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Pedro al Olimpo de los Medias Rojas

BOSTON -- Ahora Pedro Martínez está instalado en el Olimpo de los Medias Rojas y su legado quedará destacado por siempre en el mismo lugar donde se rinde homenaje a Ted Williams y Carl Yastrzemski y un puñado de privilegiados entre los mejores beisbolistas que han pasado por Boston.

El martes, los Medias Rojas retiraron el número 45 que usó Martínez durante su legendaria carrera en Grandes Ligas, incluyendo siete maravillosos años en Boston, durante los cuales tuvo marca de 117-37 y dos premios Cy Young y ayudó a la organización a quebrar una racha de 86 años sin conquistar la Serie Mundial.

Martínez, quien el pasado domingo fue exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown, es el octavo jugador de los Medias Rojas, el primer lanzador y primer latinoamericano con su número colocado en la pasarela del segundo piso en el jardín derecho del Fenway Park. Juan Marichal, cuyo #27 fue retirado por los Gigantes de San Francisco, es el único otro dominicano con igual honor al recibido por Martínez.

Cuando David Ortiz, el bateador designado de los Medias Rojas, compatriota y compadre de Martínez, hizo una seña, un paño rojo fue retirado para dejar ver el #45 del lanzador al lado de los de Bobby Doerr (#1), Joe Cronin (#4), Johnny Pesky (#6), Yastrzemski (#8), Williams (#9), Jim Rice (#14), Carlton Fisk (#27) y el #42 de Jackie Robinson, que fue sacado de circulación en las Grandes Ligas en 1997.

"Esta noche sentí la misma electricidad que se producía en Fenway Park cuando lanzaba", dijo Martínez en una conferencia de prensa posterior a la ceremonia. "Adoro eso. Es lo que convierte a Boston en un lugar único. Cuando estaba en el pido pude escuchar a un fanático gritar ´Te amo Pedro´ y me sentí como en mis tiempos de lanzador", agregó.

La ceremonia que prepararon los Medias Rojas para Martínez fue espectacular. En el centro del diamante del Fenway Park estuvo la familia completa del pitcher, algunas de las personas que incidieron en su carrera y la directiva y principales jugadores vivos de la historia de la franquicia de 115 años.

Rafael Ávila, el scout que firmó a Martínez para los Dodgers de Los Ángeles en 1988; Felipe Alou, el manager de Montreal que le dió la oportunidad de ser miembro de la rotación abridora en 1994; Jesús Alou, quien tuvo mucho que ver en su desarrollo y vaticinó que sería mejor que su hermano mayor Ramón, y Tommy Harper, quien fue coach de Pedro en Montreal y Boston, participaron en la ceremonia.

La plana mayor de Boston estuvo representada por los propietarios John W. Henry, Tom Werner y Larry Lucchino en la "Noche de Pedro", que atrajo 38,063 fanáticos al partido contra los Medias Blancas de Chicago.

Mientras el torpedero Nomar Garciaparra mandó un saludo por video, el nudillista Tim Wakefield entregó un cheque de los Medias Rojas para la Fundación Pedro Martínez. Jim Corsi y Lou Merloni le regalaron una silla de las gradas; Curt Schilling, Trot Nixon y Orlando Cabrera, miembros del equipo campeón del 2004, le dieron una computadora cargada con videos de los mejores momentos de su carrera y Harper, Dwight Evans y Luis Tiant le obsequiaron una pieza del Monstruo Verde.

En uno de los momentos cumbres de la noche, los miembros del Salón de la Fama Rice, Fisk, Yastrzemski y el relevista Dennis Eckersley presentaron a Martínez una escultura con las huellas de sus manos en plasmadas en oro. Cuando tocó el turno de realizar el primer lanzamiento ceremonial, Martínez llamó al escenario a su ex receptor Jason Varitek, el adorado ex "Capitán" de los Medias Rojas.

"Siendo honesto, no estaba preparado para tanto", dijo Martínez. "Doy gracias a la organización y pido a Dios que bendiga este sitio, que bendiga este estadio. Solamente me queda reflexionar, cuando tenga tiempo, sobre la trayectoria que me trajo aquí", agregó.

"Mi destino con la ciudad de Boston ha sido único y no termina de mostrarme hazañas diferentes", dijo Martínez, cuyas temporadas de 1999 (23-4, 2.07, 313 ponches y apenas 37 boletos en 213.1 entradas) y 2000 (18-6, 1.74 y 284 ponches en 217 entradas) con los Medias Rojas se encuentran entre las mejores de cualquier pitcher en la historia del juego.

"Pedro Martínez hizo todo lo que puede hacer un jugador para convertirse en la leyenda de un equipo. Durante su estadía aquí, Pedro fue el alcalde de esta ciudad", dijo Ortiz, quien llegó a Boston en el 2003, justo a tiempo para el campeonato del año siguiente.

"Pedro es el ejemplo de lo que uno sueña ser. Alguien que no solamente hizo las cosas bien el terreno, sino también fuera de las líneas de cal", dijo el jardinero dominicano Hanley Ramírez.

Durante la rueda de prensa post ceremonia, Martínez hizo un recuento de los mejores momentos de su vida deportiva y concluyó en que los capítulos más felices, incluyendo algunos que fueron amargos en el tiempo en que ocurrieron, los ha pasado al lado de los Medias Rojas.

"En el 2003, los Yankees nos rompieron el corazón en un juego en donde por primera vez permití que se me escapara una victoria con cinco carreras de ventaja, pero entonces en el 2004 sucedió lo increíble, cuando regresamos contra los Yankees y ganamos el primer campeonato en 86 años", dijo Martínez.

"Reflexionando como ha sido todo. Desde ese año, todo ha sido fiesta para mí. Parece que los sufrimientos de los primeros seis años, fueron compensados con lo que ha sucedido en lo adelante hasta el día de hoy", dijo.

La fiesta de Pedro y Boston no termina por ahora. El miércoles, durante la primera "Noche Dominicana" de los Medias Rojas, se repetirá parte de la ceremonia del retiro del número del lanzador, pero en español.

"Los habitantes dominicanos y latinos de los Medias Rojas, los habitantes de la ciudad, se merecen todo y eso más. Gracias Medias Rojas por tomarnos en cuenta", dijo Martínez.