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Carson Palmer y Cam Newton hacen historia para el Heisman

MÉXICO -- Durante casi un siglo se ha entregado el Trofeo Heisman al mejor jugador de fútbol americano colegial de Estados Unidos. El premio ha sido prácticamente exclusivo para jugadores ofensivos y, dentro de esa categoría, han salido decenas de mariscales de campo, específicamente 23 en la era del Super Bowl.

El trofeo no garantiza éxito en la NFL. Los ejemplos sobran de eso, pero circulando los dos protagonistas del próximo Juego de Campeonato de la NFC, la historia es muy distinta y recompensará a uno con el pasaje al Super Bowl 50.

Carson Palmer, mariscal de campo de los Arizona Cardinals, y Cam Newton, mariscal de campo de los Carolina Panthers, se convertirán en los primeros mariscales ganadores del Heisman que se enfrentan en un juego de playoffs de NFL.

Sus carreras han sido dispares partiendo desde la raíz, toda vez que ganaron el premio con ocho años de diferencia y cinco pasadores lo recibieron entre cada uno, pero sus logros son muy similares. Ambos fueron la primera selección global de su respectivo draft (Palmer a los Cincinnati Bengals en el 2003, Newton a los Carolina Panthers en el 2011) y, aunque Newton salió campeón de la BCS y Palmer no lo alcanzó con USC, los dos ingresaron a la votación del Heisman como favoritos absolutos.

Palmer es el Heisman más veterano de la NFL y su carrera ya rebasó a ganadores más jóvenes como Matt Leinart --su relevo en USC--, Jason White, Troy Smith y Tim Tebow.

Newton lo ganó en el 2010 tras el campeonato nacional de los Tigers y todo ha sido un ascenso para él desde su primera alineación con los Panthers.

Fue justo en el escenario actual, la National Football League, donde tomaron caminos divergentes. Palmer está en su segundo equipo y ha luchado durante 13 campañas para sacudirse la etiqueta de "fiasco" de draft y evadir el camino de esos ganadores más jóvenes que hoy no figuran en la liga. Se tardó todo este tiempo para ganar su primer juego de playoffs --lo hizo el fin de semana contra los Green Bay Packers, por poco--, instancia donde Newton le lleva ventaja por experiencia y resultados, no obstante la diferencia de edad y minutos de juego.

Las carreras colegiales de ambos también respresentan una brecha generacional, toda vez que Palmer fue un sueño de prospecto tras brillar en la ofensiva estilo profesional con el coordinador ofensivo Norm Chow en su año senior con los Trojans. Newton representaba la mejor opción física y sus aportaciones ofensivas versátiles lo siguen separando del resto de los mariscales en la NFL.

A partir de Newton, todos los ganadores del Heisman han sido mariscales de campo, pero el de los Panthers es el único de los cinco que ha ganado en postemporada. Robert Griffin III llegó a una ronda de comodines pero perdió con los Washington Redskins en el 2012 ante los Seattle Seahawks. Johnny Manziel "juega" con los Cleveland Browns (¿hace falta detallar?). Jameis Winston acaba de sellar una gran campaña de novato con los Tampa Bay Buccaneers pero al margen de los playoffs, mientras Marcus Mariota llegó a los Tennessee Titans y un año después elegirán primero en el draft.

La historia de los Heisman entre Palmer y Newton tampoco es halagadora. Aparte de los ya mencionados, también aparece Sam Bradford, quien pasó cinco temporadas sin éxito en los St. Louis Rams y fue canjeado a los Philadelphia Eagles para el 2015, donde tampoco prosperó en su primera campaña.

El mérito de Palmer y Newton va más allá de sus pares contemporáneos, toda vez que estamos ante los únicos dos mariscales de campo ganadores del Heisman que iniciarán una Final de Conferencia desde Vinny Testaverde en enero de 1999 con los New York Jets ante los Denver Broncos.

En resumen, el Trofeo Heisman nunca tuvo mayor promoción que esta semana, ya que veremos a un QB galardonado en el Super Bowl por primera vez desde que Jim Plunkett lo hizo en el Super Bowl XVIII al frente de Los Angeles Raiders. Para Palmer, la oportunidad dorada de validar su larga carrera y compensar su éxito colegial. Para Newton, las faldas de un risco que puede tener oro al final del camino, y la posibilidad de un Lombardi para acompañar su todavía fresco en la memoria campeonato colegial y Trofeo Heisman.