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Antes de Brooklyn, Jackie Robinson se probó a si mismo en Montreal

El viernes es el Día de Jackie Robinson en todo el béisbol y siempre es importante recordar su contribución al deporte y al movimiento de Derechos Civiles. Aunque Robinson debutó para los Dodgers de Brooklyn el 15 de abril de 1947, hubo muchas cosas que ocurrieron antes de ese día. Su camino hasta romper la barrera racial no fue directo desde la oficina de Branch Rickey hasta el Ebbets Field. De hecho, comenzó en Montreal, donde pasó la temporada de 1946 jugando para el equipo afiliado a los Dodgers en la Liga Internacional.

En realidad, nos estamos adelantando a la historia aquí.

Antes de los Dodgers, antes de Montreal, hubo una prueba con los Medias Rojas de Boston. Luego de servir en el ejército, Robinson había firmado con los Kansas City Monarchs en las Ligas Negras para la temporada de 1945, En abril, luego de apenas tres semanas con los Monarchs, Robinson fue invitado al Fenway Park junto con Sam Jethroe y Marvin Williams. El escritor deportivo Wendell Smith había seleccionado los jugadores, junto con su diario, el Pittsburgh Courier, cubriendo los gastos. Los tres jugadores estaban en sus medianos 20 años, en el pico de su forma física, pero la selección de Robinson lució algo extraña dada la poca experiencia que tuvo en las Ligas Negras. Quizás Smith vio algo especial en Robinson. En el nuevo libro de Danny Peary "Jackie Robinson in Quotes (Jackie Robinson en Citas)", él cita un discurso que dio Aaron Stilley en el Museo de las Ligas Negras en 2013 en el que especula que quizás Robinson fue invitado debido al reconocimiento de su nombre.

Sin embargo, he aquí el asunto: La prueba era una farsa. Los Medias Rojas no tenían intenciones de firmar un jugador negro. En ese tiempo, existía una ley en Boston que prohibía el béisbol los domingos, así que cada año los Medias Rojas y los Bravos tenían que pedir un permiso especial para poder jugar. El concejal Isadore Muchnick amenazó con bloquear dicho permiso a menos que le permitieran al equipo que un jugador negro hiciera una prueba con ellos. Un par de entrenadores condujeron la prueba, pero el manager Joe Cronin no estuvo presente. Ni Smith ni los jugadores escucharon algún comentario posterior de parte de los Medias Rojas, equipo que fue el último en integrar un jugador negro, en 1959.

Así que Robinson volvió a los Monarchs y rapidamente se estableció como uno de los mejores jugadores en la liga. En junio, el diario New York Times lo catalogó como "uno de los mejores torpederos en el béisbol". Luego de un partido en el Yankee Stadium el 17 de junio, el New York Amsterdam reportó que "es una de las mejores adiciones al deporte en años recientes... y se encamina a ser una estrella".

Mientras tanto, Rickey ya estaba tramando su plan para firmar jugadores negros para los Dodgers. Luego de enviar a sus escuchas a ver jugar a Robinson - y para estudiar su historial -- Rickey se reunió con Robinson en su oficina del 28 de agosto. Aparentemente sus primeras palabras a Robinson en su reunión de tres horas fueron, "¿Tienes alguna pareja?" Cuando de hecho Robinson le dijo que sí tenía una, Rickey le aconsejó, "Bueno, es mejor que te cases con ella de inmediato. Cuando terminemos hoy con esto es posible que quieras llamarla y decírselo, porque hay ocasiones en las que un hombre necesita tener una mujer a su lado".

Esa historia alimenta la percepción de Robinson sobre las intenciones de Rickey. Pero como le dijo Rachel Robinson - ella se casaría con Jackie en febrero de 1946 - a Jules Tygiel en su libro "Baseball's Great Experiment (El Gran Experimento del Béisbol)", "Las cosas que se han reportado sobre esto lo hacen parecer como muy paternalista de parte del Sr. Rickey, como si él dirigiera todo. En realidad no hubo más que una actitud de ser colaboradores y conspiradores. ... Hubo una alianza entre ellos y una especie de respeto mutuo".

Robinson llegaría a un acuerdo para un contrato ese mismo día antes de irse de la oficina de Rickey - un bono de $3,500 y un salario de $600 mensuales por jugar con Montreal. Le hicieron jurar que lo mantendría en secreto. Inicialmente, Rickey esperaba firmar a otros jugadores. Rickey le escribió una carta a principios de octubre a un escritor llamado Arthur Mann diciéndole, "Además, puede que no sea bueno el firmar a Robinson habiendo otros jugadores sin firmar que puedan ser mejores".

Rickey no consideró a otras leyendas de las Ligas Negras como Satchel Paige o Josh Gibson. Ellos eran demasiado viejos y no tenían la personalidad que Rickey andaba buscando.

Rickey iba a esperar hasta la temporada de football, pero al final le ordenó a Robinson que viajara a Montreal. El 23 de octubre, Robinson firmó para jugar con los Reales para la temporada de 1946 y convertirse en el primer jugador negro en el béisbol organizado desde el siglo 19. (Don Newcombe y Roy Campanella firmarían luego también con los Dodgers, y pasaron la temporada de 1946 para el equipo Clase B Nashua de la Liga de Nueva Inglaterra. Rickey además firmó al lanzador veterano de las Ligas Negras Roy Partlow, quien jugaría para el equipo Trois-Rivieres de la Clase C y Montreal en 1946, aunque nunca llegó a las mayores; y a John Wright, otro lanzador que tampoco llegó a las mayores).

