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Mexicanos, extranjeros... ¡Y la corrupción!

El "fuego" va ahora de trinchera a trinchera. ¿Quién carga con la culpa de la gran proliferación de futbolistas extranjeros y naturalizados en la Liga MX? Está claro que la culpa es de los clubes, que han dejado de trabajar y producir a través de su fuerzas básicas. ¿Por qué lo han hecho así? La respuesta a esa pregunta podría ser clave para desenmascarar el tema. El negocio de compra y venta de jugares se resta a muchas cosas, incluso a una práctica nada desconocida en nuestro México de todos los días: la corrupción.

LOS ANGELES, CA -- En medio de los dos "fuegos", hay un "fuego" que quema en el futbol mexicano: el de la corrupción. Daniel Ludueña utilizó “El Hachita” de su propio sobrenombre para destapar una “Caja de Pandora”. Y ambos bandos han comenzado a intercambiar acusaciones. La respuesta llegó, aparentemente, vía la Selección Sub-23 (una carta que quien sabe de donde salió hablando a nombre, casi, de todo el futbol mexicano) y continuó con declaraciones de otros protagonistas activos como Juninho y Eduardo Herrera.

Más allá de las acusaciones entre futbolistas extranjeros y mexicanos, hay un hecho contundente en esta historia: los clubes en México no trabajan bien fuerzas básicas. Y hay, aunque no les guste a muchos ponerlos sobre la mesa, otra posición insostenible: Los directivos del futbol mexicano, en algunos casos, prefieren a jugadores extranjeros y luego naturalizados para favorecerse del próspero negocio de la compra y venta de futbolistas. Negocio donde, por cierto, no sólo se trata de directivos, también hay promotores, entrenadores, jugadores, árbitros y aunque usted no lo crea, también hay comentaristas y periodistas metidos en el asunto. Los clubes han dejado de interesarse en producir futbolistas.

Resulta más barato, más rápido, más seguro y hasta más atractivo -en cuestión de negocios- levantar el teléfono y llamar a Sudamérica para preguntar por tal o por equis futbolista. Es una practica, un negocio que genera millones de dólares cada seis meses.

El futbol mexicano requiere de una concientización sobre la necesidad que tiene este futbol de mantenerse es una escena competitiva, que brinde espectáculo y que no olvide que en el desarrollo de su materia prima (el futbolista mexicano) podría estar empeñado el futuro mismo del deporte y de la industria. Pero si esa concientización no es capaz de frenarlo -como ha ocurrido en la última época- entonces lo que urge es una reglamentación. Punto.

Aquí no se trata de ver si son culpables los mexicanos o los extranjeros. Aquí los responsables son los clubes, sus dirigentes, sus dueños, sus negocios, sus caprichos. Los clubes en Mexico, a diferencia de otras partes del mundo, son una propiedad privada -no hay una serie de socios con votos y decisiones como sucede en Europa y en algunas partes de Sudamérica-. Aquí se ejecuta a la voluntad de los que tienen el dinero y mandan. Y en esa situación se cometen muchos erorres y se entra a un terreno que ha sido, indudablemente, una problemática, no sólo del futbol, sino de todo el país: la corrupción.

@Faitelson_ESPN