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Calidad: la afanosa búsqueda del futbol mexicano

Han pasado 365 días desde aquella tarde de sol en Fortaleza donde más que seguir analizando si era o “no era penal”, habría que dejar en claro los resultados en el futbol lo terminan marcando aquellos equipos que tengan más y mejores recursos para jugar en la cancha. Y puede que a México le alcance con la camiseta, con su nombre en la primera ronda de la Copa Oro, pero cuando llegue la “fase adulta”, ante Estados Unidos, Costa Rica, Honduras o la misma Panamá, necesitará de calidad para imponer y subrayar su jerarquía.

LOS ANGELES -- El primer aniversario del casi épico episodio del “No era penal” pasó como un ligero recordatorio de algo que sigue buscando afanosamente el futbol mexicano: la calidad en la cancha.

Porque más allá de los pretextos o de las justificaciones que se pueden depositar en las decisiones arbitrales, lo que le faltó a México aquel domingo, de hace 365 días en Fortaleza, Brasil, es justamente, una fortaleza en su calidad futbolística. Ahora, para avanzar en la Copa Oro le podría bastar con llamarse México, pero cuando llegue el momento de jugarse y ganarse el medio boleto para la Copa de las Confederaciones, necesitará, indudablemente, de la calidad.

Tras el fracaso en la Copa América, donde quedó en evidencia que México no tiene un número de futbolistas de nivel para conformar dos selecciones competitivas, Miguel Herrera pretendió mostrar, el sábado, en Orlando, ante la seria selección de Costa Rica, el verdadero potencial de la primera y única selección que puede montar México. Y salió con todo: “Chicharito”, Vela y Giovani al ataque. Los primeros 45 minutos fueron un verdadero desastre. “Nuestros delanteros no tenían balones”, explicaría más tarde el propio entrenador nacional. Un par de ajustes, sobre todo en el medio campo, le permitieron a México volver de manera enérgica en la segunda parte y lograr un empate a dos en lo que terminó siendo un buen partido de preparación.

Calidad, calidad de futbolista y calidad de futbol. Eso es lo que persigue afanosamente la selección mexicana y ese el factor que indudablemente podría marcar la diferencia cuando llegue otra vez la ocasión y la oportunidad de medirse ante el futbol más desarrollado del mundo.

A diferencia de lo que la mayor parte de los aficionados y expertos suponen, hay varios, no solo uno, hay varios “peligros” que pueden terminar afectando a México en el verano de la Copa Oro. Está claro que el principal se llama Estados Unidos, ese lo conocemos y lo reconocemos todos, pero para llegar a esa hipotética final en Filadelfia el 26 de julio habrá, antes, que sortear a una serie de selecciones con poco nivel de futbol donde la fuerza mental de la selección será puesta a prueba. Históricamente, México suele bajar en condiciones cuando tiene enfrente a un equipo aparentemente menor en condiciones, pero no debe tener problemas en una primera ronda que incluye a Cuba, a Guatemala y a Trinidad y Tobago. Está claro que requerirá una gran concentración pareja incluso --en caso de darse-- triunfos por márgenes amplios no perder la dimensión de los partidos y de los rivales. Sólo en las rondas adultas, la Copa Oro adquiere una relevancia futbolística donde la calidad promete marcar la diferencia entre triunfar o fracasar.

Un año después de Fortaleza, de las voces que se acumulaban una tras otra hasta propiciar una autentica fiebre por el “no era penal”, --que a mi siempre me pareció una justificación-- México sigue a la búsqueda de la cuota de calidad en su futbol que le de esperanzas hacia el futuro.

@Faitelson_ESPN