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Chivas preocupa más que hace seis meses

Imago7

LOS ÁNGELES -- ¿Déja vu? Deja... busco un mejor pretexto para el nuevo Chivas de viejos vicios.

La realidad hoy aterra al Guadalajara. Todo se confabula para un equipo que revive sus dramas, sus temores y, de nuevo, fragua sus propias emboscadas.

1. Último en la tabla de porcentajes. Nuevamente. Y recordemos que la temporada pasada cerraron perdiendo con Morelia en ¿su casa?, el OmniLife, y menospreciaron ese descalabro. Hoy, esa derrota, marca diferencia.

2. Dos derrotas y dos partidos sin anotar gol en este torneo. Cuatro juegos consecutivos sin marcar si sumamos las Semifinales ante Santos.

Tal vez esperaban que el Marco Fabián del triplete ante Atlas en la Liguilla anterior seguiría implacable. Lo malo es que Tomás Boy no tiene equipo y no hay quien encienda la mecha de reivindicación en esta eterna promesa rojiblanca.

3. Se suman más bajas. Chapito Sánchez sale con roja y Oswaldo Alanís lesionado. Marco Fabián sigue escuchando más opiniones médicas que ofertas de Europa, mientras que el siempre lesionado de espíritu, Ángel Reyna, muestra perfiles y dotes de político: gana como diputado y se mueve tanto como un diputado.

Y de repente, los mejores jugadores de Chivas terminan siendo los que malbarataron o abandonaron: Giovani, De Nigris, Cubo Torres. La mejor banca del Guadalajara juega en la liga de la nostalgia.

Y resuena la voz de Jorge Vergara en Raza Deportiva de ESPNDeportes: "He hablado personalmente con Marco Fabián y Ángel Reyna y estoy seguro que esta temporada será la mejor de su vida". Y Vergara sigue jugando en la Liga de Alicia en el País de las Maravillas.

4. Instalado en el fondo del barranco, Chivas se asoma al calendario. Debe visitar a Tigres. Si gana la Final de la Copa Libertadores, querrá celebrarlo ante el Rebaño, con ese paladar gourmet que tienen en Monterrey para el cabrito.

Y si pierden ante River Plate, los felinos del Tuca Ferretti querrán congraciarse frente al Guadalajara. Es decir, Chivas, diezmado, deberá esperar sufrimientos.

5. Y en la cancha, no aparece ni siquiera el bosquejo, la insinuación, el proyecto de equipo que era el torneo anterior.

Chivas se defiende mal y ataca peor. Y el problema es que se preocupa más por sacudirse las felpas que, a priori, permite su desordenada media cancha, que por tener una apuesta clara de ataque.

Quiere Chepo de la Torre inventarse dos parejas de jugadores con relevos y proyecciones alternas. En el papel es ingenioso. En la cancha, un desastre. Y no le queda tiempo.

El Chepo pretende que Aris Hernández y Miguel Ángel Ponce se conviertan en un matrimonio que logre desestabilizar en esa sociedad a los adversarios. Intenta en la coordinación de relevos y enlaces atacar con dos y defender con dos, con la misma vocación.

Insisto, suena atractivo y propositivamente letal... y suicida. Y lo mismo intenta con Sánchez y López, dos futbolistas veloces, profundos, aunque el segundo con más talento en el servicio. El problema es que los cuatro aún no asimilan el pizarrón de su técnico, quien tal vez busca una frase de Einstein para incentivarlos.

Pero Chepo olvida su cintura. Y ya se ha dicho, un equipo de futbol es como las concursantes de belleza: pierden la cintura y pierden el encanto.

E imagínese, si ante una media cancha lenta como la de La Máquina, Carlos Salcido e Israel Castro fueron rebasados y perdieron en todos los terrenos en las confrontaciones, dejando en libertad absoluta a un fuelle como el de Joao Rojas, lo que pasará ante equipos más envolventes.

Encima, insisto, el calendario es poco piadoso. Visitan a Tigres el sábado y a media semana reciben al Morelia. Y el domingo visitan a Toluca.

Y a eso, inevitable agregar la falta de compromiso de algunos de los jugadores. Han perdido de nuevo conciencia clara de su zona de desgracia.

Y hoy, deberían detectarlo, Chivas debería estar más preocupado que hace seis meses.

¿Déja vu? Deja tú, el vía crucis apenas comienza.