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Algunos disfrutan la vida simple

Este no es un debate cibernético acerca de donde está ranqueado Grady Sizemore entre los jugadores hoy en día. Tiene 26 años y es un gran jugador que bateó 33 jonrones y robó 38 bases en medio del diamante. Es un sex symbol de la revista People. De todas maneras es un muchacho que no deba que los niños del clubhouse lo tengan que esperar.

Sizemore no deja que los empleados levanten sus toallas sucias o su ropa sucia. El es quien se encarga de recoger sus cosas. "Recibe más cartas de los fans que cualquiera en el equipo", dijo su compañero de equipo Jensen Lewis. "Pero nunca va a dejar que uno de los niños del club lo atienda. Insiste en limpiar su mugre el mismo. Es difícil encontrar una estrella tan desprendida...a menos que se trate de CC Sabathia". Quien renunció a las jaeces de ser el agente libre más importante, lo que generalmente implican viajes a Lafayette a cada ciudad interesada para estar con sus chicos y poder pensar y decidirse en paz.

Uno puede entrar en discusión de quién es mejor entre Sizemore y Joe Mauer y probablemente nunca lleguen a ninguna parte, excepto que son muy parecidos. Cuando Ron Shapiro viajó a Minneapolis para reunirse con la familia Mauer cuando estaba siendo entrevistado como potencial representador/agente, se reunieron en una casa de hamburguesas y malteadas, y no en un restaurant de lujo.

Hamburguesas y malteadas. Los Mauer insistieron en pagar.

Uno puede tener una discusión igual de extensa acerca del MVP de los Medias Rojas entre Dustin Pedroia y Kevin Youkilis. Cuando se redujo al día de paga de Pedroia, no precisó de un contrato récord, lo que quería era jugar donde abriera con un equipo que fuera competitivo en una ciudad donde la gente amara el béisbol y donde tuviera que caminar pocas cuadras para llegar a Fenway Park caminando desde su casa. Youkilis podría seguirle, porque quiere permanecer donde se ha convertido en un contribuyente devoto a los problemas sociales de la ciudad.

Cada año uno puede argumentar el lugar de David Wright en las votaciones a MVP en la Liga Nacional, pero déjenme decirles algo: cuando los compañeros de equipo se estaban quejando de tener que jugar un partido de domingo por la noche y luego volar a San Francisco, Wright dijo: "No pasamos por seguridad, un colectivo nos lleva hasta el avión, volamos en charter, un colectivo nos levanta en la plataforma y nos lleva a un hotel donde nuestras valijas son llevadas a nuestras habitaciones. No viajamos como la mayoría de la gente. Por favor".

Y aún con las jaeces de Nueva York, Wright, al igual que Derek Jeter, nunca se olvidó de su procedencia de Norfolk, ya que Jeter aún es Kalamazoo. Son como Sandy Koufax, quien preguntó cómo una estrella podía vivir en Ellsworth, Maine respondió, "Vivo de la misma manera en Los Angeles que en Ellsworth".

Son contrastes, desde los fervorosos estallidos de Pedroia a la responsabilidad pública de Wright a las vidas privadas de Sizemore y Mauer. Entienden a lo que se refería Warren Buffet cuando hablaba acerca de la importancia de ser querido por el círculo de personas que quieres que te quiera, y no por los millones que leen la revista People y ven Entertainment Tonight o SportsCenter.

Sizemore y Mauer, Jeter y Wiright, Pedroia y Youkilis son quienes son. Punto. Es suficiente ser quienes son y lo que son.

Es por eso que es una tragedia Shakesperiana ver la historia de Barry Bonds ir a juicio, o ver a Roger Clemens transformarse en Victor Newman mientras su vida se convierte en una telenovela de tabloide o a Alex Rodríguez con más tiempo de aire por E! que por ESPN.

Barry Bonds es una persona fascinante, inteligente, con un conocimiento de bateo similar al de Ted Williams. Fue el mejor jugador del juego -sin duda- y en los meses que vienen se estará enfrentando a una serie de preguntas en corte que serán el escenario de un juicio nacional público. Si los libros y las acusaciones y los rumores son ciertos, que Bonds se retire de esta manera del béisbol es trágico, porque a pesar de haber superado la marca de Henry Aaron como si fuera una piñata, quizás nunca más vuelva a ser considerado el mejor jugador de la historia, como le fue a fines de 1998.

Porque ser el mejor no era suficiente, no cuando Mark McGwire y Sammy Sosa lideraban SportsCenter. En una sociedad en la que el uso descontrolado de pistolas hace que niños de ocho años de edad sean asesinados por Uzis en las ciudades más pobres, los niños nunca leen acerca de Bonds tomando armas ilegales en áreas públicas; es demasiado inteligente como para creer que los videojuegos plasman la vida real.

Aunque Clemens discutiblemente fue el mejor lanzador derecho de su era, si no puede limpiar los problemas y conflictos del año pasado, entonces podría estar en su exilio actual menos del que tuvo cuando llegó a Nueva York y ganó su primer anillo de Serie Mundial. Roger es un buen muchacho con una mujer increíble e hijos adorables y ahora están pasando por un infierno a causa de la percepción de que Roger no pudo sólo ser The Rocket, tenía que ser THE ROCKET.

Y ahora vemos a Rodríguez con Maddona y su gente de Hollywood, a un año de haber salido en la tapa de tabloides con strippers. Alex es una muy buena persona. Es un excelente jugador de béisbol.

Pero aparentemente no es suficiente. Tiene que ser Brad Pitt, una estrella de Hollywood más que Alex Rodríguez, siempre buscando la aprobación y la atención y la aprobación de la gente.

Como dijo un jugador una vez: "Cuanto mejor sea el jugador, más grandes las inseguridades".

Algún día otro Shapeskeare aparecerá y perforará las inseguridades que hicieron que Barry Bonds necesitara ser más que Barry Bonds, Clemens necesitara ser más que Roger Clemens y Alex Rodríguez necesitara ser más que uno de los mejores jugadores de béisbol que jamás viviera.

No se confundan -cuando estás conduciendo la ola del éxito y la fortuna, la ola no es difícil de surfear. ¿Quién no querría quebrar el record de Aaron o ser llamado The Rocket? Algunos preferirían viajar en el avión privado de Maddona (yo preferiría el de Etta James).

Grady Sizemore no tiene porque preocuparse demasiado porque su mundo es de fracaso/pase simple. Lo mismo va para Mauer y para Wright, Pedroia y Youkilis y Jeter y Greg Maddux y cientos de otros que nunca tienen que tener un agente que recoja sus elementos por ellos, hombres que saben demasiado como para discutir o argumentar o juzgar.

No sabemos lo que significa para Bonds o Clemens o Rodríguez o como nos jugarían las inseguridades con el foco público entrenado sobre nuestro trabajo de 18 o 30 millones; quizás nos sentiríamos atrapados. A todos nos gustaría lanzar a 98 MPH en nuestros cuarentas o romper los records de Ruth, Aaron y Bonds.

Pero por otro lado, probablemente seríamos más felices siendo Grady Sizemore o Joe Mauer, Dvid Wright y Dustin Pedroia y Kevin Youkilis y saber que por más competitivos que sean, lo que son es lo que son. Cada uno puede tener una vida propia.

Que es suficiente. Más que suficiente.