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Torció su propia historia

Había escepticismo en el ambiente y no porque España no hubiera demostrado a lo largo del campeonato que merecía el título. Más bien se trataba de esa historia que dice que no siempre gana el mejor, y encima España había co-ayudado a pensar -con sus resultados de los últimos 44 años- que no tenía la entereza que necesaria para ganar este tipo de torneos.

Para colmo de males, esos equipos históricos que jugaron muy bien pero que no campeonaron, esos reyes sin corona como la Hungría de de 1954 de Ferenc Puskás y la Holanda de 1974 de Johan Cruyff, cayeron nada mas y nada menos que contra Alemania, que siempre ganó viniendo de atrás.

Las estadísticas entre ellos tampoco favorecían a España, que solamente le había ganado un partido oficial en la historia, en aquella Eurocopa del '84 que España recordaba con el sinsabor del subcampeonato.

Pero claro, a pesar de que no nos llenaba el ojo ni a propios ni a extraños, todos decíamos lo mismo... Alemania es Alemania y se merece todo el respeto.

En las conferencias de prensa que nos tocó estar el día anterior, la tensión se podía cortar con un cuchillo... Joachim Low, Thomas Hitzlperger, Marcos Senna, Iker Casillas, Carles Puyol y Luis Aragonés nos mostaron sus sonrisas nerviosas y sus respuestas de compromiso porque no había cabeza para preguntas de ningun tipo... sólo para la final, que había que ganar.

Y llegó la hora de salir al césped del Ernst Happel, y las dudas se disiparon: Cesc Fabregas reemplazaría a David Villa y Michael Ballack jugaría a pesar de esa pequeña molestia en el gemelo.

Fue un planteamiento muy similar el que exhibieron Low y Aragonés: salir a ajustar en 3/4 de cancha y recuperar la pelota lo antes posible para después desequilibrar. Pero se notaba una mayor concentración en la marca de la selección española, en la cual Iniesta, Xavi, Senna y Silva manejaban el medio campo con más orden y mejor juego que su rival.

Klose y Lahm desequilibraron por el sector de Sergio Ramos, pero siempre encontraron la cobertura de Puyol y Marchena o las manos de Casillas.

España, por jugar con un quinto volante como Fabregas, sacrificó a Fernando Torres que jugaba de poste pero sin compañía.

Hasta que Aragonés decidió aplicar la misma variante que contra Rusia: volvió a aparecer Andrés Iniesta como un segundo delantero por izquierda y España empezó a desequilibrar.

Corría el minuto 33 cuando Fernando Torres, que ya había tenido un par de oportunidades (incluido un cabezazo estrellado en el poste) aprovechó un pase de Xavi, le ganó la espalda a Philipp Lahm y anotó ante un Lehmann que salía desesperado.

Se hacía justicia: España trataba mejor la pelota y Alemania no esgrimía argumentos como para superarla.

En el segundo tiempo, Alemania presionó, pero fue una presión más física y de velocidad que futbolística.

Los esfuerzos generosos de Ballack y de Schwensteiger resultaron insuficientes para llevar a Alemania al ansiado empate. Es más, estuvo España más cerca del segundo gol que Alemania de empatar.

Los 3' adicionales que dio Roberto Rosetti, en mérito a los 6 cambios realizados, tampoco pusieron en peligro el arco de Casillas.

España es un justo campeón que se ha despojado de 44 años de maleficios, con jugadores que supieron ser campeones olímpicos y juveniles en varias categorías, y hoy han dado el salto de calidad que toda la afición futbolera de España y el mundo le solicitaba.

Las 50.825 personas que estuvimos en el Ernst Happel nos vamos con la sensación y el buen sabor de boca de que ganó el que realmente lo mereció.

De Alemania qué podemos decir... me explayé en un artículo anterior al que títule: "Que fue de aquella Alemania", quizás allí, amable lector, encuentre usted las respuestas que hoy no encontró en el equipo teutón.

Las felicitaciones al tozudo Luis Aragonés, al que esta vez las cosas le salieron muy bien y a toda esa afición española que hoy por fin detuvo su via crucis.

Bienvenida España a la elite del fútbol mundial. Hoy perteneces al grupo de los elegidos, por que te lo ganaste en la cancha con esfuerzo y con fútbol.