El plan de expansión a 20 equipos sigue sobre el escritorio de Decio de María, pero conlleva un peligro: probar un talento mexicano en medio de una crisis que muchos afirman se ha originado por la gran presencia de jugadores no nacidos en territorio mexicano, incluido el polémico asunto de los naturalizados. Por otra parte, expandir la Liga significaría salvar a uno de los grandes "tesoros" mercadológicos del futbol mexicano: las Chivas, unas Chivas que en la cancha no parecen tener garantía de nada. He ahí el dilema: una expansión sin el talento suficiente o arriesgar a una franquicia de los tamaños de Chivas.
LOS ANGELES, CA.-- En la cancha o en la mesa, "salvar" a Chivas conlleva algunos riesgos...
Un plan de expansión que ampliaría el número de equipos en la Liga MX a 20 sigue en la mesa del presidente Decio de María, una acción, cuyo daño o beneficio colateral podría significarse en "la salvación" de Chivas como equipo de la primera división.
Pero el problema principal de ese tema no radicaría "en salvar" a Chivas de manera autoritaria y lejos de la cancha -cosa que ya ha ocurrido en la historia del futbol mexicano- sino que debería centrarse en la escasez de talento para alimentar dos nuevas franquicias del futbol mexicano. En una liga cada día más poblada por futbolistas no nacidos en el país -el complejo tema de los naturalizados- la decisión arrojaría nuevas dudas sobre el verdadero nivel competitivo del futbol mexicano.
Y no es Chivas el que estaría "empujando" una posible decisión sobre la expansión de la Liga MX. Son las necesidades del mercado las que tienen al tema en una situación activa y urgente. El requerimiento de nuevos contenidos de televisión y la mejora en estructura e infraestructura de plazas de la división de ascenso, aparecen como dos "motores" que impulsarían el proyecto. En los próximos meses, México tendrá una tercera opción en televisión abierta, un grupo consolidado en lo económico que ya es dueño de una franquicia de la primera división -Gallos Blancos de Querétaro- y que podría necesitar de más material para competir. Ello, más el innegable avance de la televisión restringida que requiere de una participación más profunda en las transmisiones y el siempre saludable mercado hispano de los Estados Unidos. Hay síntomas incuestionables sobre la necesidad de más juegos y por ende de más equipos. Plazas como Oaxaca, Hermosillo, Mérida, Zacatepec, San Luis y Guadalajara levantan la mano por una franquicia. Tienen bases más sólidas para soñar con ello: han mejorado sus estadios, sus estructuras y en apariencia están listos para, en algunos casos, volver y en otros presentar futbol de primera división.
El éxito de una expansión, en cualquier liga de cualquier deporte del mundo, tiene una correlación directa con la materia prima, con el talento humano. ¿Hay en México futbolistas suficientes para expandir la Liga?
Y tampoco hay que desechar, totalmente, el deseo de la Liga MX porque Chivas no pierda la categoría. Después de todo, un club como el Guadalajara ofrece condiciones económicas para todos. Perderlo significa una "tragedia", cuantificable deportiva y mercadológicamente.
La Liga MX tiene tiempos complicados por delante: No hay garantías de que el talento alcance para una expansión, la necesidad de tener a Chivas en el máximo circuito es inminente y nadie quiere que el futbol mexicano vuelve a uno de sus parajes obscuros donde los intereses deciden por un tema que deben resolverse en la cancha. La moneda está en el aire. Lo cierto es que una decisión u otra, conllevan un riesgo. ¿Habrá que tomarlo?