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Una idea loca y salvaje: ¿Jake Arrieta al Salón de la Fama?

Esto puede sonar un poco descabellado, pero vamos a considerar la idea: ¿Tiene Jake Arrieta alguna oportunidad de llegar al Salón de la Fama?

Puede sonar descabellado porque Arrieta ya tiene 30 años de edad, apenas tiene 64 victorias en su carrera, y solo ha tenido una temporada de calibre del Salón de la Fama. Es demasiado viejo, según parece, para comenzar una corrida hacia Cooperstown. Además, muchos lanzadores han lanzado al nivel que lo hizo Arrieta en el 2015, por lo menos por una temporada: Dwight Gooden, Kevin Appier, Bret Saberhagen, Ron Guidry, José Rijo, Jon Matlack, Vida Blue. Todos ellos tuvieron una temporada con un WAR de por lo menos 8.7 - que fue el número conseguido por Arrieta en el 2015, cuando terminó con marca de 22-7 y efectividad de 1.77 - y aunque todos fueron excelentes lanzadores, ninguno de ellos terminó con una placa en Cooperstown.

Pero consideremos lo que sí sabemos sobre Arrieta:

1. Puede lanzar a nivel del Salón de la Fama y lo ha estado haciendo de nuevo en el 2016, con marca de 8-0 y efectividad de 1.29 al llegar a su salida del miércoles.

2. Él es el lanzador mejor acondicionado en el deporte, con un régimen de ejercicios que incluye Pilates, yoga, entrenamiento de movilidad, meditación y una dieta saludable. Eso no garantiza que vaya a envejecer bien, pero se puede considerar como un atributo positivo.

3. Él no es demasiado viejo. Varios lanzadores que están en el Salón de la Fama fueron reconocidos por lo que hicieron en sus años 30 que en sus 20.

Es ese tercer elemento el que sugiere que no estamos completamente locos. He aquí una gráfica de los 22 lanzadores que acumularon la mayor cantidad de WAR (vía Baseball-Reference.com) desde los 29 años en adelante:

Obviamente, Arrieta tiene que tener una gran década. Como me dijo Mark Simon de ESPN Datos, a través de las primeras cinco temporadas de Arrieta - que incluye su primera buena temporada con los Cachorros en el 2014 - el derecho tuvo efectividad acumulada de 4.48. El único otro lanzador con una efectividad tan alta en sus primeras cinco campañas y que llegó al Salón de la Fama fue Red Ruffing, quien tuvo marca de 39-96 con efectividad de 4.61 cuando los Medias Rojas lo cambiaron a los Yankees. Pasar del peor equipo de la liga a un perenne contendiente a la Serie Mundial le ayudó, pero además Ruffing cambió su forma de lanzar con los Yankees y ganó 20 partidos en cuatro ocasiones, todas en sus 30 años, y ayudó a los Yankees a ganar seis Series Mundiales.

La gráfica arriba ilustra algunos otros lanzadores que florecieron tardíamente, con varios miembros del Salón de la Fama que acumularon más del 80 por ciento del valor de su carrera después de los 29 años. Una mirada rápida a algunos de ellos:

Dazzy Vance: Vance no ganó un partido en las mayores hasta los 31 años. Llegó a las Grandes Ligas en 1915, pero sufrió dolores crónicos en el brazo y deambuló por las menores por varios años. La historia nos dice que en 1920 golpeó una mesa con su brazo en el medio de un partido de poker y el dolor se volvió insoportable. Fue sometido a una cirugía (probablemente para removerle espolones óseos) y cuando volvió su recta era centelleante. En 1924, logró ponchar a 262 bateadores; solo un lanzador adicional en la liga llegó a los 100 abanicados.

Bob Gibson: Con una forma de lanzar que causaba que cayera de forma violenta hacia la primera base en su movimiento, Gibson tuvo problemas de control temprano en su carrera y no se convirtió en el real BOB GIBSON hasta que llegó a los 30 años, aunque tuvo algunas buenas temporadas antes de eso.

Randy Johnson: Johnson, que llegó a ser más salvaje que Gibson, tuvo su temporada de despegue en 1993 a los 29 años, cuando terminó segundo en la votación del Cy Young. Uno podría pensar que Arrieta no es Randy Johnson, pero Johnson nunca tuvo una ERA+ de 219 como la que tuvo Arrieta en 2015.

Curt Schilling: Schilling llegó por primera vez a las mayores a los 21 años y tuvo algunas buenas temporadas, incluyendo una gran postemporada para los Filis en 1992. Pero además tuvo que batallar con algunas lesiones en el brazo y tenía marca de 43-42 hasta los 28 años - muy parecida al record de Arrieta de 34-32 (aunque Schilling tenía una efectividad menor). Schilling no alcanzó sus primeros votos de Cy Young hasta que llegó a los 30 años.

Por supuesto, Schilling todavía no ha sido exaltado al Salón de la Fama, ya que los votantes se han enfocado más en sus 216 victorias en su carrera que en su WAR de por vida de 80.7 y sus hazañas en la postemporada. Según los estándares de los lanzadores que ya han sido electos al Salón de la Fama, Schilling califica fácilmente para Cooperstown. Con el tiempo, creo que los votantes comenzarán a ajustarse a los totales menores de victorias de los lanzadores en esta era, como lo hicieron al elegir a Pedro Martínez (219 victorias) y John Smoltz (213 victorias), y Schilling terminará entrando al Recinto de los Inmortales.

Sin embargo, Schilling sí presenta un buen ejemplo de los que Arrieta tendría que hacer para tener esperanzas de llegar a Cooperstown. Schilling tuvo 11 temporadas con WAR de 4.0 o más, y 10 de ellas fueron luego de cumplir 29 años. Sus ocho mejores temporadas en cuanto a WAR: 8.8, 8.7, 7.9, 6.3, 6.2, 6.0, 5.9, 5.5. Esas fueron temporadas de Todos Estrellas, y cualquier cosa por encima de 7.0 ya entra en la consideración del Cy Young. Schilling nunca ganó uno, pero terminó segundo en tres ocasiones.

Con un WAR de por vida de 17.7, Arrieta apenas ha cubierto una cuarta parte del camino que debe recorrer hasta llegar al WAR de 70 o más para comenzar a ser considerado al Salón de la Fama. Podría ser que su carrera tome el camino que tomó la de Kevin Brown, quien tuvo un pico muy alto y números fronterizos para el Salón de la Fama, pero que no tuvo suficiente longevidad para impresionar a los votantes. Pero si Arrieta tiene una corrida de cinco a seis años como uno de los mejores lanzadores en el deporte y una sólida carrera en general hasta los 40 más o menos, podría tener una oportunidad.

También podrían ayudarle uno o dos títulos de Serie Mundial.