<
>

Decio y Cantú tienen DT: Forrest Gump

LOS ÁNGELES -- Escribió Juan Rulfo en ¡Diles que no me maten!: "Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar está muerta".

Así debió sentirse el futbol mexicano tras la conferencia de prensa de hoy. Sí, cuando la FMF mostró nuevas caras, pero los mismos viejos rostros taciturnos de oscurantismo, incompetencia, incongruencia e ignorancia.

Abrían la boca los nuevos hombres del poder y era como ostras que se abrían con las perlas de la incongruencia y el absurdo. Perlas fracturadas.

Hubiera podido montar un collar con tantas joyas, pero rescato dos. Y las dos de Guillermo Cantú, nuevo secretario general, y orfebre natural de sinrazones, con un aderezo de histrionismo que le sienta mal a su puesto, y le sienta peor a su fingida caracterización.

1.- "Sí, he hablado ya con varios entrenadores (acerca de dirigir a la selección mexicana)", explica.

2.- "Con esto les voy a contestar todo: no se le ha hecho ninguna oferta oficial a ningún entrenador (para dirigir al Tri)", agregaría minutos después tras otra pregunta.

3.- "No se puede garantizar (a ningún entrenador) que se cumpla (el contrato hasta 2018), porque puede pasar cualquier cosa, aunque eso quisiéramos (que se cumpliera)", explicaría enseguida.

Titubeante, distraído, difuso, errático en hilar ideas, ¿acaso Cantú se sentó con "varios entrenadores" para hablar de qué?

¿Del impacto letal de las especulaciones financieras de China sobre el peso mexicano? ¿Del impacto petrolero en el euro y el dólar tras la reapertura hacia Cuba? ¿O sobre el estado de gravidez de la Kardashian?

Cómo seducir a Bielsa, a Sampaoli, a Sabella, a Klopp, a Vucetich, y hasta al desaparecido aspirante a auxiliar técnico como el ex valet de Lavolpe, Isaac Mizrahi, para dirigir al Tri con ese balbuceo inconexo.

Arquitecto inconsciente de su suicidio público, Cantú disentiría después con lo dicho por Decio de María, quien no se quedaba a la zaga con esa exquisitez huidiza hacia un tema puntual como la urgencia de que México ya tenga un entrenador, cuando Trinidad & Tobago y Argentina ya hasta revelaron los planteles para los amistosos.

Uno hablaba de elegir al director de un proyecto, y otro hablaba de elegir a un hombre con su proyecto. En esa confrontación descabellada, Cantú y Decio creían hablar de lo mismo. Diálogo entre el sordo enmudecido y el mudo ensordecido.

Lo cierto es que a tres semanas de la expulsión de Miguel Herrera, el Tri no tiene entrenador, y después de las alocuciones diversas por parte de la nueva camarilla que manejará a la selección nacional, quedan claros varios puntos.

1.- Que México no tiene entrenador porque no ha encontrado a uno tan perfecto en el mundo que merezca dirigir a una de las selecciones más imperfectamente dirigidas del mundo.

"No queremos equivocarnos, queremos tener una eliminatoria normal", dijo Decio, olvidando que las eliminatorias normales para México, con él y con Justino Compeán han sido angustiosas, suicidas, sufridas, como para Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.

2.- O México no tiene entrenador para el Tri, porque no ha mostrado la empatía con todo lo que pretende la FMF, desde sumisión ante las televisoras, hasta abrir las puertas a promotores, especialmente al de cabecera de la FMF, el alguna vez declarado "persona non grata", como Guillermo Lara.

"Estamos platicando, por eso quiero platicar con todos, para saber que hay afinidad de las dos partes", dijo Cantú, pero nadie le preguntó si él había intentado charlar con Forrest Gump, en ese afán de encontrar el alma gemela del futbol mexicano y su selección.

3.- Que es tal el miedo a acertar, que viven bajo el pavor a equivocarse. Han hablado con "muchos técnicos" a los que les han quitado el tiempo sin "hacer oferta oficial" alguna.

Están perdidos. Dando palos de ciego. Y sin quién los asesore. Porque pedir orientación, para ellos, para su orgullo, es reconocer que finalmente se han graduado con el diplomado en ignorancia.

Hoy México, con la revelación fastuosa de sus nuevos hombres con viejos vicios, queda claro, está más lejos que nunca del Mundial de Rusia.

Hoy, el futbol mexicano está cerca de naufragar sin haberse alejado del muelle.

Escribía Juan Rulfo en Pedro Páramo: "Hacía tantos años que no alzaba la cara, que me olvidé del cielo".