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Tranquilo, Bobby, tranquilo... ¡que tu cheque llegará!

Posiblemente muy pocos fanáticos de los Mets de Nueva York recuerden ya que alguna vez Bobby Bonilla formó parte del equipo, por el que pasó sin muchas penas o glorias.

El puertorriqueño que jugó 16 temporadas en las Mayores tuvo sus principales años de éxito con los Piratas de Pittsburgh y los Marlins de Florida, pero no dejó una huella muy profunda en la Gran Manzana.

Sin embargo ,el que nunca lo olvidará es Fred Wilpon, el dueño de los Mets, quien este viernes, como cada 1 de julio, deberá entregarle a Bonilla un cheque de un millón 193 mil 248 dólares con 20 centavos.

Y posiblemente después que Wilpon muera (cumplirá 80 años en noviembre), sus herederos o nuevos propietarios del equipo, deberán seguir emitiendo el cheque por la misma cifra hasta el 2035, cuando el ex pelotero boricua tenga 72 primaveras.

El pacto que puso fin a la relación entre Bonilla y los Mets puede considerarse como uno de los más disparatados y absurdos en la historia del béisbol.

Al terminar la temporada de 1999, el puertorriqueño entraría al último año de su contrato de cuatro campañas, que había firmado originalmente con los Florida Marlins en 1997.

Pero los Marlins lo canjearon un año después a los Dodgers de Los Angeles, los que a su vez lo enviaron a los Mets en 1999.

En el 2000, la novena neoyorquina debía pagarle los últimos 5.9 millones que completarían el contrato, pero insatisfecho con el rendimiento del pelotero (bateó .160 de average en 60 partidos, con sólo cuatro jonrones y 18 impulsadas), Wilpon prefirió usar ese dinero en la contratación de otros jugadores de cara a la próxima campaña.

Fue entonces cuando pactó con Bonilla el acuerdo del cual debe estar arrepentido hasta el fin de su existencia.

En un arreglo sin precedentes, los Mets aceptaron dejar en libertad al jugador, si este aceptaba diferir en un plazo de 11 años su salario correspondiente a la temporada del 2000.

Además, a partir del 2011 el equipo comenzaría a pagarle $1,193,248.20 anuales durante 25 años.

En otras palabras, por ahorrarse 5.9 millones en el invierno de 1999, los Mets terminarán pagando 29 millones 831 mil 200 dólares, convirtiéndose en el hazmerreír del béisbol por una lógica que para todos es un misterio.

Para Bonilla fue negocio redondo. Según estimados de analistas financieros, si los Mets le hubieran soltado de un golpe los 5.9 millones en el 2000 y el jugador los hubiera invertido en su totalidad en la bolsa de valores, lo más que habría hecho crecer su dinero hasta el 2011, de acuerdo con las fluctuaciones del mercado, sería hasta ocho millones 717 mil 975 dólares.

Sólo si el dueño Wilpon llega a los 100 años de edad (nació en noviembre de 1936), podrá respirar finalmente aliviado, al terminar de pagar tanto por tan poco.

Para entonces, Bobby Bonilla estará disfrutando de una vejez tranquila, seguramente rodeado de nietos que escucharán las historias de sus hazañas en el diamante de béisbol.