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Osorio niega pacto clandestino en el paraíso de pactos clandestinos

LOS ÁNGELES -- Le creo a Juan Carlos Osorio. Le creo que él no haga "pactos clandestinos". Le creo así, en primera persona del singular.

¿Pero puede el técnico de la selección mexicana meter las manos al fuego por la FMF y su Comisión de Selecciones Nacionales?

Por si Osorio aún no se entera, es necesario recordarle que dirigirá a la selección del futbol donde los pactos clandestinos son el modus operandi, son su biblia, son su credo, son su dogma.

Lo llevan en sus genes, en sus cromosomas, en el ADN torcido y retorcido con evidencias históricas.

Le creo a Osorio, pero no a quién despacha detrás de él. Le puedo creer a Osorio, pero no le puedo creer que él crea en lo que dice. Él sabe, y plagio el término de una serie colombiana, Sin pactos clandestinos, no hay paraíso.

1. ¿No hay pactos clandestinos? ¿En un futbol donde clandestinamente se ejerce la multipropiedad y lejos de combatirse se tolera, se alienta, se fomenta?

2. ¿No hay pactos clandestinos? ¿En un futbol donde el Pacto de Caballeros, que ni es pacto, sino contubernio, ni puede ser entre caballeros sino entre maleantes, y lo ejercen para ejercer la esclavitud en el futbolista?

3. ¿No hay pactos clandestinos? ¿En un futbol donde se venden jugadores como tratantes de blancas y tráfico de piernas cada semestre, a pesar de que esta práctica, como las de los dos puntos anteriores están prohibidas por FIFA, que bueno ha venido operando en la clandestinidad?

4. ¿No hay pactos clandestinos? ¿En un balompié en el que ejerce clandestinamente como asesor de la FMF un promotor sin licencia de FIFA y que además representa a la FMF oficialmente a pesar de que en junta del Consejo Nacional se le consideró persona non grata en el futbol mexicano?

5. ¿No hay pactos clandestinos? ¿En un imperio oscuro en el que los exámenes antidopaje han desaparecido a pesar del anuncio de ejercerlos regularmente?

6. ¿No hay pactos clandestinos? ¿En un futbol en el que la Comisión de Arbitraje opera sumisa y subyugada bajo la misma Liga, la misma federación y en la que clandestinamente se manosea y prostituyen las cédulas arbitrales?

7. ¿No hay pactos clandestinos? ¿En un Castillo de la Vileza donde se mide con diferente criterio los mismos delitos, como agredir árbitros, amenazarlos de muerte y derrumbar puertas de los vestidores de los jueces?

9. ¿Señor Osorio, está seguro Usted? ¿No hay pactos clandestinos? Cuando el mismo técnico del Tri vivió de lleno el atropello de derechos cuando fue echado del Puebla y le fue negociado su finiquito en condiciones desesperadas.

10. ¿No hay pactos clandestinos? Cuando los contratos de televisión de la selección mexicana se atribuyen de manera clandestina, sin oferta pública, sin licitación, a una sola televisora, para que a su vez la revenda a otros interesados.

11. ¿No hay pactos clandestinos? Cuando a un multipropietario le decomisan armamento prohibido en su casa; o a otro directivo le piden aclaren la fuga de 500 millones de dólares; u otro se adueña de un equipo metiendo en la cárcel al legítimo propietario; y otro es adquirido de accionistas con un intermediario no reconocido por la asamblea, por citar algunas posturas evidentemente clandestinas.

Le creo a Osorio. Le creo que él no ejerza pactos clandestinos. Pero no le creo que no sepa que no se ha enterado aún que como la serie colombiana, en México, en su futbol, sin pactos clandestinos no hay paraíso.

Si pudiera, Shakespeare le recordaría a Osorio: "Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos".

Osorio, cuando se divorcie de sus hoy patrones, que ocurrirá, porque va a ocurrir algún día, será guillotinado y entonces lo sabrá, por un pacto clandestino.