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Sunil y Justino preparan salto y asalto a FIFA

SANTIAGO -- El engranaje comienza a girar. Una frase muy del sistema estadounidense. "Un nuevo orden" imperará en la Concacaf.

Precisión maquiavélica. El diluvio festivo del futbol entró a un remanso. La Copa América, como primogénita anhelada, se acurrucaba en los nichos de 18 millones de chilenos. Y la Copa del Mundo Femenina se acurrucaba con sus antecesoras en las vitrinas de USA.

Un día de quietud. Un lunes en el que, decimos en México, "ni las gallinas ponen". Y al que madruga, Dios lo ayuda. Concacaf lanza una declaración de derechos y de principios; una proclama de pureza, de virginidad, de transparencia, de claridad, de gobernabilidad.

Claro, el hombre que azuzó con la carne fresca, rosácea, sangrienta aún de documentos saludables como pruebas y fiambres de corrupción, contra FIFA, Concacaf y Conmebol, asume que es el momento de su advenimiento.

Sunil Gulati se ha apoderado de Concacaf. Y desde la epístola hecha pública, hablando ante el mundo, amenazando pero sin tono amenazador, inescrupulosamente, lanza al frente a Justino Compeán como el arquitecto de una nueva era, cuando, quienes lo conocemos, sabemos las dificultades del mexicano para organizar siquiera un torneo decente en el futbol mexicano.

De entre todas las propuestas, sobresale un inconfundible y tramposo velo de honestidad y franqueza: todos los ejercicios en presente y futuro podrán ser consultados, analizados y fiscalizados por el público en general. Se podrá saber cuánto gastan Justino y Sunil, y su otro escudero, el canadiense Víctor Montagliani, en whisky y en pastillas para el aliento, para simbolizar pues, el pecado y la hipocresía de la penitencia.

Sunil ya sabe la mala noticia. El FBI no pudo rescatar saludable ni siquiera un mouse de computadora. Todos los archivos, correos, Twitter, historial de internet, y hasta algún lascivo mensaje en Facebook, han sido borrados en la Federación Rusa de Futbol.

Ni siquiera una pequeña pista hacia algún archivo encriptado sobrevivió en los discos duros o USB's en los cajones del organizador de la Copa del Mundo 2018. Las películas seriales de espías no mienten: la KGB siempre ha sido más astuta que el FBI. Sólo sufre ante James Bond, que encima le roba a la dama moscovita del momento.

Pero, tras esa mala noticia, Sunil se prepara para que le entreguen a más tardar en el Congreso de FIFA de 2016, la sede de Catar 2022, si es que no ocurre antes.

Un hombre graduado con honores, erudito en ciencias financieras, maestro emérito de universidades, todo un estratega consumado en el arte de fundar, desfundar y desenfundar emporios, quien sabe que para construir imperios primero deben desaparecer los enemigos.

El absolutismo se consolida, elucubra Gulati, más graníticamente sobre los cadáveres -metafóricos- de sus enemigos. Las rebeliones sobreviven cuando no hay rebeldes ya que puedan rebelarse. Y sus enemigos abiertos en Concacaf y Conmebol, que lo traicionaron en las elecciones de las sedes mundialistas, o están presos, deportados, internados o escondidos.

¿Beneficiará al área de Concacaf? Parcialmente. Las islas siguen siendo una oposición, pero atemorizada. Ya saben sus representantes que no son intocables, que la impunidad y la inmunidad que les garantizaban al vender sus conciencias en millones de dólares, vía las Islas Caimán, ha terminado.

Entonces, espantadas las islas, sometida Centroamérica, asociado con México y Canadá, Sunil Gulati dictará las nuevas reglas. Y quien se oponga, será sometido a investigación. El FBI sigue relamiéndose los bigotes a la espera de nuevos documentos y nuevas presas. La organización que combate el crimen, está cebada.

Curiosamente, aunque a salvo de momento, el siguiente objetivo de Gulati es someter a la Liga MLS. Las relaciones entre Gulati y Don Garber gozan de un maquillaje insostenible. ¿Recuerda aquella huelga generada entre los jugadores de futbol de EEUU, que amenazaba con paralizar liga y hasta la selección? ¿Quién cree, de los protagonistas citados, que instigó, que azuzó contra quién?

¿La Conmebol? Ya han sido convencidos por Justino Compeán en Santiago de Chile de que la alianza, el concubinato, sin necesidad de matrimonio, conviene a ambas confederaciones, pero esta vez, la brújula la manejan en el Norte y no en el Sur.

¿Se acabará la corrupción en Concacaf? Es la mejor carta que tiene Sunil Gulati. Si logra demostrar mano dura para manejar a un Callejón de los Milagros como esta zona, donde se encuentram 34 de los países más corruptos del mundo, estará enviando el mensaje de que puede gobernar FIFA.

Es poco probable que se lo permitan. EEUU es impopular. Pero su presencia en el Comité Ejecutivo de FIFA será un reflejo de que beatificó, de que casi canonizó a la Concacaf, y que si a alguien le molesta, él puede enviar un "wasá", diría Ricardo La Volpe, directamente a Loretta Lynch, y enviar a sus sabuesos a casi cualquier región del mundo.

La Concacaf cambiará por el régimen más despiadado y cruel: el del miedo. Y en la FIFA están advertidos.

¿Es Sunil Gulati perfecto? No. Pronto aparecerán en Los Ángeles, Las Vegas, Sacramento, Chicago, Dallas, y otras ciudades, pruebas de ello.