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El día en que el futbol alcance al negocio...

Ese día habrá una esperanza para el futbol mexicano. Nadie sabe, en lo deportivo, para qué le puede servir el juego ante una juvenil Selección de Senegal este miércoles en Miami. Está claro que el futbol mexicano está cumpliendo con un negocio. Y está claro también que ése ha sido el gran problema de este futbol con el pasar de los años: la industria se ha fortalecido, vivimos en un futbol rico en estructura e infraestructura, pero pobre en resultados de cancha. El día en que el futbol se ponga al nivel de los negocios, ese día, habrá cierta esperanza...

LOS ANGELES, CA -- Sólo Juan Carlos Osorio sabe, a profundidad, qué tipo de provecho deportivo obtendrá de la semana y del juego ante una juvenil Selección de Senegal en Miami. Por ahora, la única realidad, tajante e inobjetable, señala hacia un compromiso económico y nada más.

Tras el "berrinche" de Chivas, su renuencia a prestar futbolistas y hasta el intercambio de declaraciones -por llamarle de una forma- entre Jorge Vergara y Osorio y hasta la advertencia de Decio de María sobre el papel y la trascendencia de las Selecciones Mexicanas, queda claro que llegó el inaplazable momento de realizar una revisión sobre los verdaderos objetivos del futbol mexicano. ¿Es el negocio? ¿Es la parte deportiva? ¿Es una mezcla de ambas? ¿Es el bendito equilibrio al que jamás se ha llegado?

Suponer que los clubes han dado un paso hacia el frente podría ser una postura equivocada. Fue Chivas el que dio un paso hacia el frente en el tema, un equipo que al igual que las Selecciones depende de su resultados y de su éxito o fracaso del talento exclusivamente mexicano. Para Chivas, incluso, la tarea es más pesada que para la propia Selección Mexicana, debido a que cuenta con un menor horizonte, un universo reducido para escoger a sus futbolistas.

El "intercambio de fuego" entre las posturas continuó al inicio de esta semana cuando el entrenador de la Selección Olímpica, Raúl Gutiérrez, dijo que tres días de ausencia para trabajar con una Selección no significaba nada, que no afectaban las labores de un club y que él podría, aún sin los jugadores de Chivas, montar un equipo competitivo para la cita en Rio de Janeiro. Me parece que Gutiérrez se ha adelantado demasiado y que se ha metido en un sitio que a él no le corresponde meterse. Primero, hay una diferencia grave y trascendente entre dirigir un club y una Selección. Son todos entrenadores de futbol, pero tienen un trabajo muy distinto. Y segundo, Gutiérrez no está para despreciar a nadie en una época donde el talento no le sobra al futbol mexicano. La labor de los técnicos de Selecciones nacionales son las de convencer, no las de amenazar, retar o advertir.

Yo creo que al final del día es la misma historia que ha atosigado al futbol mexicano durante la mayor parte de su existencia competitiva: la razón de ser un negocio por encima de un interés eminentemente deportivo. Y mientras el futbol se ha vuelto más negocio en el mundo, en México hemos tenido la capacidad de introducirnos de lleno en ese negocio.

La industria ha crecido, en estructura, en infraestructura, en ventas, en patrocinios, en derechos de televisión, en un futbol que cuenta con la pasión y la bonanza económica de dos naciones, una de ellas, el mercado económico más grande del mundo. Todo ello ha conducido al futbol mexicano a una riqueza estructural que nada tiene que ver con su pobreza deportiva. El día en que el futbol alcance al negocio, ese día habrá una esperanza.

@Faitelson_ESPN