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Interrogantes que provoca el caso Chapman

Ahora que el Comisionado Rob Manfred anunció la suspensión de Aroldis Chapman por 30 juegos, sin derecho a sueldo ni acumulación de días de servicios una vez se inicie la temporada, vale la pena contestar dos interrogantes que leo con mucha frecuencia en las redes sociales.

¿Cómo es posible que suspendieran a Chapman si no hay cargos legales en su contra por violencia doméstica?

La política sobre violencia doméstica, agresión sexual y abuso infantil recientemente negociada entre MLB y el Sindicato de Peloteros de Grandes Ligas (MLBPA, por sus siglas en inglés) permite al Comisionado suspender a peloteros que hayan violado la norma aun cuando no existan cargos legales en su contra y eso es sencillo de explicar.

En los juicios por violencia doméstica, la fiscalía tiene la carga de la prueba a la hora de demostrar el acto cuestionado. En muchas circunstancias, eso es imposible de hacerlo sin contar con el testimonio y colaboración de la víctima de la violencia doméstica (quien está en su derecho de no colaborar). El hecho que la fiscalía decida no presentar cargos debido a que no podría demostrar ante un jurado o juez la violencia doméstica no quiere decir que eso no haya ocurrido, solo que sería una perdida de dinero iniciar un proceso que sabe no puede ganar.

En el caso de Aroldis Chapman y a pesar de la existencia de un informe policial en donde se relatan incidentes violentos en contra de su pareja, la fiscalía decidió no presentar cargos debido a que nadie quería colaborar y prestar testimonios. Pero el informe policial existe y lo que dice es suficiente como para generar una suspensión tal como ocurrió.

No olvidemos que la NFL cometió el error de tener que esperar por una resolución judicial en los casos de violencia doméstica antes de suspender a un jugador, aun teniendo pruebas que podían demostrar su culpabilidad. Eso no solo molestó a los fanáticos sino también a importantes patrocinantes.

MLB y la MLBPA no querían irse por esa vía y por eso le dieron esa facultad o poder al Comisionado de actuar a pesar de no existir cargos legales. Claro está, Manfred no suspenderá a lo loco a todo pelotero por rumores o sin pruebas, pero si tiene mucha flexibilidad y campo de acción debido a que MLB es un ente privado no amarrado a las limitaciones que afectan a un fiscal a la hora de procesar un caso de violencia doméstica.

En fin, el informe policial del caso Chapman le dio las bases al Comisionado para suspender por 30 juegos al lanzador sin necesidad de esperar una decisión judicial o tan siquiera que existiera un proceso legal. A juicio de Manfred, los actos descritos en el informe policial eran suficientes como para activar una suspensión.

¿Cómo es eso qué Chapman no apelará?

Como sabemos este es el segundo caso que se decide usando la política sobre violencia doméstica, agresión sexual y abuso infantil. El primero fue el de José Reyes, en donde Manfred disfrazó una suspensión indefinida en un concepto de permiso administrativo que realmente no existe con esas características. Con Chapman, el Comisionado debía ser más específico en cuanto a la suspensión, si esa era la opción. El problema es que ya el cubano había amenazado con apelar cualquier sanción y eso abría la posibilidad que el proceso terminara en manos de un árbitro independiente que nadie sabe que podría decidir en la aplicación de una política tan nuevo y nunca utilizada.

Es por ello que, en estos últimos días, ocurrieron negociaciones entre MLB, la MLBPA y Chapman con el fin de encontrar un número de juegos de suspensión que no sería apelado y así inaugurar la política con una base algo sólida. Una vez el cubano y su agente entendieron que siempre sería sancionado entonces se llegó a los 30 días. La MLBPA emitió un comunicado respetando la decisión de Chapman de no apelar (jajaja, cómo si ellos tampoco negociaron eso).

Por eso la tardanza en el anuncio. Una decisión de ese calibre debe ser ejecutada estratégicamente y eso fue lo que hicieron las partes, sobre todo MLB y la MLBPA. Ya tenemos el primer precedente firme en los casos de violencia doméstica en MLB.