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Listos para el salto: Marlins de Miami

Salud: esa es la palabra clave para los Marlins de Miami en su intento por hacer del 2016 una temporada memorable.

En una división sumamente fuerte, donde se proyecta un dominio de los Mets de Nueva York y los Nacionales de Washington, el equipo de la Capital del Sol tiene los elementos para dar un salto de calidad, si sus principales puntales se mantienen libres de lesiones.

Es cierto que Miami vivió un invierno tranquilo, donde las dos mayores adquisiciones fueron el manager Don Mattingly y el coach de bateo Barry Bonds, pero la plantilla, sin estar plagada de superestrellas, está bastante redondeada y con lo que tienen, los Marlins pueden darle batalla a los poderosos Mets y Nacionales.

Quizás el lado más débil de los peces es el pitcheo abridor, que tiene al cubano José Fernández como su líder indiscutido.

Fernández tendrá limitadas a 180 sus entradas a lanzar y aunque las partes insistan en negarlo, hay una relación fracturada entre el jugador y el equipo, lo cual podría afectar su desempeño, independientemente del profesionalismo con que el cubano asume su trabajo.

Detrás de él vendrá el zurdo taiwanés Wei-Yin Chen, otra de las adquisiciones de la temporada baja.

Chen tuvo cuatro temporadas ganadoras en los Orioles de Baltimore, en las que acumuló balance de 46-32 y efectividad de 3.72 y debe hacer sin problemas su transición a la menos ofensiva Liga Nacional.

Las cosas se complican a partir del tercer abridor, que de momento se proyecta sea Tom Koehler. El derecho que cumplirá 30 años a mitad de la campaña no ha logrado establecerse, marcado por una inestabilidad que, en dependencia del día, luce como un gran serpentinero o un pitcher de prácticas.

Otro zurdo, Adam Conley, estará batallando por un puesto de abridor.

El muchacho debutó en el 2015 y en 15 partidos, 11 iniciados, tuvo récord de 4-1 y aceptable efectividad de 3.76.

El veterano Edwin Jackson y David Phelps son esos hombres que pueden aportar tanto comenzando juegos, como relevando, mientras que las posibilidades de Jarred Cosart dependerán de su salud, más que nada.

En el bullpen mejoran las cosas y por primera vez en muchos años, los Marlins tienen solidez para los dos innings finales de los juegos.

A.J. Ramos fue el cerrador del 2015, cuando salvó 32 partidos, pero además tienen a Carter Capps, uno de los lanzadores más difíciles de batear en todo el béisbol.

Capps, cuya recta supera las 100 millas por hora, tiene una manera de soltar la pelota única, con un salto desde la tabla de lanzar, que le rompe el "timing" a los bateadores.

De momento, el alto mando anunció que Ramos y Capps estarán disputándose la función de cerrador en los entrenamientos primaverales, pero independientemente de quien se gane el puesto, son dos cerrojos para octavo y noveno capítulos.

Miami encontró a fines del 2015 al cubano Raudel Lazo, buen especialista para lanzarle a zurdos, para sumarlo al cuerpo de relevistas, que tiene a los también tiradores del brazo equivocado Mike Dunn y Brad Hand, así como los derechos Brian Morris y Kyle Barraclough.

Mattingly tiene definidos los jugadores de posición titulares, con J.T. Realmuto en la receptoría, Justin Bour en la inicial, Dee Gordon en la intermedia, el cubano Adeiny Hechavarría en las paradas cortas y el venezolano Martín Prado en la antesala, con Christian Yelich, el dominicano Marcell Ozuna y el poderoso Giancarlo Stanton en los jardines, de izquierda a derecha.

Miami necesita a un Stanton saludable, que podría superar por primera vez en su carrera la barrera de los 40 cuadrangulares, beneficiándose con el recorte de las cercas del Marlins Park.

Pero más que Stanton, cuyos kilométricos bambinazos se van en cualquier estadio, deberán sacar provecho de las modificaciones hombres como Bour y Ozuna, quienes aseguran haber hecho una preparación especial durante el invierno.

Gordon y Hechavarría conforman posiblemente la mejor combinación alrededor del segundo saco en todo el béisbol y Realmuto mostró progresos inmensos detrás del plato en su año de novato, aunque los peces cuentan con el experimentado Jeff Mathis como reserva, un hombre que ha sobrevivido 11 años en Grandes Ligas únicamente por sus habilidades defensivas.

El cubano Adrián Nieto y el venezolano Tomás Telis batallarán por la tercera plaza de receptores.

En la banca, Miami cuenta con el japonés Ichiro Suzuki, quien estará buscando los 65 hits que le faltan para los 3,000, con lo cual pondría fin a una carrera brillantísima que terminará con su exaltación al Salón de la Fama de Cooperstown.

Ichiro será el cuarto jardinero, mientras que en el cuadro interior, Chris Johnson puede defender ambas esquinas, mientras el venezolano Miguel Rojas ocuparía la intermedia o el campocorto en caso de ausencia de los titulares.

Si Gordon se acerca a una campaña como la del pasado año, en que lideró a los bateadores del viejo circuito en average (.333), hits (205) y bases robadas (58) y Yelich mantiene su ascenso gradual hacia su madurez como jugador, Stanton encontrará muchas veces al menos a uno de ellos en bases para poder impulsar carreras.

El poderoso jardinero derecho debe batear tercero y no cuarto en la alineación, pues ello le posibilitaría consumir un turno en el mismo primer inning y probablemente con hombres en los senderos.

Como cuarto, si retiran el primer episodio de 1-2-3, vendría a abrir el segundo capítulo con las bases limpias.

Eso sería lo lógico, pero con Mattingly al timón, esa palabra, lógica, no tiene mucho sentido, al menos por lo que mostró en sus años al frente de Los Angeles Dodgers.

No es el equipo perfecto ni mucho menos y entre las preguntas que flotan en el aire está si Barry Bonds será capaz de transmitir como entrenador sus conocimientos que lo convirtieron en su momento en el mejor bateador de las Grandes Ligas.

Pero más allá de dudas, los Marlins están listos para un salto que les permita revertir el récord de 71-91 del 2015.

Sólo necesitan creer en ellos mismos, como hicieron los integrantes de aquel equipo del 2003, por el que nadie apostaba un dólar al inicio de esa temporada.