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A-Rod: Tres mil hits envueltos en la polémica

Alex Rodríguez finalmente llegó a los tres mil hits, una cifra que solamente otros 28 peloteros de los miles que han pasado por las Grandes Ligas a lo largo de su historia han conseguido.

Es apenas el cuarto latino con tres mil imparables, junto al panameño Rod Carew (3,053), el cubano Rafael Palmeiro (3,020) y el inmortal puertorriqueño Roberto Clemente (3,000 exactos).

Y el segundo en llegar con el uniforme de los Yankees de Nueva York, aunque a diferencia de Derek Jeter (3,465), que vistió las emblemáticas rayas toda su carrera, Alex ha compartido sus hazañas también con los Marineros de Seattle y los Vigilantes de Texas.

Una semana antes, el pelotero de origen dominicano había llegado a las dos mil carreras impulsadas, una cantidad más exclusiva aún que los tres mil hits.

De hecho, algunos historiadores ubican a Rodríguez y a Hank Aaron (2,297) como los únicos miembros de ese club. Otros incluyen a Babe Ruth (2,214) y a Cap Anson (2075).

Y necesita menos de 50 carreras anotadas para incluirse en el club de las dos mil, que tiene sólo siete miembros.

A eso súmenle sus más de 660 cuadrangulares, con los que se ubica cuarto en la lista de todos los tiempos.

Estamos hablando, en lo que a estadísticas se refiere, del mejor pelotero latino que haya pisado jamás un terreno de béisbol.

Pero...

Siempre hay un "pero" y en el caso del jugador de los Yankees, el "pero" es más que evidente.

Su carrera está manchada por el uso de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento deportivo y si de exclusividad se trata, Rodríguez cuenta en su currículum con la suspensión más larga que haya recibido un pelotero por esa razón.

No se trata de una sombra de sospecha. Es una mancha oscura, que el propio Alex ha admitido, aun cuando posiblemente nunca haya dado positivo en un control antidopaje.

Que Rodríguez haya conseguido tantos hitos en esta temporada y que las autoridades del béisbol no lo celebren con bombos y platillos puede tener una doble lectura.

Una es que esas autoridades están empeñadas en limpiar el juego y no creen que merezca homenajes quien apeló a la trampa para conseguir sus cifras.

Otra es que esas mismas autoridades actúan con hipocresía y cinismo ahora, cuando en su momento se beneficiaron de esas trampas para salvar el espectáculo en momentos de crisis profunda.

Parte y parte. En el caso de Alex Rodríguez, nadie en su sano juicio puede negar el talento que le permitió poner números de ensueño.

Los esteroides no enseñan a batear. La coordinación ojos-brazos para golpear una pelota que viene a más de 90 millas por hora no se adquiere mediante inyecciones, pastillas o cremas.

Pero las sustancias prohibidas lo ayudaron a resistir mejor las cargas de entrenamiento en el gimnasio, lo cual se tradujo en mayor fuerza.

Y también hicieron lo suyo para prolongar la carrera que se extiende ya a más de 20 temporadas y que sin ellas, quién sabe si ya Rodríguez no hubiera tenido que ceder ante las lesiones y hubiera emprendido el camino del retiro.

De todos modos, son números que impresionan: 3,000 hits, 2,000 remolcadas, más de 660 jonrones y casi 2,000 carreras anotadas no son estadísticas de todos los días, aunque por ahora, no le sirven para entrar al Salón de la Fama de Cooperstown... por ahora.