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El América: por todo o nada...

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En la final de la Concacaf, sub-líder de la tabla general, e inmerso en su mejor racha de la temporada. Pero ni quisiera esos síntomas alcanzan para que el América duerma tranquilo. La necesidad de un campeonato está ahí y no hay margen de error. El equipo no tiene un estilo definido y a veces parece que gana por situaciones fortuitas. Pero insisto, tiene síntomas positivos a su alrededor.

LOS ANGELES -- Ignacio Ambriz lo tiene bien claro: para soplar las velitas en el pastel del Centenario del América necesita entregar un trofeo: ¿Concacaf? ¿Liga MX? ¿Los dos? Sólo eso le daría continuidad como entrenador en Coapa.

Gana, tiene gol, se defiende bien, sus figuras han recuperado nivel, atraviesa por su mejor racha de la temporada y su salud en la tabla es realmente buena. Pero hay quienes seguimos preguntando a qué juega este América del Centenario.

De las palabras de Ricardo Peláez, se desprende, la necesidad imperiosa que tiene y ha tenido siempre este club de levantar trofeos. Lo que no me queda muy claro es si el estilo y las condiciones del juego siguen siendo importantes para el América, teniendo en cuenta la historia aún fresca de dos de sus ex entrenadores, Antonio Mohamed y Gustavo Matosas. Uno fue echado porque no tenía, aparentemente --eso nos dijeron o insinuaron-- un pensamiento futbolístico que embonará con las necesidades del club y el otro, Matosas, había sido contratado para buscar una personalidad y las condiciones que siempre ha preferido el americanismo sobre la cancha de juego. Los dos terminaron 'explotando' frente a Peláez.

El América no tiene un estilo definido de juego. Igual prefiere tener el balón --cuando un jugador como Sambueza toma el control-- como de pronto jugar al contragolpe con la velocidad de Carlos Darwin Quintero y la contundencia de Oribe Peralta. Por ahora, le ha alcanzado con ello para escalar en la tabla y podemos estar seguros de que será un protagonista de la Liguilla. No tiene, sin embargo, otro de los ingredientes que el americanismo necesita: certeza absoluta. Este América no es garantía de nada.

Se viene la fiesta del Centenario y Peláez dejaba ver que entre la contratación de un jugador estrella y el ganar un título, se imponía vehementemente a lo segundo, aunque una cosa no va peleada con la otra --el mejor ejemplo nos lo acaba de brindar Tigres con el francés Gignac. Parece claro que la política del América en esta administración no destacará fichajes mediáticos. Los nombres de Radamel Falcao, del 'Niño' Torres y hasta el de Zlatan Ibrahimovic se han diluido con el paso del tiempo. Al América de hoy le gusta el reciclaje de futbolistas que ya hayan tenido ciertos resultados y cierta notoriedad en la propia Liga MX. De ellos está repleto su plantel actual.

Pero el principal dolor de cabeza de Peláez sigue siendo Ignacio Ambriz. Primero, una buena persona; segundo, un hombre preparado pero que todavía no ha mostrado las condiciones plenas para ser el entrenador de un equipo de los tamaños del América. Como cualquier otro director técnico en la historia del América, Ambriz vive presionado y casi con la soga al cuello. Todavía pesa sobre su consciencia el fracaso de diciembre en el Mundial de Clubes y sabe que el tiempo corre en su contra. Debe jugar y ganar la final de Concacaf ante Tigres y en mayo deberá colocar al América más allá de la instancia de semifinales de donde lo eliminó Pumas el torneo anterior. Ambriz necesita de un campeonato para asegurar su continuidad. Al América, obvio, le gustaría los dos, pero debe ganar la Concacaf o ganar la Liga MX para mantenerse en su puesto después del verano.

Mientras el América descubre y se descubre asimismo en lo que juega o pretende jugar; mientras aplaza una de sus condiciones innatas y sagradas de no sólo ganar, sino de jugar bien al futbol, los resultados mandan. Y el América es un equipo sano, bien colocado en la tabla, lleno de talentosos futbolistas, semifinalista de Concacaf con el juego decisivo esta noche en casa y con un entrenador serio y trabajador que intenta convencernos de que es el idóneo para dirigir a este club. El América es candidato a todo, pero no es garantía de nada.

@Faitelson_ESPN