<
>

La precisión suiza

MELBOURNE -- Me habían causado curiosidad las declaraciones de Federer, diciendo que no entendía por qué las casas de apuestas daban a Murray como el gran favorito para ganar el torneo. Pensé, de pronto, que la prensa había malinterpretado las palabras del 13 veces campeón de Grand Slams, pues sus palabras habían sido claras y puntiagudas, así que en rueda de prensa le pregunté al respecto.

Esperaba yo que Federer ablandara un poco sus comentarios, ¡pero que va!, Federer es, como en su juego, directo, claro y sin vacilaciones. "Estando yo, Nadal y Djokovic, creo que decir que Murray es el favorito es un poco desarcetado", dijo.

Y tan perfecta, como lo son cada uno de sus raquetazos, fue su predicción: Murray salió antes de lo esperado, en octavos de final, perdiendo ante Fernando Verdasco, que anda derecho desde su espectacular triunfo en la final de la Copa Davis, el año pasado, en Argentina. Y Federer y Nadal, entre tanto, siguen en competencia.

Y no es que sea agrandado, ni mal tipo Federer. Al contrario, es accesible a la prensa, contesta las preguntas de buena gana y no anda por las ramas. Así como cuando tras perder en Wimbledon, frente a Nadal, dijo: "Haber perdido en Roland Garros no me dolió, pero haber perdido hoy acá es un desastre".

Todos siempre hablan muy bien de él. Del Potro dice que lo admira por su juego, pero sobre todo por su forma de ser. Ivanovic dice que a veces se lo cruza en la sala de jugadores y él le da algunos consejos. Dice también la bella serbia que le encantaría alguna vez jugar con él en dobles mixtos. Nadal habla siempre del suizo con mucho respeto y no le tiembla la voz para decir que es el "mejor de todos los tiempos".

Las veces que lo he visto cerca de la sala de prensa, siempre está de buen humor, hablando y sonriendo con alguien. Durante sus partidos evita mucho el contacto visual con la gente, para no perder concentración. Gana el punto y clava la mirada en el suelo. Si el punto ha sido uno muy luchado o decisivo en el juego, grita su tradicional "come on!", para animarse, mientras su novia Mirka Vavrinec grita "!Ale!" desde la tribuna. Federer no es de mantenerse mirando con frecuencia a su esquina, como la mayoría de los jugadores.

Es una persona singular el suizo. Muchos lo criticarán, seguramente, por no tener una novia más atractiva, pero así es él: seguro de lo que quiere, claro en lo que necesita. Quienes conocen a Mirka dicen que es una persona muy dulce y apacible. ¿Necesitará algo más que eso alguien como Federer: que posee una fama mundial, que ha recorrido cada rincón del mundo como número uno y que lo ha ganado todo (o casi todo)?

Confieso que soy más fanático de Nadal que de Federer, y que celebré como ninguno su triunfo en Wimbledon. Pero entre más leo sobre el suizo, entre más lo escucho en cada conferencia de prensa, entre más lo analizo en cada uno de sus partidos, admiro más a la persona y al jugador.

Roger Federer es uno de esos productos de la naturaleza que nos hacen creer que la perfección es posible.