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Verano tricolor... Ni Centenario, ni Oro: ¡Hay que ser competitivos!

En los dos eventos que plantea el verano del futbol mexicano de selecciones nacionales hay que tratar de presentar un equipo serio, dinámico, que intente jugar con un estilo propio y que lo haga sin temor a nada. Con eso nos vamos contentos en la división del corazón que nuevamente tendrán que hacer el futbol mexicano en este 2016. ¿Ganar la Copa del Centenario? No es imposible, pero tampoco se ve muy posible. ¿Repetir con el Oro olímpico? Duro, muy duro, pero México debe acercarse a la lucha por las medallas en Río de Janeiro.

LOS ANGELES, CA -- Por segundo verano consecutivo, el futbol mexicano se ve obligado a dividir “su corazón” en dos escenarios competitivos: la Copa América del Centenario y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Y la obligación no radica en ganar los dos eventos. La única obligación real es presentar dos equipos y dos planteamientos agresivos que le permitan mantenerse, en los dos frentes, en un estado competitivo.

Aquel que me diga con certeza que México debe ganar el título de la Copa América del Centenario y la medalla de Oro en Juegos Olímpicos está completamente alejado de una realidad. México debe presentar un equipo atractivo, con las bondades de su futbol, un estilo propio y algunas condiciones que pueda establecer el nuevo entrenador nacional Juan Carlos Osorio.

En el caso de la Selección Olímpica, yo veo un equipo igualmente serio, bien planificado, disciplinado y con un trabajo bien estructurado para elegir a los tres refuerzos mayores de edad. México no tiene, sin embargo, el carácter de favorito ni en uno ni en otro torneo. Por encima de la Selección Mexicana, habrá equipos con mayores argumentos, resultados y materia prima para considerarse como los principales aspirantes.

Londres 2012 quedó en el pasado. El mayor triunfo deportivo en la historia del futbol mexicano no fue un resultado fortuito, pero sí, completamente sorpresivo. México no tenía, hasta antes de aquella tarde en Wembley, el sustento de sentirse favorito en un concurso olímpico de futbol. Lo hizo y lo hizo bien. Hoy, ya tiene la capacidad y el antecedente inmediato para sentirse en condiciones de poder competir por una de las medallas que se entregaran en Río.

El futbol con limite de edad es, casi siempre, una competencia caprichosa. Depende de muchos factores como pueden ser el carácter, temperamento de la generación futbolística y de qué tanto puedan, en el caso de los Olímpicos, adaptarse con rapidez los refuerzos mayores. Es tan extraña la competencia olímpica que Brasil, una de las grandes potencias históricas de este deporte, jamás ha ganado el Oro. Es absolutamente favorito para hacerlo en casa este verano.

La Copa del Centenario dependerá en gran parte de la seriedad que le den las grandes potencias sudamericanas. Argentina: ¿Viene Messi? Si no, tiene, de todas formas un equipo espectacular. Brasil: ¿Pondrá todas las “baterías” en los Olímpicos? Chile: ¿Quién será su entrenador para ese entonces?, ¿Logrará las mismas condiciones que Sampaoli? Colombia: ¿Mejorará con respecto a su pobre rendimiento en Chile 2015? A partir de ahí, entenderemos la dificultad que representará el evento. México tiene su sitio en Concacaf y su sitio en el futbol sudamericano. Tendrá que alcanzar las finales, con el cómo, la forma, y las maneras, siempre en un sitio preponderante.

El 2016 luce, otra vez, atractivo para las Selecciones Nacionales. Es verdad que tendrá que volver a dividir su corazón y es verdad que en un escenario, ese corazón podría latir más que en el otro. Yo creo que el reto es ser competitivo, aunque no se gane ni la Copa del Centenario ni el oro en Río.

@Faitelson_ESPN