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Estos Yankees 'se declaran a sí mismos' como un equipo malo

NUEVA YORK - Un par de horas antes del partido del martes en la noche ante los Rockies de Colorado -- el comienzo de lo que se supone que fuese una racha de cinco partidos contra equipos "suaves" en la que los Yankees de Nueva York se medirían a dos equipos con record combinado de 55-84 antes de darle la bienvenida a los grandes y malos Vigilantes de Texas la semana que viene - el gerente Brian Cashman estaba tratando de defenderse de un torbellino de preguntas en torno a lo impensable en el Yankee Stadium: La posibilidad muy real de que los Yankees se conviertan en "vendedores" en la fecha de traspasos directos, el equivalente en el béisbol de levantar la bandera blanca restando más de un tercio de la temporada.

"Estamos en junio, así que ahora mismo esa no es la conversación que estamos teniendo", dijo Cashman. "Tenemos algo de tiempo, pero confío en que tomemos las decisiones correctas y espero que el equipo se declare a sí mismo de tal manera - de una forma u otra - que sea bastante obvia".

Cerca de seis horas después, un periodo de tiempo que incluyó más de tres horas y media de mal béisbol, los Yankees parecían listos para declararse a sí mismos, y la declaración, tomando prestadas las palabras de Cashman, parecía bastante obvia.

Los Yankees no son un buen equipo de béisbol. Seguir pretendiendo que lo sea, o que lo que podrían ser en algún punto entre ahora y la fecha límite de traspasos directos, es prácticamente volverse loco.

Ellos perdieron ante los Rockies 8-4 el martes, y fue la tercera vez en tres partidos entre estos equipos - los otros dos choques fueron la semana pasada en Denver - que Colorado, con su nómina de $112 millones, record por debajo de los .500 y déficit de 10 juegos en el Oeste de la Liga Nacional, logró ser mejor que los Yankees, quienes tienen 10 jugadores que reciben más dinero en valor anual promedio que el jugador mejor pagado de los Rockies (Carlos González).

Se suponía que este fuera un periodo comparativamente fácil de 11 juegos, cuatro de ellos ante los Rockies y siete ante los Mellizos de Minnesota, quienes, hasta el martes en la noche, habían ganado solo 22 partidos. Pero ahora, ya se han jugado siete de esos 11 juegos, y los Yankees solo han podido ganar tres de ellos.

Si había alguna esperanza o ilusión, que este era el momento de la temporada en el que los Yankees se meterían de nuevo en la contienda por la postemporada, considérela descartada.

Este juego terminó virtualmente antes de comenzar. Iván Nova, quien comenzó bien cuando volvió a la rotación en mayo pero ha vuelto a las andadas en sus últimas seis aperturas, le permitió un majestuoso cuadrangular a Charlie Blackmon en apenas el segundo lanzamiento del partido. Tres entradas más tarde, le permitió otro, más largo que el primero, al mismo bateador. Nova dejó a su equipo en un hueco 5-2, no pudo retirar a un solo bateador en la quinta entrada, y para el final del partido, su efectividad se había inflado media carrera más, hasta 5.18.

Pero él no estuvo solo. Carlos Beltrán, cuyo bate caliente ha sido uno de los pocos puntos brillantes en la alineación de los Yankees, tuvo una noche miserable en el jardín derecho, permitiendo que un sencillo se colara debajo de su guante para un error en la primera entrada, congelándose ante un batazo conectado hacia él en la quinta entrada y observando como otro batazo le pasó por encima para un doblete, y lo más inexplicable, intentando moverse de primera a segunda con un elevado al izquierdo conectado por Alex Rodríguez. Fue fácilmente puesto fuera para terminar una de las pocas amenazas de los Yankees en la noche ante Chad Bettis (6-5), quien llegó con efectividad de 5.63. Los bateadores de Nueva York se poncharon 11 veces y se fueron de 11-0 con corredores en posición de anotar.

Todo eso puede ser curable si los Yankees tuvieran alguna esperanza de mejoría ya sea a través del sistema de fincas o la fecha límite de cambios. Pero el dato triste es que, ninguna de las dos alternativas ofrece demasiada esperanza en el futuro inmediato.

Joe Girardi casi ha admitido que si tuviese una alternativa viable en Triple A, Nova, quien tiene marca de 2-4 y efectividad de 6.88 desde el 25 de mayo, probablemente no estaría en la rotación. Pero Luis Severino, quien mostró mucha promesa la pasada temporada y se esperaba que fuese miembro vital de la rotación esta temporada, se encuentra en Triple A y no está ni cerca de ser ascendido.

"La localización de su recta no ha sido buena, su cambio no ha sido tan efectivo como necesitamos que sea y su slider ha sido inconsistente", dijo Girardi. "Queremos ayudarle a que se enderece; no queremos simplemente subirlo porque otro chico tiene problemas. Aquí tienes que hacer tus pitcheos. Lanzar aquí es muy diferente; aquí cometes un error y te lo hacen pagar bien caro".

Girardi además restó importancia a la posibilidad de que Luis Cessa, otro prospecto en Triple-A, pueda estar listo para reemplazar a Nova.

Está bien documentado el hecho de que los Yankees tienen pocas partes movibles - un equipo en contienda podría interesarse en Beltrán como bateador designado o en Aroldis Chapman como su cerrador, ya que ambos están en el último año de sus contratos - y no parecen haber muchos Yankees que puedan servir como carnada para un cambio.

Además, el asunto entero de vender jugadores en la fecha límite de cambios simplemente no está en el DNA de los Yankees. Por un lado, este equipo no ha tenido record perdedor al llegar a la fecha límite de cambios en más de un cuarto de siglo; tuvieron marca de 48-54 al 31 de julio de 1992. Por otro lado, el convertirse en vendedores en la fecha límite sería lo mismo que decirle a una demandante y fácilmente disgustable base de fanáticos que se quede en su casa por el resto de la temporada y que vuelvan el año que viene. La asistencia ya ha bajado considerablemente en comparación con el año pasado - el martes se anunció una concurrencia de 34,760 fanáticos en una gloriosa noche de verano - y ciertamente no sería muy favorecedor a la imagen de la franquicia o rentable al bolsillo de los dueños el jugar con una casa vacía en los últimos dos meses de la temporada.

"Oigan, no vamos a ser vendedores a menos que los dueños le den su visto bueno a eso", dijo Cashman antes del juego. "Yo voy a tener un diálogo honesto con los dueños en cada paso que demos en el camino como siempre lo he hecho. Si en una fecha en el futuro sentimos que esa sea una necesidad, entonces, créanme, yo lo voy a recomendar, y ellos tomarán una decisión basados en su nivel de comodidad. Yo siempre he sido una persona brutalmente honesta. Pero hemos escuchado de parte de los dueños que eso no está en su vocabulario ahora mismo.

"Si acaso, ahora mismo, seríamos compradores, no vendedores".

Por supuesto, eso fue antes de que su equipo se "declarara a sí mismo". Y si lo que los Yankees están declarando no es obvio para Cashman, Girardi y Hal Steinbrenner, sí es dolorosamente obvio para casi todo el mundo.

Estos Yankees de Nueva York no son buenos, y no esperen que se pongan mucho mejores.