Pachuca y Chivas levantan la mano por un nuevo reglamento en el tema de los futbolistas no nacidos en México que actúan en la mayor parte de los clubes mexicanos. Otros, callan y otorgan, y al mismo tiempo, defienden sus malévolos intereses. ¿Dueños de equipos? ¿Dirigentes? ¿mandos medios? ¿Promotores? ¿Entrenadores? ¿Periodistas? ¿Cuánta "basura" existirá en el medio? Decio de María tiene la obligación de intervenir y de lanzar una "cruzada" para favorecer el desarrollo del futbolista mexicano. Se lo debe, ante todo, a las futuras generaciones. A los chicos que hoy tienen 15, 16 o 17 años, como la selección que juega en Chile el Mundial de la categoría, y cuyo futuro, cuyo mañana, en las canchas mexicanas, es totalmente incierto.
LOS ANGELES, CA. -- Nuevos resultados convincentes y contundentes que proceden desde las selecciones con limite de edad han abierto, otra vez, la interrogante sobre la necesidad que tiene el futbol mexicano de frenar, de una vez y para siempre, la presencia de tantos futbolistas no nacidos en el país en las alineaciones de los equipos.
Solo un club, el Pachuca, ha levantado la mano. El otro, Chivas, por una cuestión de naturaleza propia, le sigue los pasos, pero la pregunta es: ¿Será ello suficiente?
Un estudio realizado por Grupo Reforma en México revela que clubes como Monterrey, América, Atlas y Dorados han utilizado con mayor frecuencia en su alineaciones a 7 futbolistas no nacidos en México al mismo tiempo. Santos, Cruz Azul y Tijuana, establece la misma investigación, le han dado mayor oportunidad a seis elementos nacidos fuera del país.
La selección Sub-17 de México ha pasado en primer lugar la ronda de grupos del Mundial de Chile. Le ganó con autoridad y personalidad a selecciones como Argentina y Alemania. A esa edad, México volvió a demostrar que tiene el potencial para competir sin ninguna clase de complejos. ¿Qué pasa después? Quizá la diferencia radica en que el futbolista alemán o argentino recibe la oportunidad de debutar a los 18 o 19 años en la liga de su país, mientras que en México, esos jugadores, deben formarse en una larga fila detrás de algún extranjero o en su caso naturalizado que fue elegido por su propio club. ¿Dónde esta el "corto-circuito" en la situación? ¿De quien es la culpa? Por qué los clubes mexicanos prefieren darle la oportunidad a un jugador joven o mediano en edad procedente de Colombia, de Ecuador, de Chile, de Argentina, de Paraguay o de Brasil y no a un mexicano? ¿Dónde esta la diferencia?
Y si finalmente, como objetan algunos, es para mejorar el nivel de competencia de la Liga, habrá que decir que los mejores futbolistas de esas nacionalidades sudamericanas no vienen a México. Los mejores están etiquetados y reservados para jugar en Europa.
Y aquí entra otra clase de tema, mucho más delicado y mucho más acorde a los tiempos que vive México como país: la corrupción. ¿Quién esta ganando dinero, quien esta haciendo negocios con la llegada de los futbolistas extranjeros? ¿Son los dueños de clubes? ¿Son los dirigentes? ¿Son los mandos medios? ¿Son los promotores? ¿Son los entrenadores? Alguien esta favoreciéndose de la industria para lograr un negocio en el tema.
Entiendo muy bien que la postura de la Federación Mexicana debe ser cauta y muy precisa cuando se trata de las leyes. Las leyes de México le dan, como debe ser, las mismas oportunidades de trabajo a un mexicano que a un naturalizado. Bajo la ley, deben ser iguales, pero el futbol no esta para cambiar la constitución mexicana, el futbol esta para regular sus propias reglas o leyes y ahí es donde debe encontrar un equilibrio que le permita al futbolista mexicano tener la actividad, el desarrollo y el fogueo que requiere para crecer.
Tarde que temprano, el tema afectará a todos: al nivel de la Liga, al sentido de la pasión, que se refleja en pertenencia y arraigo y obviamente a la selección mexicana, que no encontrará demasiado talento de donde abastecerse.
Decio de María tiene ante si el mayor reto que hoy en día afronta el futbol mexicano: desmantelar una red de corrupción ++porque eso es, al final del día++ y reglamentar a través de la Federación un sistema que le permita vivir y trabajar en paz a todos: no coartar la libertad y los derechos que tienen los mexicanos bajo la ley de ser iguales y de tener las mismas ocasiones de trabajo, pero darle fuerza, sentido y relevancia al futbolista mexicano para que pueda llegar a los niveles que todos queremos que lleguen. No hay otro camino.