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Asignatura muy pendiente

La Copa Libertadores es el mejor "termómetro" para medir la capacidad competitiva del futbol mexicano y de su "famosa" Liga MX. Y los equipos mexicanos siguen lejos de la posibilidad de ganarla. Anoche fue Pumas al que le "tembló" todo cuando tenía un panorama bastante claro para poder vencer al equipo ecuatoriano Independiente del Valle y avanzar a una semifinal ante el Boca Juniors argentino. ¿Qué les falta a los clubes mexicanos? ¿Por qué no pueden ejercer condiciones en Sudamérica? ¿Es un tema de calidad futbolística? ¿Es un asunto mental?

LOS ANGELES, CA. -- Muy emotiva, muy poderosa, cada día más llena de "excelsos" futbolistas extranjeros (léase todo esto con una profunda imaginación, un gran tono sarcástico o en su defecto un par de copas de un buen vino), pero la Liga MX y el futbol mexicano siguen teniendo a la Copa Libertadores como una asignatura pendiente.

Esta vez fue Pumas, contando con un panorama claro que todavía ganó transparencia mientras pasaban los minutos en el Estadio Olímpico Universitario. Pumas había hecho los dos goles que le otorgaban el boleto a las semifinales y la posibilidad de jugar ante el famoso equipo argentino Boca Juniors. Pero, con ventaja en el marcador, con un hombre de más por la expulsión de un futbolista ecuatoriano, termino permitiendo, sobre el final, el gol del empate en el global y luego no pudo sentenciar el pase en la ronda de los penaltis. Otra vez fuera, otra vez a la orilla un equipo mexicano cuando parecía tener más y mejores elementos que un modesto cuadro ecuatoriano como el Independiente del Valle.

Los clubes no saben o no pueden competir y ganar la Copa Libertadores. Empezamos a cansarnos ya de aproximaciones históricas, de vivir de lo que hizo Cruz Azul en los inicios del nuevo siglo, de la "mala fortuna" del América, de la caída de Chivas en la final, del arbitraje ante Santos o de la campaña que hizo aquel Atlas de La Volpe. El futbol mexicano necesita, urgentemente, constatar en las canchas sudamericanas lo que en apariencia dicen sus vendedores, porristas o jilgueros.

Pumas no se clasificó a la liguilla del futbol mexicano, había armado un equipo con algunos nombres interesantes para afrontar la Libertadores. Tras una buena ronda en la fase de grupos, tenia la ventaja de cerrar en casa los juegos de eliminación directa. Tenía, como siempre, la altitud y en este ocaso la polución de la ciudad de México más el largo viaje que deben hacer los sudamericanos para afrontar los partidos. Y nada de eso valió cuando tenía que tomar más riesgos y cuando debía buscar los goles que terminaran por sentenciar el triunfo ante los ecuatorianos.

Nadie dice que Pumas tenía un equipo tan completo y poderoso para ganar la Libertadores. Había un buen trecho todavía que recorrer, pero al menos, debía meterse entre los cuatro mejores, donde ya estaban clubes del calibre del Boca Juniors argentino, el Sao Paulo brasileño y el Atlético Nacional de Medellín de Colombia. ¿Qué le falta a los clubes mexicanos para finalmente trascender y ganar una Libertadores? Siempre he pensando que más allá de una condición de calidad futbolística, que aparentemente la Liga MX tiene, se trata de un asunto de mentalidad, de la forma en que juegas y afrontas el torneo. Pumas fue una muestra de ello el martes por la noche en el campus de la Universidad de México. Cuando necesitó ir y asegurar, pulverizar al rival y amarrar el pase a las semifinales, tuvo un titubeo. Y en esa vacilación apareció la oportunidad de los ecuatorianos que se fueron bailando y gritando del Estadio Olímpico.

Una buena manera de corroborar el nivel del futbol mexicano a nivel domestico, el grado de competitividad de la Liga MX son, justamente, los torneos internacionales. No basta con ganar la Concacaf cada año, colocando, incluso, a los cuatro semifinalistas del evento. La Libertadores es el mejor termómetro que tiene el futbol mexicano y sigue siendo frío, lejano, ausente el peso de los clubes mexicanos.

@Faitelson_ESPN