Por años, criticamos esa visión o ese carácter de que sólo parecía importarles su batalla particular: Tigres y Rayados, Rayados y Tigres hacían lo que fuese necesario para ser mejor uno que otro y les importaba poco o nada lo que sucedía a su alrededor. Hoy, esa polarización, ese gran antagonismo, esa terquedad o egoísmo, los ha llevado a construir, por separado claro, un "imperio futbolístico" al que pocos pueden competirle. Los clubes de futbol de Monterrey son el ejemplo y la envidia del resto, son, además, el parámetro real de competencia de la Liga.
LOS ANGELES, CA.- Hace no mucho tiempo, era una tierra futbolística que vivía de cierto recuerdo y de una eterna esperanza. Bajo una gran pasión siempre, pero con dos equipos que coexistían en el titubeo y en la incertidumbre, Que subían y bajaban y que parecían destinados para vivir tan sólo en la competencia local, en sus sueños domésticos, en su batalla particular. "Bienvenidos a la República futbolística de Monterrey", parecía rezar una leyenda a las afueras del viejo Estadio Tecnológico. "Aquí no nos importa nada ni nadie. Chivas y América no existen en nuestro panorama", me decía, orgulloso, algún integrante de la porra más radical de Tigres en el Estadio Universitario.
Los tiempos cambiaron, o mejor dicho, esos tiempos se adaptaron, pero amparados siempre en esa rivalidad, en esa imponente polarización, de ser uno o de otro, de no mezclarse, de dividir territorios y pulsaciones. Y se hicieron "grandes", no sólo al interior de su propia "Republica", también hacia el exterior. Mientras Chivas y América tomaban otro rumbo, otro destino, otra ideología, intercambiaban jugadores entre ellos, hacían negocios, se reglaban playeras, banderines y cenas, Rayados y Tigres se miraban con brusquedad y antipatía.
Uno puso a Ferreti. El otro pensó en Mohamed. Uno trajo a Cardona. El otro se movió enseguida para buscar a Gignac. Uno construyó un nuevo y moderno estadio. El otro ya está en planes para hacerlo.
Lo que por años llegamos a criticar, termino siendo el impulso, el musculo hacia un crecimiento desmedido. El terrible y bienvenido antagonismo del futbol en Monterrey ha provocado también un desarrollo fantástico de los dos equipos de futbol, de su valor en la cancha, de su estructura, de su infraestructura y de la gran pasión que existe a su alrededor.
"La Ley del Norte", prevalece y se impone en el futbol mexicano. Con base a poderosas inversiones y a una visión inteligente, Tigres y Rayados han conformado dos clubes de valía y se han "robado" la atención de la Liga. Hoy, son un espectáculo en la cancha y un termómetro para los demás: eres tan bueno o malo, eres tan aspirante o tan desechado de acuerdo con la distancia que tengas con respecto a los dos equipos regiomontanos.
Cardona se tira una chilena el viernes por la noche en Torreón y Gignac contesta al día siguiente con un soberbio disparo desde varios metros fueras de área. ¿Cuál de los dos es mejor? El francés viene de Europa y el colombiano apenas y va hacia allá, pero los dos, sin duda, están uno o más peldaños por encima del resto de sus competidores en la Liga.
Y dejemos la comparación individual y vamos a la colectiva: ¿Cuál plantilla es mejor? ¿La del campeón Tigres? ¿La de que además de Gignac tiene a Aquino, a Damm, a Damián Álvarez, a Pizarro, a Dueñas, a Sobis, a Nahuel? O quizá la de Monterrey, con un medio campo que impresiona en los nombres de Carlos Sánchez, de Ayovi, de Gargano, y adelante con elementos como Cardona, Pavón y Funes Mori. Los dos entrenadores tienen lo suyo. Ferretti debe ser uno de los grandes "maestros" en la historia del futbol mexicano y los números de Mohamed, en las últimas temporadas, impresionan. Fue campeón con Tijuana y con el América y hoy tiene a los Rayados en la cima del campeonato.
Detrás de los entrenadores y los futbolistas, hay varias cabezas que han puesto inteligencia a la parte económica y a los movimientos: el ingeniero Alejandro Rodríguez debe ser uno de los presidentes de clubes con mayor capacidad que existe en la última época. Se ha rodeado de los personajes adecuados ++Miguel Mejía Barón y Miguel Angel Garza++ y ha hecho valer cada centavo de la inversión por estos Tigres. En condiciones muy parecidas lo que ha logrado la empresa FEMSA y personajes como José González Ornelas y Luis Miguel Salvador en Rayados.
Lo que Tigres y Rayados han consumado con el futbol es envidiable. Lo han logrado basados en su gran pasión y en la capacidad, diría yo, totalmente regiomontana, de lograr que las empresas prosperen con base al trabajo arduo y a los grandes sueños. Por ahora, todo indica que Tigres y Rayados son favoritos para protagonizar la batalla por el título del futbol mexicano. Qué pueden suceder "muchas cosas" en el camino, es verdad, pero que son el parámetro de la competencia para los demás, también, es una realidad.
@Faitelson_ESPN