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CH14 sufre, el Tri se asusta y FMF festeja

SANTIAGO -- México puede lamentar la lesión de Chicharito, tiene todo el derecho. Pero no puede llorar por las condiciones del juego ante Honduras. Y menos por el 0-0.

Seamos claros: México es cómplice de sus propias desgracias.

1. CHICA PREPAGO...

Cuando firma contrato por 10 millones de dólares con SUM, el TRI y la FMF saben bien cuál será su destino. Canchas infames. Rivales de la zona que juegan a muerte siempre o adversarios de otras latitudes que mandan su versión B.

Y claro, pésimos arbitrajes, y si son de la MLS, tendenciosos y amantes de tolerar la premeditación, alevosía y ventaja, como lo evidenció Armando Villarreal.

SUM no le miente a México. Lleva casi 15 años de engatusar así a la FMF. Sería interesante que el acucioso FBI se tomara un minuto y revisara esas negociaciones, las negociaciones, por encima y por debajo de la mesa. ¿Cuántas manos untadas? Al final, SUM es subsidiaria de servicios para Concacaf. Y México, miembro distinguido.

2. ABRE TEMPORADA DE CAZA...

Honduras le jugó como jugará la Copa Oro. Con intensidad, con pasión, con rabia. Cada pelota será de vida o muerte. Y así la disputará cada una de las jugadas. No hay dolo en la acción que se lesiona Javier Hernández, pero antes y después de ella, Armando Villarreal prohijó, fomentó algunas más graves y cargadas de perversidad.

Y así como jugó Honduras, y así como ofició Villarreal, serán todos y cada uno de los juegos de la Copa Oro. Y ni el Tri ni Miguel Herrera deben esperar clemencia. No la merecen. Es el pago a muchos años de soberbia y de petulancia en la zona.

Y menos hoy podrán hacer algo Justino Compeán y Decio de María. Ambos tienen su alma vendida al diablo. Y el diablo hoy habita en Concacaf y despacha detrás de una puerta sin título, pero que cierra con llave Sunil Gulati.

3. EL MIEDO RACIONAL A LO IRRACIONAL...

Tras un primer tiempo interesante, de menos a más, en el que abusó del toqueteo, mostrando desconfianza, evidenciando poco entendimiento, y hasta temor en disparo de media distancia, hasta que Carlos Vela provocó el huracán de alaridos con dos disparos a los postes, después de esos 45 minutos en los que insinuó, pero no cumplió, en el complemento, México se olvidó del juego. Claudicó. Renunció.

La lesión de Chicharito inhibió a los contrincantes. Ni Honduras mantuvo el ímpetu ni México quiso jugar al riesgo. Hasta Carlos Vela pidió su cambio por molestias en el tobillo izquierdo. Los dos equipos entendieron, asumieron, tácitamente, que los 45 minutos siguientes eran un trámite para consumirlo a medio fuego, a medio gas, a medias tintas.

4. CATAPLASMAS, NO SALVADORES...

Para sustituir a Chicharito se dispone más de parches que de soluciones: Chuletita Orozco o Aldo de Nigris o tal vez un jugador de corte similar a Esquivel, casi todo terreno, podría reclutar Miguel Herrera, como parte de su piojosa suerte, tras la lesión de Hernández, que se suma a la de Héctor Moreno.

La fatalidad se ensaña con el 'Piojo'. Rafa Márquez y Adrián Aldrete le arruinan las escasas oportunidades en la Copa América, y ahora se pierde a su mejor zaguero y al atacante de sus confianzas, habida cuenta que Oribe Peralta sigue en un bache y las opciones son, lo reitero, remiendos, cataplasmas, pero no salvaciones.

Pero, las obligaciones no disminuyen. Miguel Herrera reitera la obligación: ganar la Copa Oro. No hay alternativa.

5. FELICIDAD DE LOS FARISESOS...

Y si alguien en esta selección mexicana se aterró por lo que vivió en la cancha de un abarrotado estadio en Houston, con más de 3.5 millones de dólares en taquilla, es tiempo de reportarse lesionado y huir de la convocatoria.

Si alguien siente pánico e histeria, debe saber que las condiciones en los siguientes juegos de la Copa Oro pueden ser peores.

Y que además entiendan el claro mensaje: podrán presentarse lesiones, jugar en canchas maquilladas con pintura sobre zanjas mal cubiertas o encarar a silbantes de mala muerte, pero lo importante para la FMF es que sus contratos multimillonarios están sanos y salvos.

Es más, no debería extrañarnos si la pareja perfecta de alcahuetes que administran a esta prostituida selección, como Justino y Decio, agreguen una cláusula extra para cobrar más si se lesiona algún jugador carismático como Chicharito.

Porque la tragedia del Tri y de la Copa Oro se lleva a otro nivel de entretenimiento y morbo, más allá de la cancha y seguramente querrán explotarla.