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Enfermó el Dinosaurio de Almeyda

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LOS ÁNGELES -- Matías Almeyda encuentra en México -- y en Chivas -- dos condiciones que en Argentina nadie iba a ofrecerle: salario millonario y un proyecto con presiones, pero sin tensiones.

Con huella en River Plate y en Banfield, 'El Pelado' llega a Chivas con claroscuros en su currículo, como cualquier entrenador. La escolta de rumores le acompañó: vestidores en crisis, confrontación con jugadores veteranos y polarización de comportamiento. El Fair Play es un alucinógeno abaratado por FIFA.

Pero, ¿acaso algún entrenador sale totalmente incólume de algún equipo? Todos salen de los pantanos con las alas manchadas. Unos más, otros menos. Las moneditas de oro son las mariposas de los numismáticos.

Al desafiliarse de Banfield, aclamado por la tribuna, "con un ciclo finiquitado", según el mismo Almeyda, su representante Santiago Hirsig, cabildeaba en la FMF en agosto de 2015 para ofrecerlo para la Selección Mexicana. Eran tiempos de cantos de sirenas en las aguas del Tri, que ya se habían tragado a Miguel Herrera.

Hoy, con Chivas, Almeyda ha encontrado su Tierra Prometida. En zona de Liguilla, el descenso es cada vez una amenaza menos.

Aunque por puesto y facilismo mediático, parece ser él, el del gran mérito, Jorge Vergara aclara este lunes en Raza Deportiva de ESPNDeportes que es virtud de un trabajo colectivo, y no sólo del técnico.

Como sea, hay medallas compartidas: Carlos Salcido salió de la morgue futbolística; a 'Conejito' Brizuela le dio un ataque de memoria, y ya se estimula con las habilidades con el balón, mientras que se la ha jugado con novatos que parecían indecisos, desde los rendidores Zaldívar y Cisneros, hasta el mediático 'La Chofis' López.

Más allá de que Orbelín Pineda consolida su sitio, en el caso de 'Gullit' Peña, El Pelado acepta sus equivocaciones y lo reacomoda en la cancha, donde el futbolista quiere, puede, sabe y debe jugar. Con artritis, pero con los huesos en su lugar.

Donde también Almeyda asume todos los cargos, es en el atrevimiento de tocar a presuntos intocables. Parecía una herejía lo de Omar Bravo y un sacrilegio lo del 'Dedos' López, pero especialmente a éste le reitera con evidencias, a través del 'Chapito' Sánchez, lo que espera de él.

Por eso, hablábamos de dos condiciones fundamentales que tiene Almeyda en Chivas: un contrato inimaginable en Argentina, y trabajar bajo presión lógica, pero sin tensiones extremas.

En los momentos más críticos de su gestión, con ocho juegos sin ganar y seis puntos de 24 posibles, Almeyda encuentra apoyo de su directiva, pese incluso al pasaje apócrifo en el que se aseguraba que Sampaoli negociaba con el Guadalajara.

Por eso, aclaro: la presión es constante, pero la tensión no existe. Almeyda sobrevivía aún entre una afición dividida. Él lo sabe: una racha como esa de principio de torneo, en Argentina, le hubiera costado desde amenazas de muerte hasta agresiones directas a su propia familia.

Esa es la diferencia entre dirigir bajo presión a bajo tensión. Frontalmente, aún en esa crisis mencionada, Almeyda no recibió ninguna imprecación exaltada del rebaño.

En River y Banfield, en tiempos reciente y caóticos, los dirigentes no sólo han renunciado histéricos a sus puestos, sino algunos hasta se han mudado para salvar el pellejo... y el de su familia. El fanatismo se divorcia, sin casarse, de la tolerancia.

Por eso, obviamente, Almeyda se ha atrevido a correr riesgos, porque además, en el manejo del vestuario no ha estado solo, y porque no vivir bajo toque de queda externo después de cada partido, como en Argentina, le mantiene la tranquilidad al día siguiente.

Sin duda el que el aficionado mexicano, en general, aún sea capaz de ver el futbol como una pasión uniformada de fin de semana, termina repercutiendo en favor de técnicos sudamericanos. No hay pelotón de fusilamiento afuera del estadio en caso de derrota.

Queda muy claro: no es lo mismo ir cada fin de semana a un campo de batalla que a un campo de juego.

Y eso lo sabe ya Matías Almeyda, especialmente después de perder un Clásico con América y ver que su auto está completo, su hogar no ha sido pintarrajeado, y que su buzón no vomita amenazas de muerte.

Y por el contrario, tras la victoria ante Atlas, puede salir por el centro de Guadalajara, como dijo Carlos Bilardo: con un traje blanco y camisa roja.

Y también debe solazarse de que el Dinosaurio -- "de los antiguos", claro -- debe tener problemas en los riñones, porque ha dejado de orinarlos.