Hablaba de “partidos moleros” y debutará justo en uno de ellos. Hablaba de un proceso de interinato y podría terminar siendo un “interinato definitivo”. El ambiente que rodea la selección no parece ser el óptimo: jugadores lesionados, atorados y distraídos en el cierre del mercado europeo y un juego de futbol que no vale para nada ganándolo, pero que perdiéndolo, provoca un dolor profundo. “El Tuca” y “El Karma”, donde la ley de causa y efecto que establece que nuestras acciones físicas, verbales y mentales son causas, y nuestras experiencias son sus efectos.
LOS ANGELES, CA. -- Todo indica que Ricardo “El Tuca” Ferretti debutará el viernes en un auténtico “partido molero”.
Y todo hace indicar, siguiendo con nuestra “doctrina karmística”, que el futuro de Ricardo “El Tuca” Ferretti dependerá directamente de los resultados que obtenga en la cancha en los siguientes cuatro partidos. “El Tuca” y “El Karma”, donde la ley de causa y efecto que establece que nuestras acciones físicas, verbales y mentales son causas, y nuestras experiencias son sus efectos.
Jugadores claves en puestos en claves, lesionados --Oribe Peralta y Luis Montes-- y futbolistas estelares atorados en el cierre de registros europeos --Javier Hernandez, Miguel Layún y Jesús 'El Tecatito' Corona--. Ello, más un rival al que nadie le presta importancia. Ganarle a Trinidad y Tobago significa nada. Perder o empatar con los trinitarios puede traducirse en un escándalo en momentos donde el futbol mexicano y la selección mexicana no parecen estar listos para nuevos escándalos.
El ambiente alrededor de la selección supone encontrarse justamente como no le gusta que esté a Ricardo Ferretti. “El Tuca” prefiere tener un control exacto y puntual con lo que sucede en su plantel fuera y dentro del campo de juego. Aquí, podría depender de otros factores, de reportes médicos, de equipos europeos y de una situación que no le ayuda en nada a fortalecer la seguridad y la confianza que México requiere como selección en este momento.
Pero hay muchas voces que creen que todo este anuncio de un interinato obedece a una gran pantalla, a una cortina de humo, para alejar la presión y darle libertad de trabajo a la selección. Algún brillante iluminado dijo por ahí: “Digan que es un proceso temporal. Si los resultados son buenos, seguimos. Si son malos, lo dejamos como un periodo de ajustes y de búsqueda de un nuevo proyecto”.
Sigo pensando hoy que con resultados y el boleto en mano para la Copa de las Confederaciones, nadie será capaz de ponerle fin al interinato de Ricardo Ferretti.
El juego del viernes es un juego más, un “juego molero” como diría “El Tuca” en sus mejores días y el futuro es incierto porque el término “interino” sigue sin quedarle como “traje a la medida” al “Tuca”, a un “Tuca” cada vez más sumergido en la “doctrina karmística”, donde cada cosa que hagas o jures no hacer, promete revertirse a tu favor y/o en contra tuya.