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¿Omar en el Tri? Más Bravo que otros

LOS ÁNGELES -- Ellos los que pontifican que tienen la potestad absoluta sobre los secretos del futbol ("los puntos finos", dicen ufanos), engolan la voz y juramentan.

"Juegan los que mejor se encuentran", perjuran. Y puntualizan jactanciosos algunos entrenadores de futbol: "Sólo llamaré a los que estén jugando y en mejor momento".

Bla, bla, bla... Monotonía. Discurso gastado. Y gastado y avejentado no sólo por su uso indiscriminado, sino por su infundio.

Pero, de ser así, que los técnicos cumplieran las órdenes del sentido común, sin irrupciones de directivos o entrenadores, Omar Bravo debería estar en el eje del ataque ante Estados Unidos, si un hueco en el reglamento de la Concacaf lo permite, o en la eliminatoria de noviembre ante El Salvador y Honduras.

Hoy vive ese amasiato, ese concubinato de embeleso con el gol, por encima de los naturales en el puesto, como Javier Hernández y Oribe Peralta.

Esta consideración, ya aventurada hace días en Raza Deportiva de ESPNDeportes y en estos espacios, la fortalece el mismo jugador con sus dos anotaciones al América, primero acechando el error de Oswaldito (eternamente en diminutivo), y después anticipando a Goltz con la misma argucia, pero con mejor fortuna y puntería, que Chicharito.

Claro, hoy, a cinco meses de cumplir 36 años, Omar Bravo mide esa fascinante crueldad de la vida del futbolista: mientras más sabe cómo aprovechar sus virtudes, éstas empiezan a tragárselas los calendarios.

Hoy, en un equipo bajo cataclismos internos y externos, ya lo comentábamos la semana pasada, es el lazarillo de jugadores enceguecidos por la crisis amenazante del descenso y por la crisis amenazante -siempre-, de la inestabilidad emocional de su dueño Jorge Vergara.

Hace unos meses certificábamos con cifras y datos escrupulosos, que Omar Bravo era el jugador con más productivos recorridos, ofensivos y defensivos, en el Guadalajara, y fue sin duda el bastión semi oculto que apadrinó el despertar con el Chepo de la Torre, a partir de la victoria sobre Cruz Azul.

Se ha convertido en una figura más importante que su propio entrenador dentro de la cancha. E insisto en lo establecido la semana pasada: lo faculta, lo justifica con la conspiración magnífica que vive con el gol.

Y si tiene que morder, muerde. Y si tiene que incomodar, incomoda. Y si tiene que exacerbar, exacerba. Y si tiene que jugar al truhan con las emociones del adversario, juega.

¿Es mejor futbolista que Chicharito u Oribe Peralta? Una comparación para que las arpías citen a su aquelarre y despellejen a los tres, con sustanciosas tazas de té y galletas.

Oribe Peralta tuvo su clímax con Santos. Y con la selección nacional quién puede regatearle su rostro en la medalla de oro de Londres 2012. El Hermosa hermosea la fantasía de esa conquista con los recuerdos de sus dos goles a Brasil.

¿Y Chicarito? Ha marcado goles en las mejores ligas de Europa, y en las mejores competencias de Europa, y ante a algunos de los mejores porteros del mundo.

Bravo probó suerte en España. Deportivo La Coruña difícilmente lo pondrá en su salón de la fama. Y también erró un penalti ante Portugal que le pudo costar a México la eliminación en fase de grupos del Mundial de Alemania.

Pero, en la fauna mexicana, ¿no falló acaso un penalti Hugo Sánchez ante Paraguay en el Mundial de 1986? Y los que erraron ante Bulgaria en el Mundial de EEUU, entre ellos el Beto García Aspe. ¿Y los de Copa América?

Apegándonos a esas ínfulas de algunos entrenadores, que sin duda ofrecen una verdad irrefutable, el delantero mexicano que por mejor momento pasa, es Omar Bravo, jugando sólo con mexicano y a veces sólo y a solas, entre mexicanos, por la filosofía de Chivas.

Veamos algunas cifras. En este año, Omar Bravo ha marcado 14 goles en un equipo precario en plantel, limitado en refuerzos, pobre en espíritu ofensivo como fundamento táctico, y respaldado por jugadores jóvenes.

Oribe Peralta, escoltado por algunos de los mejores futbolistas extranjeros en México, en un equipo sin soponcios del descenso, suma 12 goles.

Tuca Ferretti ya entregó su lista preliminar de 32. Podría agregar a su nómina final del 1 de octubre a Omar Bravo en sustitución del lesionado Rafa Márquez.

De no poder aprovechar la estrecha ventanita de la confusión de reglamento de CONCACAF, al menos para el técnico que asuma para la eliminatoria, debería ser observado con seriedad.