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Decisión difícil de tomar

Ya terminó la mitad del receso de béisbol de Grandes Ligas, y todavía hay más de 100 agentes libres por firmar. ¿Te interesa tener un futuro miembro del Salón de la Fama? Pues puedes elegir de un manojo de nombres: Ken Griffey Jr., Tom Glavine, John Smoltz, Trevor Hoffman, Pedro Martínez, Iván Rodríguez, etc. Y eso no incluye a Barry Bonds o Sammy Sosa, quienes afirman que no están retirados a pesar de no haber jugado la pasada temporada por falta de ofertas.

Una guerra de subastas fascinante -- que lo dice todo sobre dónde está el béisbol en estos momentos de necesidad económica -- parece haberse desarrollado entre los Atléticos de Oakland y los Rays de Tampa Bay.

Los Rays y los Atléticos, cuyos costos de nómina combinada podrían pagarle a 3½ jugadores de los Yankees, están preparados para gastar en un jardinero de esquina/bateador designado. O, al menos están listos para gastar en grande, en el contexto de este invierno en particular, lo que significa unos $4 millones a $9 millones con toda probabilidad. Simplemente, no hay muchos equipos dispuestos a soltar grandes sumas de dinero en este momento.

Y he aquí el detalle: ambos equipos podrían preferir que el otro equipo firme al toletero primero, ya sea Jason Giambi o Bobby Abreu o Pat Burrell o Garret Anderson, pero que naturalmente le reduce el poder de negociación al resto de los desempleados y bajaría sus precios.

Ahora hay otras fuerzas del mercado en juego. Los Mets quisieran firmar a un lanzador abridor, pero tal como han descubierto desde antes de pagar un buen precio por un cerrador, se han dado cuenta que tal vez ellos sean los únicos preparados para proponer un jugoso contrato multianual por él -- especialmente luego de la firma de Mark Teixeira con los Yankees, lo que probablemente obligará a los Mulos a llenar su último puesto en la rotación con un prospecto.

Los Mets estudian el resto del mercado, y ven que los Cardenales no están listos para entregar grandes cantidades de dinero por un abridor, ni tampoco los Cerveceros de Milwaukee, ni los Dodgers. Los Bravos alegadamente tienen el dinero para gastar, pero alegadamente han determinado que no están interesados en firmar a Derek Lowe. Así que los Mets pueden relajarse y escoger entre los mejores abridores, a su precio, así como los hicieron con K-Rod; en este caso, sus candidatos probablemente son (1) Oliver Pérez, (2) Lowe o (3) Randy Wolf. De hecho, los Mets podrían encontrarse ante un cuadro de conseguir una venta de quemazón a dos por uno. Así de drástica ha sido la caída de los precios.

Los Mets también han puesto en el mercado a Luis Castillo, y si encuentran un negociador que pague al menos parte de su salario, les daría la oportunidad de ir detrás de Orlando Hudson, quien también está en la mente de los Nacionales de Washington.

En algún momento, algunos de esos futuros miembros del Salón de la Fama podrían preguntarse a sí mismos algo que hubiera sido impensable hace un par de semanas: ¿Cuánto dinero es suficiente para que valga la pena jugar para ellos? ¿Un millón de dólares? ¿Menos? ¿Más? ¿Cuánto dinero necesita Pedro Martínez para comenzar el doloroso proceso de preparar su cuerpo para el año que viene? Por supuesto, no hay ninguna garantía de éxito al cabo de todo ese trabajo al considerar que durante los pasados tres años ha acumulado tan sólo 269.2 entradas lanzadas, efectividad de 4.74 y un récord de 17-15. ¿Cuánto es suficiente para Ken Griffey Jr. -- alguien que aparentemente tiene una muy alta estima por el tiempo que puede pasar con sus hijos?

Es una pregunta pertinente, en este largo y frío invierno, cuando algunas de las mejores estrellas del béisbol reciben ofertas que parecen cambio de bolsillo en el mundo de Grandes Ligas.