr al nivel que exige la competencia-, dudas con Ayala y Domínguez, un medio campo que no genera futbol, centros delanteros estáticos que no poseen un peso trascendente en la defensivas contrarias y un solo futbolista capaz de generar cierto peligro llamado Jesús Corona, el famoso "Tecatito".
México no tiene dos selecciones competitivas. Tiene una que está destinada a la Copa Oro. Tiene la maravillosa ventaja de competir en dos confederaciones diferentes, pero lo está desperdiciando. Y lo está haciendo porque no tiene la capacidad de generar más y mejores y futbolistas. Y no la tiene porque los clubes trabajan poco y mal y porque la Liga está inmersa en una mentalidad, no sabemos si global o comercial, donde lo importante es generar espectáculo y emoción -cosa que por cierto tampoco se logra en su totalidad- .
En un domingo donde tienes la oportunidad de medir tus fuerzas con Brasil; en Brasil, Miguel Herrera tendría que estar preocupado por eso. Por la incapacidad del futbol mexicano de poder armas dos selecciones que en realidad puedan competir y no por sus tendencias políticas, sus colores favoritos o por sus negocios.
@Faitelson_ESPN