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Un campeón Mundial hecho en Concacaf

La selección femenil de Estados Unidos aprovechó el nublado domingo de Vancouver para conseguir su tercer campeonato mundial en los últimos 24 años, con lo que se confirma, sin duda, como la gran potencia mundial del futbol femenino, pero la pregunta es: ¿Podría ocurrir lo mismo en el futbol varonil? O mejor dicho: ¿Cuánto tiempo pasará para que ocurra lo mismo? Como sea, lo que ocurrió al oeste de Canadá puede ser un aviso para México y para el resto de los contendientes de la Copa Oro.

LOS ANGELES -- Puede que muchos no capten el mensaje o que otros lo entiendan pero terminen desechándolo por un descuido, por ignorancia y quizá hasta por miedo a enfrentar la realidad. Las imágenes, las expresiones y los sonidos que llegaron procedentes de Vancouver el domingo podrían ser una clara advertencia para la Copa Oro que arranca en las próximas horas y para todos los competidores en el área de la Concacaf.

Estados Unidos volvió a ser campeón mundial de futbol y parece fácil decirlo: campeón mundial de futbol femenil, pero detrás de ello hay todo un proceso de trabajo, una escuela, una estructura, una infraestructura, un conocimiento y al mismo tiempo una pasión. Un deporte que, desde hace algunas décadas, logró abrirse camino en un país de poderosas expresiones tradicionales del béisbol, el fútbol americano, el básquetbol y hasta el hockey para llegar a un sitio donde alcanza el nivel de una potencia mundial. Las primeras informaciones destacan que el nivel de audiencia del juego final del domingo entre norteamericanas y japonesas habría superado el “rating” del sexto juego por la final de la NBA. La selección femenil de Estados Unidos ha ganado tres campeonatos mundiales desde 1991. Impresionante. La pregunta es: ¿Podría ocurrir lo mismo en el futbol varonil? O mejor dicho: ¿Cuánto tiempo pasará para que ocurra lo mismo?

A mediados de la década de los ochenta, la US Soccer, la Federación Estadounidense de Futbol, había planteado un proyecto que en 10 años debía llevar a los Estados Unidos a convertirse en una potencia mundial del futbol. Para ellos no había distinción de géneros. Se trataba de ser potencia mundial del futbol y en mujeres, el tema está finiquitado. Entre los varones, ese proyecto, plan o deseo debió haber culminado en el Mundial de 1994. No resultó del todo correcto, pero al final del día, lo que sí logró, satisfactoriamente, es elevar su nivel de competitividad. Estados Unidos juega hoy al futbol ante México y ante una potencia mundial y lo hace con otro tipo de fundamentos y condiciones. Puede ganar, perder o empatar, pero los tiempos en que le pasaban por encima, quedaron sepultados en el pasado.

La Copa Oro del 2015 está por comenzar y desde el minuto inicial, la mente del futbol mexicano parece enfocada en “arrebatarle” el medio boleto que queda disponible para la Copa Confederaciones a la selección de los Estados Unidos. Y ganarle no será nada sencillo. Requerirá de un mejor nivel futbolístico del que ha mostrado hasta ahora y de una concentración absoluta.

El recordatorio llegó desde Vancouver. Lo hicieron las mujeres, las más poderosas del mundo para jugar al futbol.

@Faitelson_ESPN