MÉXICO -- Ampliamente documentado ha quedado el nuevo fracaso del Cruz Azul. Lo dramático es que esta vez no ha sido por una final más que pierde. No, es porque ya ni siquiera clasifica a fase final.
Hay que empeñarse en hacer mal las cosas para no clasificar en cuatro torneos consecutivos. Quince equipos durante estos dos años lo hicieron al menos una vez, incluso Jaguares y Querétaro con todo y sus retrasos de pagos; Puebla teniendo que jugar un buen rato en estadio alterno y con la quema del descenso; o el Atlas que ya es decir mucho. Quince equipos, ninguno de ellos el Cruz Azul que lo tiene todo: no le falta estadio, campos de entrenamiento, generosas quincenas puntuales y trato que muchos equipos envidiarían. Ese es el mayor ridículo.
Los únicos tres equipos además de Cruz Azul sin liguilla en los últimos cuatro torneos han sido: Tijuana y los descendidos Leones Negros y Dorados. De ese tamaño es el petardo que han pegado, porque estoy seguro que ninguno de esos tres equipos gastó lo que Cruz Azul en cada torneo. Ridículo.
¿Qué otro resultado esperaban si no hay un punto de partida definido? No hay proyecto deportivo. ¿Cómo me explican que Yayo de la Torre fue presentado como Director Deportivo el 20 de enero y el torneo inició el 8 de enero? ¿Quién diseñó el plan de esta temporada? Vaya, ¿existe el proyecto deportivo? ¡Qué va!
Aun así tuvieron una última oportunidad de salvar el semestre y en su propio estadio, pero ni las manos metieron ante un equipo que salió a comerse la cancha. Tigres les pasó por encima y los dejó fuera con justicia, con mayor calidad y mejor actitud.
Todos los involucrados tienen su parte de culpa, pero es inevitable mirar hacia el pasado. Los fracasos acumulados durante las últimas tres décadas tienen un común denominador, un personaje que no ha sabido encausar un proyecto deportivo aún con todos los recursos que tienen gracias a la Cooperativa, Guillermo Álvarez Cuevas.
Mientras no exista un sólido proyecto deportivo, con un operador consistente, con autoridad, que conozca la parte cancha y que no responda a los intereses de esos promotores que tanto mal le han hecho a Cruz Azul, el resultado seguirá siendo el mismo.
Es triste ver la manera en que han malgastado el capital futbolístico de un equipo que fue grande hace mucho; la manera en que se ha arrastrado el prestigio. Triste, muy triste.