<
>

La amnesia le costó a Honduras la derrota

CHICAGO -- Honduras pagó con la derrota su amnesia selectiva. Por lo que no hizo en el primer tiempo, mereció perder. Por lo que hizo en la segunda mitad, mereció empatar... y hasta ganar.

Los estadounidenses estaban asustados tras imponerse 2-1. Las flemas de la angustia les apretaban la garganta. "Estuvieron muy agresivos, en todos sentidos", se quejó Clint Dempsey.

La dureza -o rudeza-, de los hondureños en el segundo tiempo desató la histeria hasta en los especialistas de la MLS, donde parece haber una abominable adicción por mezclar a veces el rugby.

La televisora que transmitió en inglés el segundo juego del arranque de la Copa Oro 2015, hizo incluso un apartado encasillado como "Futbol físico". Y mostraron jugadas intensas, fuertes, algunas con el balón más como medio que como fin de la acción represora de los hondureños.

Curiosamente, en un momento del juego, ambos entrenadores se mostraron descompuestos, exaltados, tremendistas. Juergen Klinsmann protestaba porque no aparecían las amarillas para los hondureños. Y Jorge Luis Pinto reclamaba con más rabia que Donald Trump tras los Óscar a Iñárritu, porque el árbitro, según él, los estaba aniquilando.

¿Amnesia selectiva? Honduras renunció en el primer tiempo a jugar como lo hizo 90 minutos ante México en el juego de preparación. Pero, recuperó la memoria en la segunda mitad. Y salió a morder y a jugar futbol; salió a ultrajar para recuperar el futbol, y a darle saludable uso.

Asfixiado, maniatado y encima vapuleado, EEUU se encomendaba más a una amnistía arbitral que detuviera la doble guerra que desataba Honduras, que a ordenar sus ideas, a no ser la desesperación del contragolpe.

Y mientras Honduras erraba, Pinto hacía uso de todos los epítetos y los reclamos, fuera de sí, desahuciado ya por los errores de sus jugadores en momentos clave de definición, y porque por momento sus adversarios empezaron a teatralizar los contactos.

Tal y como sus 90 minutos ante México, Honduras encontró espacio y tiempo para practicar esta nueva escuela en la que empareja, sin problemas, la capacidad de ser competitivo ante adversarios que en nóminas parecen muy superiores.

Al final, ese 2-1 es una sentencia justa para EEUU por lo que se olvidó de hacer Honduras desde el inicio. Pero los catrachos podrían reclamar el sinsabor de la derrota como un saldo injusto del partido, porque volvieron a jugar con ese compromiso a mansalva, pero con etiquetas de futbol cuando fue necesario.

La situación sin embargo ya deja en el sótano a Honduras. El empate entre Panamá y Haití coloca a los hondureños en lo más hondo de su grupo, mientras preparan maletas, con la esperanza de sacar los puntos de clasificación a cuartos de final el fin de semana.

En la suma de los dos goles de EEUU, en especial en el primero, y tomando como necesaria referencia el amistosamente enemistado juego ante México, es entendible la cólera de Pinto, especialmente porque ese tipo de concesiones para que el balón vagabundeara en el área, jamás permitieron esas liviandades ante los aztecas.

Ahora, los catrachos lo tienen claro: los últimos 45 minutos ante EEUU les deben alcanzar para resolver su clasificación ante Haití y Panamá. El problema es que nuevamente se propague entre ellos esa amnesia selectiva, para sólo brindarse a jornada completa contra el Tri.

Es tiempo de que los hondureños se consagren al daltonismo. Que todo lo vean verde. Para que no den ventajas como en el primer tiempo ante Estados Unidos.