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Ahora...a jugar

MEXICO DF - Ya comienza el Torneo de las Américas acá en México DF y tenemos expectativas, ganas de competir. Llegamos en condiciones normales, sin tantos problemas de lesiones. Estamos bien porque pudimos trabajar un mes tranquilos así que tenemos plena confianza.

De todas maneras es muy complicado saber dónde estamos parados antes de comenzar a jugar. Que este sea mi quinto Torneo de las Américas lo primero que marca es que estoy viejo. Conozco bien cómo es este campeonato por las experiencias anteriores. Es muy desgastante. Juega un papel muy importante el físico. La exigencia y competitividad es alta. No hay que quedarse pensando en el partido de una noche, sino dar vuelta la página rápido hacia el siguiente.

La cantidad de partidos seguidos sumada a la altura del Distrito Federal serán circunstancias a tener muy en cuenta. Lo cierto es que a esta altura de mi carrera sé lo que puedo darle al equipo y no tengo que pretender ser el salvador del mundo. Simplemente tengo que dar lo que siempre le di a la Selección.

Lo que estará presente es mi carácter. Para que se queden tranquilos los que vieron los amistosos, al no ser partidos oficiales me dejo llevar un poco más por las emociones y puedo equivocarme. Pero en un partido oficial estoy más enfocado y nunca tuve problemas de ese tipo en partidos importantes. La parte positiva de mi carácter fuerte es difícil contagiársela a los más jóvenes. Cada uno juega a su manera. Eso se tiene o no se tiene y no hay muchas vueltas que darle al tema. No se les puede exigir a los demás que jueguen como yo. La rotación de jugadores será fundamental en el torneo. Cada uno debe encontrar su lugar en el equipo y poder aportar su parte.

Este Preolímpico me hace acordar al de 1999 donde éramos muchos chicos jóvenes y solo algunos veteranos como Hugo Sconochini, el Puma Montecchia, Juan Espil y el Vasco Aispurúa. Tuvimos ahí un torneo extraordinario aunque nos quedamos afuera de los Juegos Olímpicos por muy poquito. Ojalá podamos mostrar un nivel como el de ese torneo pero consigamos la clasificación.

Despueés de tantas concentraciones, de repetir el compañero de pieza, llegó el momento de cambiar. Ahora que ya no está Leo Gutiérrez, en esta etapa estoy compartiendo la habitación con Nico Richotti. Nos llevamos muy bien. Nos conocíamos de España, pero en este tiempo juntos tomamos más confianza. Estuvimos mirando una serie: Ballers, sobre jugadores de fútbol americano.

En eso coincidimos bastante. A los dos nos atrapó Breaking Bad aunque a él un poco más, tanto como para comprarse un muñeco de Walter White. En la música, en cambio, no estamos de acuerdo. Nico escucha cantantes románticos del estilo de Ricardo Arjona, de quien canta sus canciones mientras se ducha. También aparece India Martínez con Abel Pintos (aunque para mí suena a la Oreja de Van Gogh) en su repertorio. Yo soy más del rock. Ahí sí que lo extraño a Leo.

Les mando un saludo a todos y la seguimos en la próxima.