De acuerdo con el libro de Peary, Clay Hopper, manager de Montreal, le dijo a Rickey, "Sr. Rickey, por favor no me haga esto. Yo soy un hombre blanco, he vivido en Mississippi toda mi vida. Si me hace esto, me va a forzar a tener que mudarme de Mississippi". El jardinero de Brooklyn Dixie Walker dijo, "A él lo firmaron para jugar con el equipo de Montreal, y mientras no esté con los Dodgers, no me preocupo". El gran Buck O'Neil estaba estacionado en las Filipinas cuando se anunció la firma de Robinson. En su libro "I Was Right on Time (Yo Estaba Justo a Tiempo)", él escribió que tomó el altoparlante de una oficina y gritó, "'¡Escuchen esto! ¡Escuchen esto! ¡Los Dodgers acaban de firmar a Jackie Robinson!' Deben escuchar la celebración. En el lado contrario del mundo de Brooklyn, nosotros comenzamos a celebrar y a disparar nuestras armas al aire". Un escucha de los Medias Rojas llamado George Digby le dijo a United Press, "Personalmente, pienso que es lo peor que le puede pasar al béisbol organizado".

Robinson tendría que pasar por los entrenamientos primaverales con los Reales en el sur del país - comenzando en Sanford, Florida. Robinson y Wright no podían estar en el hotel del equipo, así que se quedaron en una residencia privada en Sanford, junto con Rachel, el periodista Smith, y un fotógrafo. Hopper superó sus preocupaciones y le estrechó la mano a Robinson en la primera práctica del equipo. Robinson escribió en su autobiografía que los fanáticos negros que llegaron hasta Sanford a observar sus prácticas "lo vitoreaban hasta cuando me inclinaba para atar mis zapatos". El campo de entrenamiento luego se movería a Daytona, donde de nuevo Jackie y Rachel tendrían que mantenerse separados del resto del equipo.

Cuando el equipo eventualmente llegó a Montreal, la familia Robinson encontró una recepción diferente. Ellos vivían en un vecindario francocanadiense. "Allí sentimos realmente que pocas personas pensaron que estábamos molestando", dijo Rachel en 1951. "Incluso los chicos, quienes nunca antes habían visto personas negras, no nos hicieron sentir que fueramos diferentes". El compañero de equipo George Shuba estuvo en la primera foto conocida de un jugador blanco celebrando con un jugador negro. "Nosotros eramos jugadores", dijo. "No importaba de qué color era él. Estrechar su mano era lo correcto".

Pero más importante aún, Robinson demostró que podía jugar. Bateó .349 para Montreal para ser el líder de la liga, consiguió 92 boletos y se robó 40 bases. No demostró mucho poder - solo tres jonrones - pero recuerden que él había jugado muy poco béisbol fuera de UCLA y apenas una temporada con los Monarchs. Spider Jorgensen, compañero de equipo en Montreal y Brooklyn, le dijo a Peter Golenbock en su libro "Bums," que "la mayoría de los jugadores más viejos... nunca pensaron que él podía batear, porque era un jugador con poco físico. Ellos solían lanzarle rectas pegadas, y él siempre las peleaba... pero siempre podía batear los lanzamientos quebrados".

Quizás el béisbol era la parte más fácil. Antes del primer juego de Montreal, el presidente de la Liga Internacional Frank Shaughnessy le advirtió a Rickey que no trajera a Robinson a Jersey City o "vas a causar un disturbio racial". (Eso no ocurrió). Los fanáticos en Baltimore amenazaron con boicotear si los Reales colocaban en juego a Robinson. (El estadio se llenó). El manager de Baltimore Tommy Thomas, ex lanzador de Grandes Ligas, le ordenó a sus lanzadores que golpearan a Robinson. (Lo hicieron). El libro de Tygiel reporta que el equipo de Newark de los Yankees también intentó golpear a Robinson. (Fue golpeado siete veces esa temporada, lo que lo ubicó cuarto en ese renglón en la liga). Tuvo que lidiar con el abuso de parte de los fanáticos. Wright, quien comenzó la temporada con Montreal, no pudo lidiar con la presión y fue enviado al equipo Clase C antes de volver a las Ligas Negras en 1947.

Los Reales ganaron el banderín con 19 partidos de ventaja. En la Pequeña Serie Mundial, Montreal venció a Louisville por el campeonato, siendo Robinson el líder del camerino. La victoria final llegó en Montreal. Los fanáticos le hicieron una ovación de pie y pidieron que saliera del camerino, estallando en aplausos cuando salió al terreno. Cuando finalmente volvió al camerino y salió del estadio, tuvo que lidiar con otra multitud de seguidores antes de que un motociclista finalmente lo rescatara y lo llevara a su hotel. "Fue probablemente el único día en la historia que un hombre negro tuvo que salir corriendo para evitar una multitud que lo adoraba, en vez de querer lincharlo", según escribió Sam Maltin del diario Pittsburgh Courier.

Él estaba listo para las Grandes Ligas.