Nominas caras, futbolistas extranjeros, nuevos y modernos estadios, una liga, un torneo doméstico al que llaman espectacular, lleno de goles, de emociones hasta el final y de la expectativa de no saber quien puede ser el campeón, pero la pregunta es: ¿Cuándo, cuándo un club mexicano va a transcender en el Mundial de Clubes y va a ganar la Copa Libertadores? ¿Cuándo? ¿Cuándo lo podremos medir realmente en el contexto internacional del futbol competitivo? Parece que es tiempo de dejar de presumir lo de la "Globalización futbolística" y realmente adentrarse en ella, competir en ella...
LOS ANGELES, CA -- El 98 por ciento de los clubes del futbol mexicano --el resto es de Chivas y para no variar le toca poco porcentaje-- parece enfocado en la tarea de invertir en refuerzos extranjeros, en tener al mejor entrenador posible, en construir un estadio nuevo, en avanzar lo más posible en temas de mercadotecnia y comercialización y en competir directamente en el futbol o en el mundo global que proponen nuestros tiempos. Tengo una sola pregunta para ellos: ¿Cuándo, cuándo se notará ese presunto avance en la cancha de futbol?
Y no se trata del torneo doméstico, que según nos cuentan, es altamente emotivo, lleno de goles y que además presenta como una de sus grandes cualidades el hecho de que cualquiera, también según ellos, puede ser campeón. Perfecto. Les creo. Hasta ahí vamos bien. Ahora, díganme, por favor, cuándo un club mexicano va a ganar la Copa Libertadores y cuándo un club mexicano va a trascender, o por lo menos no hacer ridículo como lo hizo la última vez el América, en el Mundial de Clubes. ¿Cuándo?
Porque podemos vivir globalizados en nuestra propia burbuja y pensar que lo que tenemos es muy bueno porque competimos sólo antes nosotros mismos. Un futbol extraordinario, nóminas llenas de futbolistas extranjeros, donde no todos, claro, son Gignac o Cardona o estadios de ultima generación. ¿Y el futbol? ¿Cuándo ese futbol será realidad en términos competitivos? No entremos en temas de selección nacional, donde el análisis y la controversia prometen ser aún mucho más profundos. Quedémonos en los clubes, donde, en apariencia, no notan hoy los grandes o los mayores avances del futbol mexicano.
Me parece que no basta ya con golear a los equipos de los Estados Unidos en la Liga de la Concacaf, presumiéndolo después y aún sabiendo que ellos tiene un calendario desfasado con respecto al resto de las ligas del mundo. No alcanza con monopolizar el área futbolística y obtener el cómodo boleto para el Mundial de Clubes para después ir y hacer un papelón en el lejano oriente o en África. Habría que exigirle más a ese club, más responsabilidad para poder representar cabalmente los aparentes avances del futbol mexicano.
Y en la Copa Libertadores, ya tampoco las aproximaciones son suficientes. Es verdad que Tigres hizo un gran esfuerzo para alcanzar la final, la tercera en la historia a la que llega y la que pierde un equipo mexicano, pero se necesita más. No sé si Pumas o Toluca tengan el futbol para hacerlo en esta ocasión, pero al menos, los universitarios, han comenzado el torneo con un par de triunfos que alientan una buena participación.
Me queda claro que todo es planeación. Si los clubes planean afrontar con seriedad la Libertadores, el Mundial de Clubes, los resultados podrían ser diferentes. Ya Tigres lo hizo en la pasada versión del torneo continental y según me dijo el propio Ricardo "El Tuca" Ferretti la semana pasada en Monterrey, ahora quieren enfocarse en ganar la Concacaf parta después buscar un papel decoroso en el Mundial de Clubes.
El futbol mexicano parece encaminado hacia una tendencia de competencia global --eso dicen y subrayan sus dirigentes-- pero aun dentro de ese mundo global, el futbol mexicano parece vivir en su propia "burbuja". Es tiempo de salir de ella y competir en la cancha, en los eventos donde realmente vale la pena competir.