LOS ÁNGELES -- Palabras más, palabras menos, coincidían: el futbolista mexicano es incapaz de sostener por si solo un nivel da calidad y espectacularidad en el futbol mexicano.
Y, palabras más, palabras menos, en anteriores semanas, en Raza Deportiva de ESPNDeportes coincidían los cuatro en que era necesario solapar y fomentar la presencia indiscriminada de futbolistas no nacidos en México.
1.- Alejandro Rodríguez, presidente Tigres: "El futbolista mexicano no tiene la calidad suficiente".
2.- Alejandro Irarragorri, presidente de Santos: "Tenemos que incrementar el nivel de espectáculo de futbol con esos futbolistas (no nacidos en México)".
3.- Luis Miguel Salvador, director deportivo de Monterrey: "Esta es una industria, es un negocio, y sí necesitamos jugadores extranjeros para sostenerlo".
4.- Decio de María, presidente de la FMF: "Sí estamos preocupados por el número (de no nacidos en México), pero el nivel del espectáculo, de competencia y como negocio, es muy importante".
Argumentos de negociantes. Explicaciones de empresarios. Burócratas de la economía del menor esfuerzo.
Y a todos juntos, de manera brutal e implacable, Chivas les asesta un bofetadón y obliga a un nuevo planteamiento, a una urgente consideración. ¿No será que el problema no son sus jugadores, sino sus entrenadores y sus directivos?
En esta Liga malinchista, tal vez no fallan los jugadores mexicanos, sino quienes --prejuiciosamente--, dudan de la capacidad de los jugadores mexicanos. Los acusados deberían ser acusadores, y los acusadores, acusados.
Descartemos pues las aseveraciones de Rodríguez, Salvador, Irarragorri y Decio, de que el futbolista mexicano no tiene las espaldas ni el talento para sostener y garantizar el nivel de espectáculo, de competencia, de calidad, de rendimiento de su propio torneo.
Chivas los desmiente. Y lo hace contra tempestades, contra tsunamis, como ha sido el vía crucis de vivir expuesto al descenso. Años de vivir al borde del precipicio. O cruzando el Niágara en bicicleta, entonaría Juan Luis Guerra.
Hoy, Chivas es el equipo más consistente en diversas virtudes, que, consumadas y conjuntadas, logran generar eso que los cuatro mencionados enarbolaban: competitividad y espectacularidad. Un mentís a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis mexicanista.
1.- Dinámica. El Guadalajara ha consolidado, como en las épocas de 'Yayo', 'Chepo' (en su primera fase) y Westerhoff, el ritmo intenso, veloz y constante de búsqueda y manejo de balón, ocupando, para defender y atacar, cada pulgada de la cancha.
2.- Espectacularidad. Agrada ver jugar a Chivas. Junto con momentos del Pachuca, y en menor escala, pero mayor consistencia y dominio, el Monterrey. Pero, el Guadalajara mantiene, con esa dinámica, una transición ofensiva veloz y agresiva.
En este punto, Almeyda debió incluso recomponer su postura. Antes, y eso le costó sinsabores, como empates o remontadas, tenía un gol e iba por otro, sin apegar al equilibrio. Hoy lo hace, y se da cuenta que está más cerca de ganar.
3.- Impredecible. Almeyda ha hecho cambios. Y modificaciones cuestionadas auténticamente por todos, como los relevos de Omar Bravo y Dedos López, pero el tiempo le ha dado la razón.
Además, el equipo cambia jugadores, pero no pierde estilo y mucho menos congruencia. Y además reconocer que 'Gullit' Peña está cerca del nivel que tuvo en León, además de la certera apuesta con Rodolfo Cota y Carlos Salcido.
Y la corroboración de ellos, pudo verse ante el Pachuca, el que se hace llamar el "Equipo de México", jugando con ocho no nacidos en el país, y además, al que le tomaron por asalto el estadio las huestes rojiblancas.
Los Tuzos, con ocho no nacidos en México, practican una forma de juego similar a Chivas, donde irónicamente su más sólido sostén lo conforman Pizarro y Lozano. Y sí, ambos mexicanos, de esos pues, que los cuatro citados al principio, aseguran, no tienen talento.
Guadalajara fue mejor en el encuentro. Tuzos recibe una bendición de la fortuna para rescatar el empate.
Más allá de que los directivos del futbol mexicano, queda claro, no saben, no pueden o no quieren trabajar con fuerzas básicas, también los técnicos asoman equivocaciones.
Dos situaciones muy sencillas en el caso de Chivas, y otra más con selección nacional. Y todas para cuestionar hasta dónde los técnicos mexicanos tienen responsabilidad.
1.- ¿Cómo reacciónó 'El Piojo' Herrera ante la baja de juego del 'Gullit' Peña en el Tri? Lo abandonó a su suerte. Renunció a él. Pizzi se comprometió a rescatarlo, y ahora lo ha hecho Almeyda.
2.- ¿Y 'La Chofis' López? Chepo de la Torre vlaudicó a tomarlo bajo sus tutela y simplemente lo distanció del primer equipo. Ahora 'El Pelado' se ha fijado como compromiso personal llevarlo de la mano.
3.- Agreguemos el ejemplo de Giovani dos Santos. Marginado y olvidado. Después del partido con Senegal, Juan Carlos Osorio comentó que pretendía recuperarlo. Tuvo una larga charla en Los Ángeles.
Hoy, cierto, con las limitaciones de la Liga, con el bajo nivel de muchos jugadores de auténtico relleno, pero Gio ha demostrado que quiere volver al Tri.
¿Será acaso, entonces, que los que fallan son, ojo, algunos entrenadores mexicanos y que hay más responsabilidad, ojo, sólo en algunos entrenadores extranjeros?
En los últimos cinco juegos, el Rebaño totaliza 13 puntos de 15 posibles. Y 12 goles en cinco encuentros. Ya está sexto y cerca de salvarse del descenso.
Con todo este recuento, seguirá Rodríguez y sus Tigres casi eliminados de la Liga y sometidos en Concachampions, pensando que no hay calidad en los jugadores mexicanos. ¿Y Salvador? ¿E Irarragorri? ¿Y Decio?